Cada viernes, vejaciones a detenidos en la PGJDF
Ricardo Olayo Viernes, mediodía en el edificio de la Policía Judicial: día de presentación de presuntos delincuentes. Aparecen un mesero y un estudiante del CCH que robaron, según argumentan, por la crisis económica; luego un joven asaltante de 26 años que deshinibido ante las cámaras confiesa gratuitamente que por un juramento hecho a la virgen de Guadalupe no beberá ni consumirá mariguana hasta ``el 10 de noviembre del 2005''. Todos los que lo escuchan se carcajean. Salen también un carterista y un agente judicial en activo que, según él, fue detenido por una confusión.
Son los presuntos delincuentes de cada día en la ciudad de México. Algunos empiezan de manera automática su presentación: ``Me acusan de robo de auto... pero soy plomero''. Entre el auditorio que lo escucha nadie le cree lo que consideran es una farsa.
El director de la Policía Judicial, General Luis Roberto Gutiérrez, es quien presenta y a veces se suma a las bromas que casi de manera natural se juegan a costillas de los detenidos o de sus declaraciones de inocencia. Esta dinámica de trabajo que se impone cada ocho días es difícil de evadir.
En ocasiones, como ayer, dan risa hasta las respuestas de los presuntos delincuentes. Por ejemplo, cuando un detenido señalado como integrante de La Banda del Guante Verde, niega pertenecer a esa organización, y un reportero despistado le repite de inmediato la misma pregunta, y su respuesta es: ``Pu's qué no oyes bien''.
Todos se botan de la risa. El reportero que hace la pregunta se queda perplejo, con los reflectores apuntándole.
A estas conferencias-presentación, que algunos llaman pasarela o showcito de los viernes, asisten cada vez más fotógrafos y reporteros que en muchos casos nadie sabe para qué medios trabajan. Por supuesto que no faltan los reporteros de los nuevos programas policiacos de televisión.
Una vez que los presuntos delincuentes son mostrados a los reflectores de las cámaras, los fotógrafos les gritan-ordenan: ``Suban la cara'', ``!que levanten la cara!'' Luego son hincados en el salón, para que al final de la presentación les tomen una foto colectiva. ``La foto del recuerdo, la foto de equipo... con el balón, como si fuera equipo de futbol'', juegan, se burlan en cortito reporteros y algunos judiciales.
De un tiempo a la fecha los detenidos salen esposados. Los custodian judiciales del Grupo Especial de Reacción Inmediata (GERI), cuerpo de élite que viste de negro con pistola 9 milímetros y cuchillo al cinto.
Uno de estos judiciales exaltado ayer porque un detenido no podía mantenerse firme cuando estaba hincado y porque tenía que aplicarse un espray especial en la boca por estar enfermo, le recriminó: ``¡Quieto, que no estás de vacaciones!'' y lo irguió nuevamente tocándole el hombro.
Aún hincados, les indican que deben estar agachados, mientras que a un costado se presenta al resto de los detenidos. Uno de ellos le alza la voz al general porque lleva cuatro días detenido y no se le ha tomado la declaración ministerial. ``No me ha llevado a la agencia y ya me presentó a la prensa, sin que haya visto a mi abogado'', le reclama.
El general acepta ``que se está integrando'' la averiguación, pero afirma que la detención fue hecha apenas hace dos días. Los reporteros insisten con el detenido para que hable, pero éste se niega; le dicen:``Si no te defiendes aquí...''
La autoridad lo acusa de circular en una camioneta robada en posesión de documentos apócrifos de la PGR, seis juegos de placas, dos granadas de mano, un esmeril, un cautín, entre otros. Su nombre es Manuel Alberto Barrera Paz, pero según la PGJDF se hacía pasar por José Miguel Paz Horta, hermano del ex comisionado del Instituto Nacional para el Combate a las Drogas (INCD).
El responde que el vehículo fue abandonado a las afueras de su domicilio y por ello lo acusan de robo. Dijo que lo han subido a vehículos para darle vueltas por la ciudad sin que haya podido hablar con su abogado. En su caso, como el de otros detenidos, queda la duda sobre su responsbailidad. Es diseñador gráfico, de 27 años.
Luego vienen Francisco Eduardo Olvera, de 19 años, y Miguel Ortiz Calzada, de 37, que aceptan su complicidad. Ambos vestidos de traje aceptan de inmediato que intentaron robar en una empresa de computadoras que vieron sin vigilancia policiaca, en la colonia Roma. Francisco es estudiante de CCH y ante las dudas de los reporteros le preguntan de qué plantel, de qué semestre y, para rematar, una reportera que asiste por primera vez le hace que le diga su número de cuenta de la UNAM. El se lo dice de memoria. Francisco dice que no alcanzaron a robar, que ``sólo fue una tentativa'' en la que usaron una ``pistola de juguete'', y que lo hicieron porque no tienen dinero para subsistir. Cuenta que pronto saldrá del CCH, pero el general lo interrumpe y le corrige: ``Te faltaba un semestre (para salir), porque ya estás detenido''.
También presentan a Raúl Ruiz Roque, de 36 años de edad, policía judicial del DF adscrito a Coyoacán, sorprendido cuando había robado a una persona en compañía de otros dos sujetos. El agente judicial dice que todo se trata de una confusión, que no robaron y que los detenidos son sus amigos, además de que no reconoce las identificaciones apócrifas de la PGR.
La rutina semanal de las presentaciones inició hace más de dos meses con presentaciones masivas de delincuentes. Para la PGJDF es una muestra del trabajo que se hace para abatir la delincuencia. Para muchos reporteros es la ``tradicional conferencia de los viernes del general'', como dicen en televisión y, para los presuntos delincuentes, su nombre difundido públicamente