La Jornada 23 de julio de 1996

Retirar subsidios generalizados a productos básicos perjudicará a los más pobres: comisión senatorial Plantea sostenerlos hasta que mejoren condiciones económicas

Laura Gómez Flores La Comisión de Distribución y Manejo de Bienes de Consumo y Servicios del Senado de la República informó que de 1991 a 1995 el monto del subsidio para el programa de abasto social de leche se redujo 27 por ciento, el de consumo a la tortilla 45.5 y el de productos básicos a través del sistema Conasupo 25 por ciento.

La Encuesta Nacional de Ingreso-Gasto de los Hogares más reciente permite confirmar que la pobreza extrema es un problema predominantemente rural, ya que alrededor de diez millones de personas se encuentran en esta situación, al igual que cerca de siete millones más en las zonas urbanas.

Paralelamente, alrededor de dos millones de niños de entre seis y 14 años no asisten a la escuela, 10 millones de personas más carecen de atención médica y 4.6 millones de viviendas casi la cuarta parte del inventario habitacional están en condiciones inadecuadas.

Ante ello, la comisión que encabezada Porfirio Camarena Castro solicitó al gobierno federal mantener, elevar y reorientar la cobertura de los subsidios generalizados y dirigidos a los consumidores en condiciones de pobreza y pobreza extrema, en tanto el crecimiento económico no garantice la satisfacción de sus necesidades.

Actualmente el gobierno destina 12 mil 200 millones de pesos para apoyar la alimentación de los sectores más desprotegidos a través de 18 programas, además del subsidio generalizado de la tortilla.

Sin embargo, señala, el impacto de dichos programas sobre los niveles de bienestar es reducido, ya que no se vinculan con acciones complementarias en materia de salud y educación. Esto se refleja en que los padrones de beneficiarios no siempre coinciden entre programas, cuando en principio todos deberían atender a las familias de más bajos ingresos.

A pesar de que 29.3 millones de personas son beneficiarias de los programassin incluir a los de Diconsa no todas viven en condiciones de pobreza extrema, lo que genera errores tanto de inclusión como de exclusión de familias.

Por ejemplo, el subsidio generalizado a la tortilla es de acceso universal, lo que ha ocasionado que las familias en pobreza extrema solamente se beneficien con menos de 20 por ciento de los recursos destinados a esta partida presupuestal.Una situación similar se presenta en la distribución de leche, ya que Liconsa concentra más de 70 por ciento de su abasto en el Distrito Federal y el estado de México.

En los documentos de trabajo que se abordaron parcialmente en la pasada reunión de trabajo con el secretario de Desarrollo Social, Carlos Rojas Gutiérrez, se indica que la reducción del monto de recursos para el abasto de leche provocó también una disminución de 12 por ciento en el número de niños beneficiados, que pasó de seis millones 323 mil a cinco millones 574 mil.

En cuanto al programa de subsidio al consumo de la tortilla, destaca que pese a que el valor del subsidio se redujo 45.5 por ciento, la distribución diaria per cápita 12 por ciento y el valor del apoyo per cápita 62 por ciento, el número de familias beneficiadas se incrementó 44 por ciento.

Según su información, el número de tiendas y almacenes urbanos y rurales se contrajo 11.3 por ciento, al pasar de 25 mil 675 a 21 mil 236.

Así, la adecuación de los programas para que se privilegie la atención a las familias que se encuentran en condiciones de pobreza extrema no deberá eliminar de manera abrupta el actual esquema de subsidios, sino realizar una revisión gradual de los padrones existentes a efecto de depurarlos y elevar a mediano plazo el monto de los apoyos que reciben los grupos más desfavorecidos, señala la comisión.