Sin debate, aprueban diputados la reforma
Mireya Cuéllar y Oscar Camacho Sin debate y en menos de cuatro horas, la Cámara de Diputados aprobó ayer por unanimidad el paquete de cambios y adiciones a 18 artículos constitucionales, que representa la primera reforma político-electoral del país que se da por consenso de todas las fuerzas políticas. La oposición no echó campanas a vuelo dijo que no puede considerarse ``definitiva'', y el PRI la calificó de ``gran logro'', pero todos los diputados estaban deseosos de aprobarla.
Hubo cinco legisladores que se inconformaron con pequeños aspectos, pero finalmente la aprobaron en lo general y no reservaron artículos para la discusión en lo particular. El dictamen fue aprobado con 455 votos a favor. Nadie pudo resistirse al aire de consenso que se respiraba en el recinto de San Lázaro.
Pero esto no evitó que PAN, PRD y PT desgranaran en la tribuna la lista de temas que se quedaron en el tintero y que hacen que la reforma ``no sea la definitiva''.
Se reservaron para mejores tiempos la pelea por la inclusión del plebiscito, el referéndum, la iniciativa popular, las candidaturas independientes y las comunes (entre partidos), la prohibición del uso de los colores y símbolos patrios en los logos de los partidos, entre otros temas, coincidieron las bancadas del PT, PRD y PAN.
Y también en aras del consenso, las fracciones de oposición aceptaron que los seis consejeros ciudadanos actuales no puedan reelegirse, que tampoco puedan aspirar a la jefatura del gobierno capitalino quienes ya fueron regentes y que el Estatuto de Gobierno del Distrito Federal lo expida la Cámara de Diputados, en lugar de la Asamblea Legislativa.
Al lado de los avances, dijo José Narro Céspedes, del PT, ``coexisten limitaciones muy graves que en conjunto impiden caracterizar la presente reforma como la definitiva'', y en su lista incluyó la subsistencia de un principio de composición de las cámaras no basado en la proporcionalidad directa, y la necesidad de simplificar los requisitos y trámites para la participación electoral de las asociaciones políticas.
Jesús Ortega, el coordinador de la bancada perredista, enmarcó el voto favorable del PRD en una situación general de inestabilidad del país, y no me refiero, aclaró, ``al tan mencionado supuesto de la debilidad del Presidente. No!, me refiero sobre todo al deterioro estructural que experimentan hoy las instituciones del Estado mexicano, las instituciones de la República, que como nunca viven un bien ganado desprestigio entre la población''.
Explicó que el PRD asume que no habrá desarrollo y bienestar económico si no hay democracia y estabilidad política, y por eso ha insistido en la necesidad de cambios profundos en la vida política del país, que permitan una democracia plena y reconstruir las instituciones que den seguridad, certidumbre y garanticen derechos y justicia para todos los mexicanos.
``Porque no le apostamos a la ingobernabilidad ni a la inestabilidad política y social; porque no creemos en la violencia es que decidimos con firmeza participar en el proceso de negociación y de diálogo que condujera a una reforma político-electoral. Porque actuamos de buena fe, pero sin ingenuidad, es que participamos en el proceso de reforma...''.
Mencionó los aspectos que dan valor a esta reforma: la prohibición constitucional que cierra el paso al corporativismo; la salida del gobierno de los órganos electorales; la protección constitucional de los derechos políticos de los ciudadanos; la integración del Tribunal Federal Electoral al poder Judicial; el control constitucional de actos y resoluciones de las autoridades electorales; el derecho al voto de mexicanos en el extranjero; la introducción de la representación proporcional en el Senado...
Ortega enumeró también los aspectos en los que se ``impusieron resistencias y actitudes francamente retardatarias y timoratas, que hacen que esta reforma no pueda ser considerada completa y menos definitiva, como lo prometió el jefe del Ejecutivo'': no pasaron las candidaturas independientes, no hay posibilidades de que la población participe a través del referéndum, el plebiscito...
Y aprovechó para manifestar su protesta enérgica por el veto de que fueron objeto los actuales consejeros ciudadanos, pero, añadió: en aras del consenso ``en este y en otros puntos, concedemos, por ahora''. No nos equivoquemos, los conmino: ``La actual reforma es importante, pero aún falta mucho por resolver en materia electoral''.
A su vez, el coordinador de la fracción panista, Ricardo García Cervantes, inició su participación en tribuna con un tono de moraleja: ``Cuando se lucha por el tránsito pacífico, el proceso radica en una paciente labor de aprovechamiento de coyunturas. Se trata entonces de ir abriendo coyunturas con paciencia e inteligencia. Las transiciones pacíficas son por pasos.
``En las transiciones pacíficas se le va metiendo el pie a la puerta de la historia, para abrir el futuro a los pueblos. Hemos dado dos pasos adelante y clavado el empeine en una puerta que, muchas veces, se resiste a abrirse''.
Los dos pasos, explicó, son ``la reforma legal en sí misma (las nuevas bases para una ley electoral más acabada) y las nuevas prácticas de debate, de diálogo, de avenimiento, de acercamiento y manejo de conflicto, que propició el deseo de alcanzar una reforma de consenso''.
Hizo también su recuento de ``avances'', y en el caso del Instituto Federal Electoral consideró que la reforma más importante todavía está por darse; consistirá en seleccionar personal honesto y capaz que garantice imparcialidad en su actuación.
Mención aparte le merecieron los consejeros ciudadanos vetados para permanecer en el IFE (Santiago Creel Miranda, Miguel Angel Granados Chapa, Fernando Zertuche Muñoz, José Agustín Ortiz Pichetti, José Woldenberg y Ricardo Pozas Horcasitas): ``Deberán disfrutar la íntima satisfacción del deber cumplido, quedar claros de que constituyen la punta de referencia y de contraste para quienes hayan de sustituirlos''.
Votaremos en favor de la reforma, dijo a nombre de toda su fracción, ``entendiendo'' que la reforma a la legislación secundaria (el Cofipe) deberá concretar reglas claras que supriman de los procesos electorales la inequidad que impide calificarlos como democráticos.
Llamó la atención que Humberto Roque Villanueva no aprovechara la ocasión para ir a tribuna. Envió a Jorge Moreno Collado a plantear la postura del PRI, quien dijo que el mayor mérito de esta convergencia es ``haber demostrado que no siempre la suma de posturas partidistas tiene que concluir en fracturas y confrontaciones''.
Reconoció que fue en el PRI donde se tuvo que vencer el mayor número de resistencias al cambio; ''..todos los partidos iniciaron este largo recorrido desde posiciones rígidas, para arribar a otras más flexibles; y ha sido al PRI a quien se le ha hecho el cargo más costoso de esta reforma en curso''.
Habló de que con las reformas logradas la lucha por el poder en México ``abandona el laberinto de la desconfianza, sale de la zona gris de la suspicacia y se ubica en el zócalo de la constitucionalidad''.
En una breve explicación a los sectores duros del PRI, señaló que reducir la sobrerrepresentación a 8 por ciento en la Cámara de Diputados, no significa que el PRI ``proceda a desmontar su estructura de partido mayoritario o a desmantelar su calidad de grupo gobernante'', quiere decir únicamente que confiamos en los valores que justifican los acuerdos adoptados.
A quienes están en contra de integrar senadores de lista (por partido), les dijo que esta disposición favorece a la oposición ``a costa del grupo priísta''; sin embargo, vale la pena apostar igualmente por la posibilidad democrática en la Cámara de Senadores.
Una vez que las cuatro fracciones parlamentarias fijaron sus posturas, los diputados Tonatiuh Bravo, Graco Ramírez y Alejandro Rojas pidieron la palabra. El primero fijó la postura de los llamados diputados ciudadanos, y Graco Ramírez y Alejandro Rojas para cuestionar que no se haya tratado el tema de las candidaturas independientes.
No fueron hasta la tribuna, pero Armando Quintero, Salvador Martínez della Roca y Graciela Rojas, del PRD, hicieron algunos comentarios al emitir su voto en torno a las reformas al 122 relacionadas con la capital, pero dieron su voto a favor y no reservaron artículos para la discusión en lo particular. Lo mismo hizo Alejandro Rojas, así que para efectos formales, la reforma se hizo por unanimidad.
En términos generales los miembros de las cuatro fracciones parlamentarias estaban conformes con la reforma largamente consensada, y si bien cuando se dio la negociación en San Lázaro nunca lograron amarrar acuerdos, ayer la llamada burbuja del PRI festejó el consenso alcanzado entre Gobernación y los partidos como un logro propio.
Hoy corresponde al Senado discutir la iniciativa, que en calidad de minuta ayer mismo le enviaron los diputados. Este viernes por la tarde el periodo extraordinario de sesiones habrá concluido.
San Andrés y la reforma
Las cuatro fracciones parlamentarias firmaron un punto de acuerdo en el que se comprometieron a que los acuerdos de San Andrés Chiapas en materia de participación electoral serán discutidos en el Congreso de la Unión, en el momento en que se presenten las iniciativas de reformas constitucional y legislativa que garanticen los derechos y la cultura indígenas.