La Jornada 21 de julio de 1996

Consenso: crece la injusticia social

Jesús Aranda El arzobispo de Hermosillo, Carlos Quintero Arce, alertó sobre los ``signos de ingobernabilidad'' que tienen lugar en el país y recordó que el Presidente de la República, Ernesto Zedillo, empeñó su palabra en resolver la corrupción, impunidad, falta de seguridad y la pobreza creciente, ``pero hasta el momento sus palabras no han sido acompañadas por los hechos'', dijo.

``Por eso, qué bueno que el presidente Zedillo dijo que las únicas armas que quiere México son las de la justicia y la democracia, muy bien, ojalá de veras sea así, porque ninguna de las dos las hay'', señaló.

En su homilía ofrecida en la Basílica de Guadalupe, el religioso llamó a poner fin a ``los odios, las divisiones y las guerrillas'' y a vivir en un estado más fraternal y solidario.

Tanto en su mensaje desde el altar con motivo de la peregrinación anual de la Arquidiócesis de Hermosillo, como en entrevista, Quintero Arce puso énfasis en el problema que implica la existencia en el país de ``grupos violentos''.

De entrada sostuvo que la violencia no es el camino para solucionar los problemas pero ``muchas veces surge la violencia, porque de otra manera no escuchan al pueblo y eso es lo malo'', advirtió.

Denunció que a pesar de las promesas oficiales, la brecha entre ricos y pobres es cada vez más grande, la corrupción es tremenda, así como la falta de seguridad, lo que genera desesperación entre el pueblo.

Urge, insistió, que se aplique la justicia, ya que cotidianamente recibimos a personas que se quejan de invasión de sus tierras, que no pueden pagar sus deudas sin que la justicia los proteja. Para nosotros en Sonora, añadió, no se borran las palabras que dijo en su momento Luis Donaldo Colosio: ``Veo un México sediento de justicia''. Eso es muy cierto continuó quizá por eso lo mataron.

Interrogado sobre lo que él llamó ``niveles de ingobernabilidad'', dijo que desde enero de 1994 se mantiene el conflicto en Chiapas y tampoco se han resuelto los problemas económicos ni los crímenes políticos. Recordó que en una de las visitas que hizo el presidente Zedillo a Sonora, éste empeñó su palabra en resolver el asesinato de Colosio, ``pero ya son más de 120 días y esa palabra empeñada dónde la vamos a creer. Y por eso, yo recuerdo que cuando dijo eso me alegré... si se empeña la palabra del mismo Presidente... pero vienen los días y siguen las cosas igual''.

El prelado comentó que todos estamos hartos de la corrupción y que sin embargo qué se ha hecho?. ``Entonces, muchas palabras bonitas, pero ojalá que se puedan llevar a cabo''.

Ojalá que se oigan la palabras del pueblo, señaló, porque tenemos pobreza, descapitalización del campo, impunidad, y no se ve cómo salir de este problema.

Finalmente advirtió que de mantenerse la misma ``falta de atención a los problemas'', el país correría el riesgo de caer en una situación ``verdaderamente caótica''.

Durante la misa, el arzobispo Quintero Arce ratificó en sus plegarias la veneración que siente por la Virgen de Guadalupe, en lo que pareció una alusión al abad de la Basílica, Guillermo Schulenburg.


Blanche Petrich El combate a la corrupción ``está hoy muy por debajo de lo que exige el país'', señaló el nuevo rector de la Universidad Iberoamericana (UI), Eduardo González Torres, quien subrayó que el sistema requiere ``una propuesta económica diferente'' así como recuperar ``los grandes principios'' y fortalecer la cultura de respeto a las leyes.

Al planteamiento de que en esta coyuntura, de transición hacia nuevas reglas del juego, se tiene la impresión de que México se está desintegrando, comenta: es una percepción ``justificada''.


Debe fortalecerse la cultura de respeto a las leyes,
dijo a La Jornada el nuevo rector de la UIA, Eduardo
González Torres
Foto: Carlos Cisneros

Agrega: ``Aceleradamente, además; cuando una persona tiene que robar para comer, cuando los niños toman las calles y ya no regresan más a una vida dentro de las normas, cuando el país se compone de personas destruidas en la familia, en el empleo, en la credibilidad hacia los líderes... todo esto significa que al ser humano se le destruyó el alma. La gente acepta la ruptura y ya no puede restaurar en su vida un régimen de trabajo y de orden''.

Pero cuando esto ocurre, señala el catedrático, también es el momento de impulsar grandes decisiones. ``Es el momento de los grandes heroismos''. Hay, dice este jesuita, una salvación: ``Darle su lugar a la sociedad civil''.

Electo por un órgano colegiado para dirigir durante los próximos cuatro años la UI, González Torres fue director del Centro de Estudios Educativos. Como responsable de la Comisión de Pastoral de Acción Social, la Arquidiócesis lo asignó, a raíz de los sismos del 85, a las labores de ayuda a los damnificados. El fundó y dirigió la Fundación de Apoyo a la Comunidad y posteriormenente dirigió el Instituto de Apoyo a la Comunidad.

Hoy responde a La Jornada:Cuál es la alternativa para detener ese deterioro del tejido social en México?La búsqueda y recuperación de los grandes principios y la invitación a grupos a hacer núcleos de honestidad. Cuando hablamos de la función de la sociedad civil, hay que pensarlo en ese sentido. Nosotros no peleamos por las instituciones, pero prescindiendo de las instituciones que tienen el poder creamos nuestra organización de vida y de trabajo. Y esto se hace necesario por la tremenda falta de credibilidad en las instituciones.

``Tiene que haber grupos de la sociedad que vivan honorablemente, que reflexionen y que vayan siendo como células líderes. Deben ser grupos con una gran sensibilidad social y un gran humanismo, humildad y discreción, porque si quieren constituirse en otro grupo de poder que le dé la patada al que ya está, se comenzarían a crear en ellos los mismos vicios y ambiciones contra los que están luchando''.

Es posible avanzar en estas propuestas desde los partidos políticos?El partido político con posibilidades de tener éxito debe ser muy sensible, respetuoso; capaz de darle espacio a la sociedad civil y permitir su crecimiento; no aquél que llegue y sólo diga: súmate a mi partido, no el que quiera usar estos grupos para crear una estructura de poder...

``Para mí, el partido político más valioso será el que deje espacio a la sociedad civil...

``Cuando trabajé después del terremoto con muchas organizaciones sociales de la ciudad de México, me encontré con líderes de base muy buenos... Yo les decía, ustedes tienen un liderazgo social, consolídenlo, porque en el momento en que se pongan a pelear por tener presencia en algún partido político o ganar un escaño, se les va a acabar la organización social''.

A una década de distancia de este movimiento de reconstrucción se ve claramente que no fue en los partidos políticos donde la gente encontró respuestas. Dónde, entonces?En las organizaciones comunitarias, de vecinos, los grupos sociales, las organizaciones no gubernamentales y sus redes. Pero se debe tener cuidado; en el momento en que alguno de los líderes de esas organizaciones comienza a hacer alianza con algún partido, destruye el poder social porque la gente no lo va a querer seguir de la misma forma dentro de un partido... los siguen transitoriamente. Vamos a tal partido porque así tendremos vivienda, y se la creen como ya ha pasado en otras ocasiones: van, aplauden, gritan, obtienen la vivienda, pero pierden la organización.

Parece haber consenso en torno al crucial papel que ha ido tomando la sociedad civil... pero sólo entre la sociedad civil. La autoridad no parece considerarla como interlocutor válido. En suma, no es respetada. Es esto cierto?Pues sí, hay dificultades. Hay interpretaciones de que las ONG se hacen o para atacar al gobierno o para evadir impuestos. Hay un no reconocimiento de las fuerzas de las organizaciones sociales y además su ridiculización, pero eso no quiere decir que las organizciones no se consoliden más. Piense lo que piense el gobierno, esta es nuestra salvación: la organización social honorable de base y el fortalecimiento espiritual.

Pongamos por caso los últimos acontecimientos en el estado de Guerrero, el grupo guerrillero que se vio, este Ejército Popular Revolucionario. Qué pasa ahí? Hay un sistema que exonera a Rubén Figueroa Alcocer a contrapelo del clamor de la gente... y hay esta expresión con armas que desata la militarización del estado en un proceso violento, muy autoritario, que estaba como esperando una señal...

No hemos podido acabar de descifrar lo que pasó ahí. Pero estoy seguro que lo que pasó no está desligado de grupos corruptos. Esto no es una expresión auténtica de la sociedad civil. No tengo elementos, pero por lo que alcanzo a ver... es otra cosa, no es el resultado de un grupo de la sociedad civil como lo estamos definiendo. Para destruir los movimientos auténticos que molestan al poder se infiltran a estos procesos y luego los radicalizan. Es una forma de destruirlos.

Bajo esa óptica cómo ve al zapatismo?Desde el principio, el punto de vista mío y de mis hermanos es de que no es la vía armada la que va a hacer más fácil el proceso. Lo que habría que hacer en estos momentos es fortalecer las demandas legítimas de la sociedad; la verdadera autonomía de la sociedad civil y de los líderes. Yo no estuve de acuerdo con la posición de los zapatistas. Pero ahora está dada. Y alguien podrá decir: era necesaria. Eso no se sabrá nunca. Las decisiones humanas hay que asumirlas en los hechos, a futuro, no a toro pasado concluye.