Afores, tanque de oxígeno para charros
Con
el ejemplo de Tabasco,
para qué la reforma electoral?
Cuando el gobierno federal diseñó las Administradoras de Fondos para el Retiro (Afores) pocos se percataron que junto con la promoción al ahorro interno y la capitalización bancaria, se ofreció al corporativismo sindical un instrumento privilegiado que convertirá a los líderes sindicales, otra vez, en poderosos actores políticos capaces de doblegar hasta a los banqueros.
Y es que manejados los fondos económicos de los trabajadores no de manera individual, como se ofreció inicialmente, sino en paquete por empresas, los viejos líderes, los artífices del corporativismo antidemocrático, tendrán en sus manos un capital económico y político que los hará los hombres más asediados por las instituciones bancarias para obtener los ansiados fondos de ahorro.
Si bien apenas hoy se dará a conocer la ley que reglamentará las Administradoras del Fondo para el Retiro, es casi un hecho que se privilegiará, como lo han propuesto las instituciones bancarias, que los trabajadores sean afiliados a las Afores, de manera colectiva, esto es, que los sindicatos de una empresa negociarán con los bancos las condiciones en que se depositarán los recursos económicos de todos los integrantes de ese sindicato.
Como se sabe, cuando el Congreso de la Unión legisló la iniciativa enviada por el Ejecutivo para crear las Administradoras de Fondos para el Retiro, se determinó que cada una de esas administradoras podría captar hasta el 17.5 por ciento de los poco más de 10 millones de trabajadores sujetos al fondo. Entonces, se argumentó y en teoría así es que los trabajadores, de manera individual, podrían optar por la Afore o institución bancaria de su preferencia, la que le ofreciera las mejores condiciones para sus ahorros.
Sin embargo, durante el proceso de elaboración de la ley reglamentaria de las Afores, las opiniones se dividieron y mientras que las instituciones bancarias propusieron la afiliación de los trabajadores en bloques por sindicatos, las aseguradoras han insistido en que dicha afiliación sea individual, sin la intervención ni de los empresarios ni los líderes sindicales.
Efectivamente existen importantes razones técnicas por las que resultaría más conveniente la afiliación por sindicatos, de manera corporativa, pues el proceso de individualización reportaría un alto costo económicoPero en el fondo, los criterios que al parecer prevalecerán, son de carácter político. Para nadie es un secreto que las grandes centrales obreras oficiales, cuyos dirigentes han caído en el descrédito generalizado, con las Afores recibirán en realidad un tanque de oxígeno que les permitirá no sólo mantenerse vigentes, sino acrecentar su influencia en todos los órdenes, especialmente el político. La razón es simple: los líderes llevarán a sus asambleas, manipuladas y antidemocráticas como siempre, una propuesta para afiliar en bloque a la Afore con la que hayan negociado, a los trabajadores de uno o más sindicatos o central obrera.
Con los fondos para el ahorro de los trabajadores como instrumento para presionar o negociar, esos mismos líderes recuperarán una importante porción de su alicaído poder político y un mayor control de sus afiliados.
Sólo falta saber el destino de la Afore que le fue asignada al Instituto Mexicano del Seguro Social. Y es que existen evidencias que permiten suponer que esa Administradora fue entregada al IMSS sólo como una concesión para que en el Congreso dieran su voto favorable algunos sectores del oficialismo. En la letra, el instituto tendrá una Administradora, pero en la práctica se anulará. Eso se dice.
En el camino
Debieron pasar 20 meses, casi dos años, para que otra vez se llegara a un acuerdo para alcanzar la reforma política. Sin embargo, nada hay seguro aún.
Todo puede pasar en los próximos días, durante el periodo extraordinario de sesiones a que hoy convocará la Comisión Permanente.
Pero más allá de los esfuerzos por contar con una legislación electoral que sea confiable y equitativa, de nada servirá si no existe voluntad política para avanzar en una nueva cultura política y electoral.
Y si no, véase el reciente caso de Tabasco, en donde se comprueba que un candidato y un partido, Roberto Madrazo Pintado y el PRI, trampearon una elección, y al final no pasa nada, no se sanciona a nadie.