La Jornada 24 de julio de 1996

Gavaldón y Ortiz avanzan en tenis

Fue un doble triunfo que supo a gloria cuando Oscar Ortiz y Angélica Gavaldón avanzaron a la segunda ronda, donde tendrán la prueba más difícil al enfrentar al italiano Andrea Gaudenzi, 39 del mundo, y a la argentina Gabriela Sabatini, sembrada 13 del torneo olímpico de tenis.

Un Ortiz nervioso y sudoroso entró en la pista 11 del arbolado escenario de Stoke Montain, un complejo a 80 kilómetros de Atlanta, que provocó la furia de la prensa. No hubo transporte y cuando éste llegaba, los conductores no conocían la ruta y perdían a la prensa. Muchos quedaron varados en la autopista.

El rumano Dinu Pescariu fue un rival que le dio mucha batalla al mexicano, pese a que Oscar le arrebató el servicio dos veces --en el quinto y séptimo juegos--, pero Oscar no cedía y recuperó los puntos luego de salir de una desventaja cuando perdía el sexto juego, al fallar sus servicios.

El mexicano se sobrepuso y sacó el punto de ventaja para ganar el primer set por 6-2 en 29 minutos. "Entré frío pero la confianza fue mi aliada", dijo el tenista radicado en Estados Unidos.

El segundo set fue como mero entrenamiento para Ortiz, y su victoria la concretó por 6-2, para cerrar el juego en 59 minutos.

Tuvo a su rival como brújula, arriba y abajo, pero siempre atacando por la derecha. "Estaba más suelto y lo único que hice fue mejorar mi servicio". Efectivamente, Ortiz envió dos saques perfectos y le rompió el servicio al rumano, quien se ahogaba por el calor, ese factor de 35 grados centígrados, que provocó --en un receso del encuentro-- el desmayo de un voluntario, pero no pasó de eso.

Ortiz enfrentará ahora a Andrea Gaudenzi, el italiano que eliminó al sembrado 15, el español Carlos Costa en 6-3 y 6-2, donde las posibilidades del singlista mexicano serán remotas, pues tiene una experiencia``desalentadora'', cuando el italiano le ganó en 1994 en el Abierto Mexicano.

Quien sí tuvo apuros fue la rubia Angélica Gavaldón al vencer a la griega Christina Papadaki 6-1, 3-6 y 6-2.

Motivada por familiares, amigos y reporteros, Gavaldón ganó el primer set en menos de 30 minutos en 6-1 y no le preocupó que su cara estuviera cubierta del pegajoso rímel oscuro que le escurría de los ojos, y no se diga de las mejillas, empastadas de maquillaje. Pero las miradas varoniles ni veían eso, sólo se fijaban en el minúsculo calzón blanco que levantaba la mexicana para guardar las pelotas. Chiflidos y suspiros y la rubia, muy segura de lo que tiene, reía con coquetería.

Excedida de confianza, Gavaldón entregó el segundo juego con una crecida griega que aprovechó los errores de la mexicana en los puntos decisivos, porque según la tenista no tuvo muchos juegos de preparación para llegar a Atlanta y que no se recuperó bien de su lesión que la dejó fuera del torneo de Wimbledon.

Perdido el segundo set por 3-6, desde la tribuna Raúl Ramírez la dirigía. Le decía que se calmara y su consejo fue como bálsamo para la mexicana, luego de perder los tres primeros juegos del partido definitivo. Gavaldón mordía sus carnosos labios, hablaba pero nadie escuchaba lo que decía. Más recuperada y enviando hasta el fondo sus tiros dejó fuera a Papadaki en 6-2.

El siguiente encuentro será contra Sabatini, quien derrotó en 7-5 y 6-2 a la francesa Nathalie Tauziat.