La Jornada 1 de agosto de 1996

Acuerdo confidencial de México y EU sobre seguridad transfronteriza

Jim Cason y David Brooks, corresponsales, Washington, 31 de julio El Grupo de Contacto de Alto Nivel México-Estados Unidos para el control de estupefacientes (GCAN) se comprometió a avanzar contra la producción, distribución y demanda de drogas ilícitas y suscribió un acuerdo confidencial sobre seguridad transfronteriza y cooperación policiaca.

Pero mientras el zar antidrogas de la Casa Blanca, Barry McCaffrey, el procurador Antonio Lozano Gracia y el canciller José Angel Gurría concluían 36 horas de trabajo esta mañana, las críticas a la colaboración de México en materia de drogas continuaban en el Congreso.

Durante una reunión con legisladores Lozano enfrentó preguntas difíciles sobre los alegatos de corrupción de la policía federal mexicana y la PGR publicados por el diario The Washington Post, y McCaffrey, en una audiencia en el Senado realizada más tarde, fue nuevamente interrogado sobre la narco-corrupción en México, y se le indicó el temor de que Estados Unidos esté perdiendo el control de su frontera sur ante el poder de los narcotraficantes.

El general retirado McCaffrey rechazó tajante la propuesta de varios senadores para ampliar la militarización de la frontera con México, pero en una ilustración de actos de equilibrismo político cada día más delicado en este año electoralaceptó la necesidad de ampliar las fuerzas de seguridad pública y el apoyo técnico de los militares para reforzar el área.

Lozano afirmó, en conferencia de prensa conjunta con McCaffrey, que lo logrado en esta segunda reunión del GCAN fue establecer un marco para ``el combate integral'' contra la droga en todos sus niveles, por lo cual participaron siete dependencias federales de cada gobierno. Subrayó que dos temas prioritarios integrados a la discusión fueron la reducción de la demanda y el tráfico ilícito de armas de Estados Unidos a México.Uno de los principales reclamos del gobierno mexicano logró establecerse como punto prioritario en estas discusiones. McCaffrey afirmó que además de cooperación en el rubro de seguridad pública, ``ahora tenemos que añadir la noción de la reducción de demanda (consumo)''.

Sin embargo, el acuerdo más sustantivo parece ser el convenio confidencial suscrito entre funcionarios de la PGR, el INCD, el Servicio de Aduanas de Estados Unidos, el FBI y la DEA que, según informaron fuentes cercanas a las pláticas, establece protocolos y responsabilidades para la comunicación bilateral y el intercambio de inteligencia en las campañas conjuntas contra los narcotraficantes a lo largo de la frontera.

``La idea es asignar responsabilidades a cada una de estas agencias en sus tareas específicas dentro de estos esfuerzos'', explicó un funcionario estadunidense a La Jornada.

En el comunicado conjunto emitido hoy se informó que el GCAN ``aprobó un Guión Anotado para la elaboración de un Diagnóstico Objetivo y Compartido en torno del fenómeno del narcotráfico, mismo que servirá como base de una estrategia bilateral antinarcóticos''.

Según Lozano y McCaffrey, este proceso de consulta bilateral ha establecido un marco de consulta continua y ha creado una serie de subgrupos para elaborar estrategias con el fin de enfrentar aspectos claves de la lucha antinarcóticos como lavado de dinero, tráfico de armas, control de precursores químicos y erradicación, intercepción y reducción del consumo. Además, ambos países acordaron desarrollar una base de datos más precisa sobre producción y consumo de drogas.

Washington reiteró su intención de proveer en los próximos meses entrenamiento y equipo para las fuerzas de tarea fronterizas de México, así como el envío de 73 helicópteros militares y equipo de detección de alta tecnología. Aunque el envío del primer grupo de 20 helicópteros prometido a México ha sido demorado por la oposición de algunos legisladores, funcionarios estadunidenses creen que el bloqueo a esta primer remesa será levantado en las próximas dos semanas.

Sin embargo, McCaffrey reconoció que parte del paquete todavía está siendo obstaculizado por algunos miembros influyentes del Congreso que continúan cuestionando el compromiso del gobierno mexicano en su lucha antinarcóticos y su cooperación con Washington.

El comunicado no ofreció detalle específico sobre la asistencia técnica estadunidense ni sobre el equipo que se ha ofrecido a México, y evitó tocar los temas controvertidos de las extradiciones o sobrevuelos en territorio mexicano por aeronaves antinarcóticos estadunidenses.

Interrogado sobre las extradiciones solicitadas por Washington, Lozano declaró a la prensa que su gobierno sí había extraditado a diez personas a Estados Unidos, cuatro de ellas narcotraficantes, pero no dio nombres ni nacionalidades. Gurría insistió poco después que la información sobre los extraditados fue hecha pública a través de boletines de prensa durante estos últimos meses, pero tampoco ofreció más detalles.

En la conferencia de prensa conjunta McCaffrey se mostró optimista sobre el tema. Declaró que Washington también se ha comprometido a extraditar a estadunidenses a México si es necesario que se presenten ante el sistema judicial de este país por delitos cometidos en él.

Otros funcionarios del gobierno de Clinton insistieron en que se han logrado avances muy concretos con México en esa materia durante los últimos seis meses. ``El tema de la extradición ha sido difícil, pero finalmente se ha avanzado y hay progreso'', comentó uno de ellos.

McCaffrey negó que el tema de los sobrevuelos estadunidenses en territorio vecino haya sido parte sustantiva de las discusiones del GCAN y rechazó la sugerencia de un reportero en el sentido de que se había tocado el tema de la persecución en caliente de autoridades estadunidenses en terreno mexicano.

No obstante, otros funcionarios dijeron que líderes políticos de ambas partes discutieron el tema de los sobrevuelos y acordaron reiniciar pláticas técnicas sobre procedimientos de operación y protocolos para las solicitudes estadunidenses de sobrevuelos en México.

Varios funcionarios del gobierno de Clinton consultados sobre la reunión bilateral subrayaron que desde el lado estadunidense había una percepción de progreso sobre toda una serie de temas. ``Se necesitará mucho más tiempo para algunos, como la cooperación entre militares, el lavado de dinero o protocolos sobre químicos'', comentó una de las fuentes, ``pero creemos que las discusiones durante los últimos seis meses han logrado que se proceda sobre algunos de estos temas de una nueva forma''.

Pero mientras funcionarios de ambos gobiernos concluyeron sus reuniones con la afirmación de que se avanzó en varios frentes, varios influyentes legisladores estadunidenses están menos convencidos.

``Estamos sitiados'', dijo la senadora Kay Bailey Hutchinson de Texas, en referencia a los problemas enfrentados por rancheros de su estado que dicen ser víctimas de un incremento de la violencia de bandas de narcotraficantes en la frontera.La senadora Dianne Feinstein sostuvo que los problemas en la frontera de su estado, California, estaban provocando que reconsiderara la propuesta de enviar más tropas a esa zona: ``Cada vez más soy de la opinión de que necesitamos poner una presencia militar allí para detener estas incursiones criminales''.

Sin embargo, McCaffrey dijo que la clave de esta relación es la cooperación con el gobierno mexicano: ``He concluido que el alto liderazgo de México, su presidente, su ministro de Defensa, su procurador general, su canciller, están intentando, para sus propios propósitos, enfrentar el narcotráfico como una amenaza fundamental a su propia democracia. Y también creo que están en medio de una revolución dentro de la cual están intentando lograr un nuevo estatus democrático, un nuevo tipo de economía, una nueva relación con Washington''.