La Jornada 29 de julio de 1996

Milicia racista, probable autora del bombazo

Afp, Ansa, Ap, Dpa y Reuter, Atlanta, 28 de julio El FBI y el Departamento de Justicia informaron hoy por separado que se sospecha que una milicia supremacista de Georgia haya colocado la bomba que estalló la madrugada del sábado en el Parque del Centenario Olímpico de Atlanta, pero reconocieron que si bien se siguen varias pistas, aún no hay sospechosos concretos.

El agente especial del FBI, David Tubbs indicó que se tienen fotografías, videos y declaraciones de testigos, y dijo que se han recibido más de 600 llamadas de gente que ha aportado indicios, y que se tienen también retratos hablados de personas que fueron vistas en el parque antes de la explosión, que dejó saldo de dos muertos y 110 heridos.

Tubbs insistió en que el examen de voz hecho a la grabación que advirtió a la policía sobre la presencia de la bomba determinó que el autor es un sujeto de raza blanca, que no tenía acento particular, aunque según fuentes de la cadena televisiva CNN, tenía un ``ligero acento'' del sur de Estados Unidos.

Autoridades policiales de Atlanta aclararon hoy que aunque en la llamada se dijo que la bomba estallaría en 30 minutos, no se indicó dónde se encontraba el artefacto, y resaltaron que no se evacuó el parque para no crear pánico. Dijeron que la explosión ocurrió mucho antes, cuando apenas se estaba contactando a los expertos en explosivos.

Por lo pronto, Sam Nunn, senador por Georgia, declaró que se investiga si fue adecuada la respuesta que las autoridades dieron a la advertencia.

Mientras, la adjunta del Departamento de Justicia y encargada del presidente Bill Clinton para coordinar las tareas de investigación, Jamie Gorelick, afirmó que se sigue la pista vinculada a milicias antigubernamentales y grupos extremistas. Precisó que el FBI y el Departamento de Justicia examinan el caso de dos miembros de la organización radical Regimiento 112 de la Milicia de la República de Georgia, a quienes se detuvo en abril por la fabricación de 40 bombas artesanales similares a la empleada en el atentado.

No obstante, Gorelick dijo que tanto el Departamento de Justicia como el FBI y otras agencias que participan en las investigaciones no están privilegiando la hipótesis de que terroristas estadunidenses son los culpables.

Así las cosas, varias personas declararon a las autoridades haber visto a un grupo de jóvenes blancos escapar corriendo del lugar del atentado estrechándose las manos y golpeándoselas, palma con palma, como hacen los basquetbolistas al festejar sus canastas.

El experto israelí que asesoró a las autoridades olímpicas, David Tsur, atribuyó el ataque a un ``ciudadano frustrado'', a juzgar por las características de la bomba. Expuso que un artefacto tan rudimentario: hecho con un tubo lleno de clavos y el explosivo plástico que suelen usar grupos antigubernamentales, colocado en una mochila de cuero, no corresponde a un grupo guerrillero internacional, sino a un aficionado ``que odia al sistema''.

El experto británico en terrorismo David Capitanchik atribuyó el ataque a algún grupo local opuesto a la reelección de Clinton.

Uno de los fundadores de la Milicia de la República de Georgia, J.J. Johnson, negó hoy toda vinculación de su grupo con el atentado, y expresó que sus correligionarios están ``muy molestos'' por las especulaciones de la prensa. Aseguró que no aprueban las medidas de seguridad impuestas en el estado por las Olimpiadas y aseveró: ``Atlanta parece estar ahora bajo estado policial, algo contra lo que hemos luchado los patriotas y la milicia. ¿Porqué haríamos algo que empeorara esto?''

Johnson y la abogada del grupo, Nancy Lord, afirmaron que la milicia ofreció ayudar al FBI con una lista de personas que pudieron haber construido la bomba, pero dijeron que el Buró debe interrogar también a sus propios agentes. ``Ellos son los únicos que conocemos en Georgia a quienes les gusta hablar de este tipo de bombas y sabe hacerlas'', afirmó Lord.

Medidas de seguridad y paranoia

El presidente del Comité Organizador de los Juegos, Billy Payne, afirmó que no habrá medidas de seguridad nuevas y ``drásticas'' en lo que resta de las competencias.

Pero guardias armados y detectores de metal aparecieron en todo lugar concurrido de Atlanta. Al grado que incluso atletas tuvieron que someterse a cateos y exámenes con detectores de metales, lo que provocó quejas en las delegaciones, que dijeron que algunas competencias se retrasaron y que el nerviosismo se contagió a sus deportistas.

Asimismo, se impuso un ``toque de queda'' a algunos equipos que solían reunirse en bares y restaurantes. Delegaciones de Japón y Hungría, por lo pronto, aceleraron los trámites de repatriación de sus deportistas.

Fuentes citadas por Dpa afirmaron que docenas de conductores de las rutas en la ciudad olímpica renunciaron por temor a nuevos atentados. Mientras, el jefe de operaciones del Comité Organizador, A. D. Frazier, anunció que el Parque del Centenario será reabierto el martes, pero que los patrocinadores serán libres de realizar o no actividades y espectáculos que tenían programados. Frazier agregó que se aumentará sensiblemente el número de policías que vigilarán el parque, y que todo visitante deberá someterse a revisión.

La Villa Olímpica fue puesta en alerta y se bloquearon todos los accesos hacia una zona verde del complejo en la que se encontraba una bolsa, que resultó ser inofensiva.

Los gobiernos de Irán, Bulgaria, Pakistán y Siria se unieron a la condena internacional.