La subvaluación del peso no beneficia las exportaciones
Roberto González Amador El Grupo Financiero Inverméxico consideró que mantener subvaluado el valor de cambio del peso frente al dólar no constituye una estrategia efectiva para promover las exportaciones mexicanas, el único sector de la economía que ha sorteado con éxito la crisis que enfrenta el país.
``La evidencia dista de privilegiar el enfoque de la subvaluación --que el tipo de cambio se deprecia a un ritmo menor al de la inflación-- como estrategia efectiva de mediano plazo para promover las exportaciones'', señalan los especialistas, y agregan que tampoco es sostenible una política que se incline por mantener un tipo de cambio artificialmente sobrevaluado para lograr la estabilización de los precios.
El peso ha enfrentado en las últimas dos semanas recurrentes presiones en el mercado cambiario. Empresarios de la industria exportadora han sugerido la necesidad de mantener una permanente subvaluación del tipo de cambio, como argumento para preservar la competitividad del sector exportador de la economía.
``Quienes simpatizan con esta postura son algunos exportadores que desean preservar los privilegios de un tipo de cambio muy deprimido en términos de dólares, así como los productores que se verían amenazados por la competencia que resultaría de las importaciones a un tipo de cambio más elevado'', añade Inverméxico.
Una de las formas para determinar el valor real de una moneda es comparar la inflación del país con respecto a la que prevalece con sus principales socios comerciales. Pero Inverméxico incluye, además, factores como el grado de avance tecnológico, la productividad, ventajas comparativas, la política comercial y los flujos de capital.
La experiencia en el caso de México, indica, señala que una mayor competitividad de la moneda puede originarse no sólo de menor inflación respecto a la del resto del mundo, sino también de los efectos derivados de la aplicación de reformas estructurales orientadas a elevar la competitividad de la economía.
Inverméxico considera que el tipo de cambio continuará moviéndose de acuerdo con las condiciones del mercado. Su previsión es que la paridad tienda, con fluctuaciones propias de la libre flotación, a moverse hacia un nivel de 8.15 pesos por dólar al final del año.
Señala que si las autoridades deciden retirar el dinero excedente que resulta de la acumulación de reservas --a través de la venta de títulos de deuda-- la paridad real se mantendría estable en un nivel menor al que en otras circunstancias se daría.
Aunque una decisión de esta naturaleza ``sería del agrado de quienes participan en actividades ligadas al comercio exterior'', tiene costos económicos muy elevados: las tasas de interés se ubicarían en un nivel superior al que resultaría sin la intervención de la autoridad, las mayores tasas impactarían en la actividad productiva interna y significarían una carga a la cada vez mayor deuda del banco central, por la necesaria y constante colocación de valores, apunta.
Considera importante señalar que la competitividad de la moneda mexicana no puede depender del sostenimiento de una paridad subvaluada. Ello derivaría en una sostenida demanda interna deprimida o en cada vez mayor inflación, con lo que la paridad necesitaría ajustarse cada vez que el crecimiento de los precios la ubicara en su nivel real de equilibrio.
Señala que un clima proclive a la inversión y a la competitividad económica no requiere una paridad subvaluada, sino factores como un marco macroeconómico estable y de libre mercado, una clara definición y garantía a la seguridad y a los derechos de propiedad, reglas claras y no discrecionales, un ambiente que limite el intervencionismo, y elevar la disponibilidad de recursos crediticios internos.