$30 mil millones al sector agropecuario
Elena Gallegos y Matilde Pérez Z. El presidente Ernesto Zedillo ofreció que su gobierno hará respetar la ley agraria y pondrá en juego todos los instrumentos a su alcance para hacer valer los tratados internacionales y proteger a exportadores y productores, con el fin de que ese sector sea terreno propicio para la inversión.
Sostuvo enseguida que sin populismo ni demagogia se dan los pasos iniciales para la capitalización y reactivación del campo mexicano, elemento fundamental para la recuperación económica.
Guillermo Ortiz y el presidente Zedillo, al presentar el
Programa de Rescate Agropecuario. Foto: José Antonio López
Aseguró entonces que en México hay una nueva política agropecuaria decidida a sacar al campo de la larga postración en la que ha vivido; habló de la necesidad de que se establezca una nueva vinculación entre los productores y la banca, y dijo que estas instituciones deben participar más activamente en el desarrollo rural.
El Acuerdo para el Financimiento del Sector Agropecuario y Pesquero (Finape) tendrá un costo de 30 mil millones de pesos durante los próximos 10 años y beneficiará a la totalidad de los deudores de esta rama productiva que hayan adquirido créditos en dólares, moneda nacional y en Unidades de Inversión hasta junio de este año por montos desde los 500 mil hasta 4 millones de pesos.
Durante la clausura de la 13 Asamblea General Ordinaria del Consejo Nacional Agropecuario, el Presidente enumeró las acciones enmarcadas en la Alianza para el Campo y dijo que en este año, el costo fiscal de los apoyos a este sector es equivalente al 10 por ciento del producto interno bruto agropecuario.
En el primer acto --efectuado en Palacio Nacional--, luego que el secretario Guillermo Ortiz presentara el programa que busca, entre otras cosas, la restructuración de carteras vencidas en el campo, Zedillo consideró que este nuevo acuerdo entre banqueros, autoridades financieras y productores ``es justo y congruente''.
Lo explicó: atiende a un problema acumulado durante mucho tiempo y mira hacia el futuro para propiciar las condiciones productivas del agro. Busca soluciones definitivas. Convino en que es un acuerdo "social y económicamente responsable, pues concilia la protección de las familias del campo con su potencial productivo y con el cumplimiento de los propósitos de la recuperación.
En este punto, destacó que el nuevo acuerdo si bien demanda un esfuerzo adicional, es congruente con el Programa de Ajuste Económico y coherente con la disciplina fiscal y monetaria. Reafirmó entonces: "Seguiremos con esa disciplina, pues es esencial para consolidar la recuperación e iniciar un periodo de crecimiento sostenido".
Después de insistir en que uno de los objetivos primordiales del acuerdo es fomentar la cultura del pago, Zedillo dijo que éste implica una significativa aportación de recursos públicos de alrededor de 15 mil millones de pesos, que se absorberán a lo largo de varios años.
Más tarde, en una comida que ofreció a los integrantes del CNA --organización que agrupa a medianos y grandes productores-- y en la que tomó la protesta a la nueva directiva, encabezada por Miguel Castro, Zedillo insistió en que su gobierno hará respetar la ley en el agro para ofrecer certidumbre a la inversión. "Todos perdemos cuando se viola la ley", sostuvo.
Detalló los montos destinados a los 22 programas contenidos en la Alianza para el Campo e insistió en que este sector empieza a recuperar la rentabilidad.
En el acto en Palacio Nacional habló también el dirigente de los banqueros, José Madariaga Lomelín, quien pidió a los productores cumplir la palabra empeñada en el acuerdo. "No entendemos ni admitimos el desconocimiento de los compromisos --les dijo-- sería un acto de impunidad e ilegalidad.
Diálogo Zedillo-Fernández Noroña
``¡De aquí no me levanto hasta que salga el Presidente!'' Retador, amenazante, Gerardo Fernández Noroña se echó en la banqueta y puso a girar a los miembros del Estado Mayor Presidencial.
Entre el bullicio que armaban las mujeres --una de las cuales cacheteó a un soldado que la empujaba--, la confusión de los militares, la curiosidad de los transeúntes y la decisión del líder de deudores de permanecer tendido en el suelo justo por donde tenía que pasar el vehículo presidencial, se armó una verdadera trifulca en las puertas de Palacio Nacional.
Todo terminó cuando el mismo Ernesto Zedillo lo ayudó a incorporarse. Intercambió con él algunas frases y le pidió reflexionar y analizar con objetividad y responsabilidad el programa de ayuda a los deudores del campo que minutos antes se había dado a conocer. Le dijo: "Nos preocupan también los ahorradores".
Pero este no habría de ser el único incidente. Antes, en el acto mismo, un resbalón del dirigente de los ganaderos, César González Quiroga, desató la furia panista.
Y es que, sin venir a cuento, González Quiroga atribuyó gran parte del mérito al Partido Revolucionario Institucional y su líder, Santiago Oñate. En el presídium, a los gobernadores del Partido Acción Nacional se les agrió el gesto. Vicente Fox no se aguantó. En pleno acto y ante el azoro de los invitados al patio de honor, exclamó: ``¡No todos los que estamos aquí somos priístas!''
Después González Quiroga tuvo que capear el temporal, cuando y con toda la ira que fue acumulando, Alberto Cárdenas Jiménez, el gobernador de Jalisco, se le fue encima. Pero ese fue otro episodio.
Desde que comenzó el acto, en las puertas del Palacio Nacional se apostaron González Noroña y seguidores. Unas mujeres se tendieron en el suelo para impedir la salida del vehículo presidencial.
Al final y segundos antes de que el Presidente saliera, los deudores se enredaron en una escaramuza con los hombres de la seguridad, en la que hubo desde empujones y gritos encolerizados hasta alguna patada voladora.
Entonces, Fernández Noroña decidió tenderse él. Y así se quedó en el suelo, a unos pasos de la puerta de honor, exactamente en la ruta del vehículo que llevaría a Ernesto Zedillo de regreso a Los Pinos.
Lista, la Suburban azul marina aguardaba ya con el motor encendido para emprender la marcha. Desesperados, los hombres de la seguridad no encontraban la manera de que desistiera el dirigente de la Asamblea Ciudadana de Deudores.
Empecinado, Fernández Noroña repetía: ``¡No me muevo y no me muevo!'' Por eso, ya no se dio cuenta cuando el Presidente, escoltado por el general Roberto Miranda y por su secretario particular, Liébano Saénz, llegó hasta donde se encontraba. ``¡Déjenlo!'', ordenó y repuso: ``¡Levántese!'' Al mismo tiempo, con una mano lo auxilió para que se incorporara.
Medio recostado, Fernández Noroña ya no veía ni oía: "¡No me muevo y no me muevo!", repitió casi en tono de pataleta.
La misma voz se presentó: ``Soy Ernesto Zedillo''. Entonces se diluyó la belicosidad del dirigente que, agradecido, se dejó ayudar: "¡Perdón señor Presidente! --captaron las grabadoras de un nutrido grupo de informadores--, le reconozco su gesto de sensibilidad". Ya de pie, el Presidente le echó un brazo por el hombro y meneando la cabeza, casi lo reprendió: ``No ande usted peligrando; aquí estamos''.
Los dos caminaron rumbo a Pino Suárez. Atrás, las mujeres lanzaban rayos y centellas. Los del Estado Mayor Presidencial cerraron el cerco para que no se aproximaran a los dos hombres que hablaban.
El Presidente le pidió que reflexionaran. Fernández Noroña, replicó: ``Por favor, escúchenos''.
--Yo me comprometo a estudiar y analizar con toda seriedad los distintos planteamientos, pero les pido que también ustedes evalúen con responsabilidad y objetividad el nuevo programa.
--Nosotros queremos pagar, pero creemos que hasta ahora los programas que se han presentado son superficiales --insistió Fernández Noroña.
--Conozcan detalles, estúdienlo, no estén en actitud de cerrazón.
--Está bien, lo haremos, pero ábranos un espacio para que conozca nuestros puntos de vista.
--Muy bien, lo vamos a hacer --terminó la charla Zedillo--, pero no se ande usted arriesgando a que le den un pisotón. No hay como la salud. ¡Andele!
Ernesto Zedillo abordó el vehículo que lo llevó a Los Pinos y Fernández Noroña se quedó haciendo declaraciones a los reporteros. Se quejó de la ``arbitrariedad" del cuerpo de seguridad y remató: ''Le vamos a tomar la palabra al Presidente mañana daremos a conocer el resultado de nuestro análisis del nuevo programa".
En el inter, las mujeres continuaban discutiendo con quienes las contenían. ``Rateros, corruptos'', espetaron a los elementos de seguridad.
En la presentación del Acuerdo para el Financiamiento del Sector Agropecuario y Pesquero, salvo tres ausencias (Tlaxcala, Yucatán y Colima) y la llegada, tres discursos después de Francisco Barrio, estuvieron casi todos los gobernadores.
Correspondió tomar la palabra al líder de la Confederación Nacional Ganadera, César González Quiroga, quien ni tardó ni perezoso, se deshizo en elogios para el PRI: "He cumplido en plantear las demandas de mis representados --dijo al auditorio que encabezaba el presidente Zedillo-- pero también sé reconocer las buenas acciones y es por eso que hoy felicito al PRI, a través de su presidente Santiago Oñate, porque sabe abanderar los problemas de las gentes del campo".
Los panistas se quedaron de una pieza. Fox gritó que no todos eran priístas y, a la salida, Cárdenas Jiménez increpó al dirigente. El ganadero lanzó un par de piropos más a su partido.
El gobernador de Jalisco ya hervía como agua para chocolate. En la despedida, el presidente Zedillo se había detenido frente a él y ambos hicieron comentarios.
Luego los reporteros se lanzaron sobre el panista: "¿Quién mató a los militares? ¿Es cierto que recibió dinero de los Lupercio para su campaña política? ¿Hay ingobernabilidad en su estado? ¿Qué le dijo el Presidente?"
Calientito como estaba, a manotazos se abrió paso. "¡No quiero declarar nada... nada!" Empujó a cuantos se le ponían enfrente. Lo hizo con fuerza, tanta que un reportero fue a dar de bruces en el suelo. No se disculpó. Siguió como torbellino, hasta que encaró a González Quiroga: "¡Esta es la presentación de un programa de todos... no de un partido!"
González Quiroga balbuceó: ``¡Nooo... no!, nos sirve a todos''.
--Sí nos sirve a todos, pero no es de tu partido --le reviró furioso.
Fox, perseguido también por los reporteros, no ahorró calificativos para el ganadero: "Ahí lo vimos echando discursos muy melindrosos, muy rolleros... Eso que Santiago Oñate tuvo que ver por el programa y se preocupa por los campesinos es rollo puro... Que esos cuates no vengan a echarle crema a sus tacos... el programa me parece bien planteado, pero esos que vinieron a aprovechar la circunstancia se quemaron".
González Quiroga se defendió de Fox que, para variar, calzaba botas e iba en mangas de camisa: "El que se quemó fue él. ¡Qué informalidad! Ni el más humilde de los campesinos estaba en mangas de camisa arrugada... ofende a la sociedad".
Lo que más escandalizó al dirigente fue que el gobernador "¡gritara delante del Presidente que no todos son priístas, pues si no lo son es porque no quieren".
Fue así como ayer, en el patio de honor de Palacio Nacional, se puso en marcha el programa de apoyo a los deudores del campo.