El acuerdo sobre la reforma electoral que se dio a conocer el 25 de julio en Palacio Nacional es muy significativo para la vida pública del país al menos por dos razones: la iniciativa surge de un consenso plural entre las principales fuerzas políticas, y se logran avances muy importantes en las principales estructuras del proceso electoral mexicano.
Desde la reforma de 1977, que diseña gran parte del actual sistema electoral mexicano, hasta la que se hizo en marzo de 1994 para conducir la sucesión presidencial de ese mismo año, no se había logrado un consenso tan amplio entre los principales partidos políticos y el gobierno. Estas reformas anteriores formaron parte de un largo ciclo en el cual prevaleció la injerencia gubernamental sobre los comicios, y de alguna manera, también se mantuvieron las condiciones para que siguiera vigente el régimen de partido de Estado. Quizá por esas razones la oposición que no tenía la fuerza para impulsar mejores reformasquedaba insatisfecha y adoptaba cualquiera de las siguientes posturas: aprobarlas porque consideraba algunos logros de su proyecto, o rechazarlas porque no quería ser cómplice de cambios insuficientes.
El largo y sinuoso ciclo de reformas electorales llegó al extremo de que los cambios servían sólo para pasar la elección siguiente. Así, durante el sexenio pasado se hizo una primera reforma en 1989-1990 para las elecciones intermedias y dos más para la sucesión, una en 1993 y otra en 1994, y antes de que tomara posesión el nuevo gobierno ya se había anunciado la siguiente. Después de cada elección se mostraban las insuficiencias, los trucos, las trampas, o los vacíos de la ley en esta materia, los siguientes cambios trataban de remediar, pero sólo lo conseguían parcialmente porque la lógica seguía siendo conservar los privilegios y los controles de un régimen de partido de Estado.
En este sexenio el mismo presidente Zedillo habló de una reforma ``definitiva'', lo cual implicaba terminar con este círculo agotador de elección-conflicto-reforma-elección. Otra característica que acompañaba estas reformas parciales era la desconfianza como el factor que organizaba todo el proceso; la oposición se cuidaba del PRI y éste de la oposición. Se llegaron a crear verdaderos laberintos legales, una muy sofisticada estructura jurídica que pasó a ser materia de iniciados.
En los próximos días el Congreso de la Unión modificará 19 artículos de la Constitución de la República sobre la materia político-electoral (La Jornada 26/VII/96). Hay que tener cuidado con los detalles y las disposiciones legales para que no encubran trucos. En la reforma habrá que cuidar que los avances logren realmente su función con eficacia y transparencia. Entre los principales cambios están: a) sobre derechos políticos se establecerá que ya no exista ningún tipo de afiliación corporativa o gremial a los partidos políticos, sino meramente individual; b) sobre los organismos electorales, habrá una plena ciudadanización en donde la autoridad gubernamental dejará de tener el control, como de hecho ya se había logrado en algunos estados como Chihuahua y Guanajuato; los únicos que tendrán voto serán los consejeros electorales y su presidente, el cual ya no será nombrado por el poder Ejecutivo, sino por el Congreso; c) sobre las condiciones de la competencia se avanzó en emparejar el terreno para lograr una equidad básica en materia de financiamiento de los partidos, que será mayoritariamente público; asimismo, en el control sobre los gastos de campaña y mejores condiciones de acceso de todos los partidos a los medios masivos; d) en cuanto a la representatividad, el partido mayoritario podrá tener un máximo de 8 por ciento de sobrerrepresentación en la Cámara de Diputados, y en número de diputados no se podrá tener más de 300; se hizo una nueva modificación para la integración del Senado, el cual tendrá en 1997 a 32 integrantes de representación proporcional; e) en materia de justicia electoral se logró que la Suprema Corte de Justicia de la Nación pueda conocer de los problemas y asuntos electorales y que el Tribunal Federal Electoral quede integrado por completo al Poder Judicial; f) en cuanto al impacto de la reforma federal en los estados del país se pretende que todas las entidades adopten los mismos ejes rectores de esta reforma, muy importante sobre todo para los que están atrasados, porque hay entidades que están más avanzadas que la federación, como Chihuahua; g) la otra reforma fundamental es la del DF, en donde se podrá elegir nuevo gobernador para el próximo año y la Asamblea de Representantes pasará a ser un congreso local.
Dentro de los logros de la reforma será necesario regresar a los reclamos originales de la cuidadanía: que los votos se cuenten bien y cuenten para integrar a los gobiernos, lo cual implica mejores condiciones para desarrollar la democracia en México. El paso de las nuevas reglas del juego democrático se terminará pronto, los siguientes eslabones tienen que ver con la voluntad política para respetar la ley y construir el consenso que garantice al país la alternancia política con estabilidad y el final del sistema de partido de Estado.