Hay elementos suficientes del ``perfil delictivo'' de Ricardo Cordero, dice la PGR
Jorge Alberto Cornejo, corresponsal, Tijuana, BC., 3 de agosto En medio de un fuerte dispositivo policiaco el ex subdirector de Aprehensiones del Instituto Nacional para el Combate a las Drogas (INCD), Ricardo Cordero Ontiveros, fue trasladado esta madrugada a la cárcel de alta seguridad de esta ciudad, en donde por la tarde se encontraba incomunicado.
El traslado se efectuó luego de que el ex agente federal rindió su declaración ante la juez quinto de Distrito con sede en Tijuana, María de Lourdes Villagómez Guillón, ayer a las 18:45 horas, diligencia que se prolongó hasta la madrugada de hoy.Villagómez, que había prometido llevar el caso con ``absoluta transparencia'', prohibió el acceso a los medios de comunicación a la audiencia y ordenó a efectivos policiacos rodear el edificio.
Por otra parte, escoltados por una docena de agentes municipales y ocho de la Policía Judicial Federal (PJF) dotados con armas largas de alto poder, esta mañana fueron llevados a rendir su declaración al juzgado el ex comandante de esa corporación Aurelio Muñoz Almanza y el presunto narcotraficante Armando Gómez Alvarado.
La Procuraduría General de la República confirmó que hasta esta tarde permanecían en calidad de prófugos el ex agente del Ministerio Público Federal José Angel Robles Santamaría y los narcotraficantes Jesús Martínez Reyes y su cómplice identificado como El Choncho.
Un guardia de la cárcel estatal informó primero que Cordero Ontiveros no podía recibir visitas porque éstas sólo son autorizadas para los internos en el nivel cuatro de la prisión.
Sin embargo, cuando se conoció que en ese nivel está recluido el ex agente federal, los reporteros insistieron en hablar con el detenido, pero se les informó que había instrucciones para que nadie hablara con él ni se le pasara comida como se acostumbra en ese lugar.
``Mire, no es que esté incomunicado, lo que pasa es que tenemos órdenes de que nadie hable con él hasta que llegue el director, pero eso será hasta el lunes porque en fines de semana no trabaja'', explicó otro guardia del penal.
Se solicitó información sobre el estado de salud de Cordero Ontiveros, que desde ayer prometió no tomar alimento ni beber agua ``por seguridad'', pues teme ser envenenado porque, afirma, aún sabe más cosas respecto de la corrupción que priva en el interior de la PGR, y acusa al propio titular, Antonio Lozano Gracia, de vender plazas como la de Baja California en 3 millones de dólares.
Juan Manuel Venegas y Roberto Garduño #&164; Sus ``propias contradicciones'' y los testimonios que existen de Ricardo Cordero Ontiveros sobre diversas irregularidades que cometió durante su gestión como subdirector de Aprehensiones del Instituto Nacional para el Combate a las Drogas (INCD), serán ``suficientes'' para que el juez y la opinión pública conozcan ``su perfil delictivo'', señaló la Procuraduría General de la República (PGR).
Por otra parte, la Secretaría de la Contraloría y Desarrollo Administrativo (Secodam) informó que Cordero Ontiveros no recurrió a esa instancia para denunciar algún acto de corrupción en la PGR y presentar las pruebas que dijo tener.
Al respecto, un vocero de la Contraloría precisó que el ex funcionario ha preferido acudir a las instancias del Partido Acción Nacional (PAN) y a los medios de comunicación, que hacerlo ante las autoridades.
De acuerdo con el contenido de la averiguación previa 1356/96, que se integró por los presuntos delitos de abuso de confianza, enriquecimiento ilícito, cohecho, evasión de detenidos y contubernio con narcotraficantes, la dependencia consideró que Cordero ``empieza a caer en contradicciones'' en torno a los hechos de corrupción que denunció al interior de la PGR y que involucran a su titular, Antonio Lozano Gracia.
Entre esa contradicciones, la Procuraduría destacó que Cordero Ontiveros en sus declaraciones a los medios ``aseguró que durante el operativo en el que decomisó casi 339 kilogramos de mariguana, el 18 de octubre del año pasado, dejó en libertad a los presuntos narcotraficantes tras recibir una orden desde la ciudad de México, de la Dirección de Operaciones del INCD''.
Sin embargo --agregó la PGR-- ahora que se encuentra detenido ``cambió esa versión'' y a los periodistas que lo entrevistaron en el juzgado quinto de Tijuana, en donde rindió su declaración preparatoria, les dijo que ``permitió la libertad a tres de los detenidos porque así lo acordó con el comandante Sergio Armando Silva Moreno'', quien fue asesinado a principios de este año en la ciudad de México.
Según la PGR, el testimonio del ex agente del Ministerio Público Federal, José Angel Robles Santamaría, permitió establecer que el 18 de octubre de 1995, Ricardo Cordero Ontiveros, en su calidad de encargado de la Policía Judicial Federal Antidrogas en Tijuana, interceptó un cargamento de 338.9 kilogramos de mariguana en la carretera Tecate-Ensenada.
``La droga era transportada a bordo de dos vehículos compactos que iban escoltados por los tripulantes de dos camionetas más, en una de las cuales viajaba Robles Santamaría'', informó la PGR.
El testimonio del ex ministerio público dado a conocer por la Procuraduría indica que ``cuando los efectivos del INCD interceptaron la caravana, Cordero Ontiveros, lejos de actuar como correspondía a sus funciones, llegó a un acuerdo con los cinco presuntos narcotraficantes que conducían la droga. Ese acuerdo consistió en dejar en libertad a tres de ellos a cambio de un pago de 20 mil dólares''.
Una vez que llegó al acuerdo, Cordero llamó por teléfono al comandante Silva Moreno, con quien se reunió ``en un punto'' de la carretera Tecate-Tijuana. Entre los dos habían planeado dejar en libertad a los narcos