La Jornada 22 de julio de 1996

Admite el Departamento de Transporte la deficiente seguridad en aeropuertos estadunidenses ``Prematuro'' hablar de atentado a la nave de TWA, insiste Gore

Ap, Afp, Ansa, Dpa, Efe y Reuter, Nueva York, 21 de julio Un terrorista que prentenda colocar una bomba en un avión podría hacerlo en Estados Unidos, reconoció el Departamento de Transporte en un informe dado a conocer por el semanario Newsweek, en momentos en que dos periodistas franceses lograron burlar los sistemas de seguridad del aeropuerto neoyorquino John F. Kennedy y llegar hasta la sala de abordar de un avión de TWA.

Las autoridades estadunidenses no han logrado determinar las causas de la explosión en pleno vuelo de un avión de TWA, ocurrida el miércoles poco después despegar de Nueva York con destino a París, y el vicepresidente Al Gore insistió hoy en que ``es prematuro'' señalar que la catástrofe, que provocó la muerte de 230 personas, fue producto de un atentado, luego de que el director asistente del Buró Federal de Investigaciones (FBI), James Kallstrom, dijo el sábado que existen ``escasas'' posibilidades de que una falla mecánica provocara el siniestro.

Aunque Kallstrom declaró esta noche que no se logró avanzar nada este domingo, una fuente del FBI, citada por Afp, indicó que los investigadores recabaron ``informaciones extremadamente valiosas'', pero no precisó.

La fuente se negó a indicar si la investigación privilegiaba algunas de las tres hipótesis posibles para explicar la explosión del Boeing 747: un desperfecto técnico, una bomba a bordo o un misil lanzado contra la nave. ``No se sabrá hasta que no se encuentre el fuselaje'', dijo y recordó que el FBI realiza una "investigación criminal muy activa".

En el aeropuerto JFK, al igual que en diversos puntos del país, se celebró un oficio religioso en memoria de las 230 víctimas de la explosión del avión de TWA, en el que deudos de las víctimas reiteraron su molestia por el curso de las investigaciones, la lentitud en la recuperación de los cuerpos y externaron su molestia por la ausencia del presidente Bill Clinton al servicio fúnebre.

En un amplio reportaje sobre la explosión que destruyó en pleno vuelo al avión de TWA, Newsweek aseveró en su edición que comienza a circular este lunes que un informe oficial del Departamento de Transporte elaborado en 1995 da cuenta de las escasas medidas de seguridad vigentes en los aeropuertos de este país. El informe no fue divulgado al público por razones de seguridad nacional, y el documento fue archivado poco después de que el mes pasado renunció la entonces inspectora general de Aviación, May Schiavo.

Newsweek refirió que el informe de 1995 fue precedido de otro realizado en 1993, y con parecidas conclusiones reflejaba que los agentes encubiertos lograron penetrar en las áreas de seguridad en 15 de 20 intentos. En una versión que atribuyó a ``fuentes'', Newsweek sostuvo que en el estudio de 1993 se asentó que en un caso un agente logró pasar un detector de metal en un aeropuerto con una granada de mano desactivada.

En su informe de 1995, Schiavo consideró que las condiciones de seguridad no habían mejorado mucho. "La conclusión obvia es que alguien empeñado en colocar un artefacto en un avión tendría buenas posibilidades de lograrlo", sostuvo el semanario.

Añadió que los detectores de rayos X instalados en los aeropuertos de Estados Unidos difícilmente pueden poner al descubierto explosivos plásticos como los empleados en el atentado ocurrido en diciembre de 1988 contra un avión de Pan Am, que estalló en pleno vuelo sobre Lockerbie, Escocia.

Seguridad a prueba

La seguridad del aeropuerto JFK fue puesta a prueba este domingo por un par de periodistas franceses, quienes llegaron a la terminal aérea para entrevistar a familiares de las víctimas y lograron ingresar hasta una sala de abordaje de TWA, sin llevar el pase necesario. "No nos revisaron. Si hubiéramos llevado un bomba se la podíamos haber entregado a un cómplice a bordo del avión", dijo Christophe Hondelatte, de France Info.

Agregó que junto con su colega Giles Pérez, de Radio France International, sin contar con el necesario pase de abordaje y eludiendo la seguridad lograron llegar justo hasta la sala del aeropuerto JFK de donde salió el miércoles el vuelo 800 de TWA. Expuso que pudieron burlar el sistema de seguridad metiéndose entre los pasajeros que abandonaban el aeropuerto, y cuando llegaban a una puerta cerrada, esperaban a que llegara algún pasajero de salida que se las abriera hasta llegar a la sala 25, donde pasajeros abordaban un vuelo a Puerto Rico.

El periodista dijo que tomó fotografías para demostrar la veracidad de su historia.

A las críticas se sumó un ex responsable aduanero del aeropuerto neoyorquino, Tom Capowski, quien declaró al canal local NY1 que los antecedentes judiciales del personal de servicio de la terminal no son verificados desde principios de año.Señaló que por razones de economía ya no se toman las huellas dactilares de los empleados que tienen acceso a las pistas y a las zonas de fletes, y precisó que antes eran comunicadas sistemáticamente al FBI.

"No hay ninguna verificación de los antecedentes judiciales y no sabemos quién tiene acceso a los aviones o a las zonas de fletes", subrayó y refirió que, en los últimos años, unos 300 candidatos a empleados en la terminal aérea fueron descartados gracias a las impresiones digitales.

Responsables aduaneros y autoridades del JFK se negaron a comentar las afirmaciones de Capowski, y una fuente aeroportuaria se limitó a señalar que la verificación de la identidad de los empleados de servicio es responsabilidad de las empresas privadas que los contratan.

Sin hallazgos

A pesar de las condiciones meteorológicas mejoraron notablemente este domingo, los investigadores de la explosión del vuelo de TWA no pudieron ubicar el lugar donde se encuentran las dos cajas negras del Boeing 747, cerca de Long Island.

Una cámara de video que intentaba visualizar un misterioso objeto en el fondo del océano Atlántico que podría ser un resto del aparato fracasó en su intento de encontrarlo. La búsqueda del familiar sonido emitido por los grabadores de voz y datos de la cabina de vuelo también terminó sin resultados. "Si el extremo se hundió en la arena, ese emisor está bloqueado", explicó el vicepresidente de la Junta Nacional de Seguridad del Transporte, Robert Francis.

En declaraciones a la televisora ABC, Francis reconoció que era ``desalentador" para los investigadores "no escuchar esas señales'', e insistió en que las cajas negras podrían permitir la detección de cualquier ruido anormal justo antes del accidente.

El personal a bordo del navío Pirouette esperaba con ansiedad poder encontrar las cajas negras y el grueso de los restos del avión con el objetivo de recoger pistas vitales para la investigación, así como a los más de cien cadáveres que faltan por recuperarse.

"La frustración de hoy para las autoridades policiales, basada en el optimismo de ayer, forma parte de la esencia de este tema", dijo Kallstrom. ``Con suerte mañana encontraremos este avión'', añadió.

En Teherán, la agencia oficial Irna rechazó categórica una versión del diario británico Sunday Times que, citando a fuentes del exilio iraní, involucró a ``terroristas iraniés'' en la explosión del avión de TWA. La publicación agregó que los servicios secretos israelíes informaron a autoridades estadunidenses sobre la posibilidad de un sabotaje o secuestro a un avión de ese país por parte de extremistas islámicos, y la embajada iraní en Londres dirigió este domingo una carta de protesta al Sunday Times por "sus acusaciones sin fundamento".

Por lo pronto, se han logrado identificar plenamente 36 de los 104 cadáveres rescatados, informó el gobernador del estado de Nueva York, George Pataki, quien la víspera ordenó que las tareas de identificación se efectuaran las 24 horas del día ante reclamos de los familiares.

Pataki asistió junto con el alcalde neoyorquino Rudolph Giuliani y el cardenal Joh O'Connor a un servicio fúnebre realizado en el JFK.

Sin embargo, algunos deudos manifestaron su molestia porque el presidente Bill Clinton no acudió al servicio religioso, a lo que un vocero de la Casa Blanca replicó que el dinero que costaría llevar al gobernante a Nueva York podría ser empleado en la búsqueda de los restos del avión y los cuerpos.

En un intento por atenuar la angustia de los familiares, las autoridades llevaron en helicóptero al sitio de la tragedia a un grupo de ocho padres de las víctimas, entre ellos una francesa, quienes a su regreso resumieron cuanto vieron a las otras familias. ``Todo el mundo quedó muy satisfecho'' con esta experiencia, aseguró a Afp un vocero del consulado de Francia en Nueva York.

En tanto, continuaron las amenazas de bomba contra aviones comerciales, y además de la advertencia que a la postre resultó falsa contra un avión de Mexicana, Delta Airlines recibió otra llamada similar. Las oficinas de Delta recibieron un llamada en Boston en la que se les informó sobre la colocación de una bomba en un vuelo en ruta desde Atlanta a Nueva York. El avión aterrizó poco después en Chicago, y tras una minuciosa revisión no se encontró nada.