La Jornada 4 de agosto de 1996

SCT: las concesiones de ferrocarriles y puertos son para ``explorar y operar''

Ismael Romero Silva El secretario de Comunicaciones y Transportes (SCT), Carlos Ruiz Sacristán, negó que los ferrocarriles y puertos de México se estén vendiendo. Explicó que únicamente se trata de una concesión para ``operar y explorar, ya sea un puerto o una vía de ferrocarril'', y que en las licitaciones podrá participar inversión extranjera, siempre y cuando no rebase el 49 por ciento del capital.

Duarnte una gira de trabajo por el estado de Oaxaca, el funcionario destcó que el ferrocarril del sureste -del que forma parte el Itsmo de Tehuantepec- es parte de un ambicioso programa de desarrollo regional, a través del ferrocarril y el transporte multimodal entre los puertos de Salina Cruz y Coatzacoalcos.

Por su parte, el senador panista Emilio Goicoehcea Luna señaló que, con la privatización de los ferrocarriles en puerta, el ``principal problema que enfrenta México será evitar bases para la expansión monopólica'' de empresas de Estados Unidos, y hacer dependiente de éstas el transporte y las crecientes exportaciones e importaciones mexicanas con el vecino país.

El legislador sinaloense citó un documento del Centro de Estudios Estratégicos (CEE) del Tecnológico de Monterrey, en el que se señala que la unión de las empresas estadunidenses Union Pacific y Southern Pacific ``puediera ser fuente de preocupación, ya que la nueva empresa (en caso de obtener un concesión en México) dominaría casi totalmente el transporte ferroviario México-Estados Unidos, del lado americano''.

Aseguró que las dos empresas del vecino país se han asociado con el Grupo Carso, que maneja entre otras a Teléfonos de México (Telmex) e Ingenieros Civiles Asociados (ICA).

``Esta mancuerna, Carso-Ica y Southern-Union Pacific, seguramente obtendrá la licitación de algunas de las dos zonas del norte del país, colindante con Estados Unidos'', dijo.

Temor por el posible establecimiento de un bloque monopólico de EU

El temor del panista es que las dos empresas han creado el monopolio ferrocarrilero más grande del mundo, dentro de Estados Unidos, y si obtienen alguno de los ferrocarriles mexicanos, harán un bloque monopólico dentro del Tratado de Libre Comercio (TLC).

De esa manera, quien obtenga la concesión de la otra zona estará en total desventaja, porque tendría que contratar los cruces a Estados Unidos y Canadá con su competidor.

Al respecto, advirtió, la decisión que asuma el gobierno mexicano prevalecerá en los próximos cincuenta años, y por ello la intervención de los legisladores mexicanos será vital frente a las decisiones del Poder Ejecutivo.

En ese sentido, el estudio del CEE señala la reconversión de la economía mexicana y su integración al bloque de Norteamérica; advierte la creciente importancia de ferrocarril en el comercio y su enorme potencial de crecimiento, ya que los sectores de mayor desarrollo (automotriz, autopartes, metalmecánico, eléctrico, electrónico, cementero, etc) coinciden con que pueden usar el transporte por ferrocarril para el traslado de sus mercancías, y que posiblemente usarán otros medios por la histórica baja eficiencia del servicio ferroviario mexicano.

El estudio indica que en 1995 el comercio entre los dos países fue por más de 108 mil millones de dólares, de los cuales 63 correspondieron a exportaciones y más de 45 mil a importaciones mexicanas.

De las exportaciones, 13.12 por ciento se mueven por ferrocarril, y de las importaciones 10.04 por ciento.

Como se ve, el sistema ferroviario tiene un papel menor, aunque importante, en la transportación de productos entre México y Estados Unidos.

Y aunque en los últimos tres años no se observa un crecimiento importante en el uso del sistema ferroviario para las exportaciones mexicanas, la transportación de importaciones a México muestra un rápido crecimiento, si se toma en cuenta que el porcentaje pasó de 6.74 por ciento en 1993 a 10.04 en 1995.

La investigación señala que tres empresas ferrocarrileras son las que dominan ese sector en Estados Unidos: Union Pacifc, Souther Pacif y Burlington-Santa Fe. Estas líneas controlan más del 90 por ciento del tráfico ferroviario, con una presencia dominante de las dos primeras.

Por lo tanto, sugiere que un aspecto importante en el proceso de privatización es garantizar la competencia en el sistema ferroviario México-Estados Unidos, lo cual implica asegurar que accesos como Laredo y Eagle Pass no estén controlados por la misma empresa, ni en el lado mexicano ni en el estadunidense