25 millones en el subempleo
Reportero: Roberto González Amador corresponsales: Armando Torres, David Brondo, Luis Velázquez, Antonio Heras, Martín Sánchez, Jorge A. Cornejo, Luis Boffil, Manuel Enriquez, Jesús Moreno, Alejandro Romero, J. Manuel Carrillo, Gloria Pérez, David Carrizales y La Jornada de Oriente.
El deterioro en los niveles de empleo en México representa ya una
amenaza para la ``seguridad humana'' del país. ``En última instancia
-define la Organización de las Naciones Unidas- seguridad humana
significa un niño que no llegó a morir, una enfermedad que no se
propagó, un empleo que no fue eliminado, una tensión étnica que no
degeneró en violencia, un disidente que no fue silenciado''.
Entre 1982 y 1994, de las 12 millones de plazas que debieron haberse creado para satisfacer la demanda de empleo que reclama el crecimiento de la población, sólo fueron generadas dos millones 400 mil empleos remunerados.
Por primera vez en la historia económica del país, el número de mexicanos que obtienen sus ingresos regulares mediante la economía subterránea superó desde el primer bimestre de 1995 a los que se desempeñan dentro del sector formal, comenta John Saxé Fernández, coordinador del seminario de teoría del desarrollo del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM.
Entre enero y mayo de este año fueron creados 243 mil empleos formales, según cifras del Instituto Mexicano del Seguro Social. Esta cantidad representa el 28.5 por ciento de las 850 mil plazas que se perdieron en 1995.
La ciudad de Monterrey, capital de Nuevo León, alberga a uno de los centros industriales más importantes de México, que durante varios años fue considero el símbolo del auge económico del país. En el último año fueron despedidos en esa plaza 50 mil trbajadores.
``Aun cuando se observa una ligera mejoría en materia de empleo, la recuperación no ha sido sufiente para regresar a los niveles de ocupación que tenía la industria en 1991. Para regresar a esos estándares se requiere generar por lo menos 22 mil empleos'', opina Guillermo Beltrán Pérez, director de estudios económicos de la Cámara de la Industria de la Transformación (Caintra) en Nuevo León. En 1991, la planta laboral del estado sumaba 281 mil trabajadores. Y ahora su número es de 237 mil, señala.
El adelgazamiento del mercado de trabajo comienza a perfilar una nueva clase de trabajadores, que sobreviven de realizar trabajos poco calificados, a pesar de su formación profesional.
La mitad de los 78 mil profesionistas y técnicos que viven en Tamaulipas obtienen su ingreso de actividades como dhoferes, albañiles o en el comercio ambulante. En ese estado, el 20 por ciento del empleo es generado por las actividades informales, estima David ARaujo Balboa, presidente local de la Cámara Nacional de la Industria de la Construcción.
En algunas zonas del país la población depende económicamente de actividades específicas. Es el caso de Coatzacoalcos, Veracruz. En esa región por lo menos 50 mil trabajadores han perdido su empleo a causa de los despidos en la paraestatal Petróleos Mexicanos, de acuerdo con un estudio realizado por la Universidad Veracruzana. También en Veracruz, la empresa Tubos y Aceros de México (TAMSA) ha reducido su plantilla laboral en dos mil trabajadores. En esta entidad una tercera parte de la población es subempleada.
Las instantáneas sobre la situación del empleo en los estados del país sólo confirman la realidad nacional en materia laboral.
En 1995 la industria de la construcción en Chihuahua, el estado territorialmente más extenso del país, disminuyó en 21 por ciento el número de trabajadores permanentes en la industria de la construcción, cuyo número decreció de 10 mil 864 a nueve mil 76 en sólo 12 meses.
El incipiente repunte en el empleo es visto con cautela por representantes del sector privado. El país enfrenta un déficit de 20 millones de plazas remuneradas y la recuperación de la economía en 1996, en caso de cumplirse las metas oficiales, permitirá crear alrededor de 600 mil puestos de trabajo, el 70 por ciento de los perdidos en 1995.
``No es correcto echar las campanas al vuelo'', dice Luis Carlos Treviño de la Garza, presidente del Consejo Cívico de las Instituciones de Nuevo León.
En materia de empleo, añade, la situación comienza a mejorar, pero no en la magnitud que asegura el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática, para quien la tasa de desempleo abierto en mayo fue de 5.4 por ciento de la población en edad y condición de trabajar.