No voy ir a ver a Marcos; no soy un turista de la revolución: Herzog
Raquel Peguero ``En su artículo del domingo, maneja un mito que no es cierto'', dice el cineasta Werner Herzog, sin mayor preámbulo, con la mirada fija en los ojos de la reportera:
--No es cierto que murieron indígenas durante la filmación de Fitzcarraldo, eso fue uno de los muchos inventos que nacieron alrededor de la película, cuando quisieron detenerla. Fue un rumor que fue creciendo y aún sigue vivo. Sólo murieron dos personas: un hombre que no sabía nadar y, que por robarse una balsa fue arrastrado y una anciana que tenía disentería''.
``No es cierto que murieron indígenas durante la filmación de Fitzcarraldo...fue un rumor que fue creciendo y aún sigue vivo. La única manera de matar al rumor es con otro rumor, nunca con la verdad'' Foto: Pedro Valtierra
El realizador alemán ríe tímidamente. Baja la vista y comienza a jugar con una pluma como si en ella estuviera contenida su vida. Agrega en su claro español:
--Quería decírselo porque el rumor es algo que no se puede acabar. La única manera de matarlo es con otro rumor, nunca con la verdad. Por eso he dicho tantos igual de fantásticos, sobre esa película, resume con una sonrisa.
Después de una semana de caminar México, del homenaje antenoche en la Cineteca Nacional, que le organizó el Instituto Goethe con la proyección de su película Grito de piedra, donde aparece Chavela Vargas, (``la voz de México, junto con Juan Rulfo y Zapata. La película fue una especie de homenaje que quise hacerle a la cantora porque me gusta mucho'') y una matutina conferencia de prensa, Herzog se ve cansado a media tarde, pero acepta veinte minutos de entrevista.
Ahí habla de algo que ``no es un tema porque no existe nada, mas que un guión y unos cuantos preparativos, no vale la pena escribir sobre ello'', que es su proyecto de filmar La conquista de México. Retoma su vehemente afirmación de que no es ``un turista de la revolución'' por lo que no piensa ir a Chiapas para entrevistarse con el subcomandante Marcos, ``quien me fascina como poeta pero no planeo filmar nada sobre el tema''.
Enumera sus proyectos: un documental llamado, Muerte para cinco voces, otro sobre ``esa bestia que ya quiero quitarme de encima, un gran amigo'', Klaus Kinski, una ópera con Plácido Domingo como director artístico y un ``gran texto de prosa que no he terminado''.
Herzog se considera ``competente para hacer La conquista'' que partirá del punto de vista de los aztecas y lo ha escrito basado en las crónicas de Sahagún.
No ha leído La visión de los vencidos porque no ha querido basarse en estudios eruditos sino en los testimonios directos. Señala que el problema que tiene, es la reconstrucción de Tenochtitlan, ``eso quiere decir sitios con una magnitud de cinco veces Cleopatra''. Este ha sido un proyecto ``dormido en mi corazón por 15 ó 20 años'' que desde su primer tratamiento a la fecha ``no ha cambiado mucho'' y para el que determinó que, cuando se filme, los aztecas hablaran náhuatl y los conquistadores, español.
``La misoginia no existe en mis películas. Cierto que las mujeres no tienen mucha presencia, y se concentran en los hombres, pero no es señal de misoginia, amo a las mujeres, tengo hijos'' Foto: Pedro Valtierra
Respecto a que Salma Hayek interpretaría a La Malinche, responde sonriente: ``es su propia especulación, pero no es el tipo que yo quisiera''. Lo apoyan hasta el momento para levantar el filme, Francis Ford Coppola, National Geographic, tiene un productor mexicano, Jorge Sánchez y el Imcine con infraestructura.
La Malinche, junto con Moctezuma y Hernán Cortés, explica, son los protagonistas de su historia.
``Del lado azteca hay poca información, pero hay textos bellos como el Códice Florentino, que es la fuente más importante para la película. La conquista se puede narrar de varias formas pero mi visión esta apegada a Sahagún cuya obra es de la magnitud de la Biblia. Mi visión no puede ser imparcial, pero es algo que se podrá discutir después del estreno''. No hay fecha de inicio y asegura que, aunque tuviera ya el dinero para hacerla, aún tendría que esperar seis o siete semanas antes de empezar.
--Hasta qué punto es posible, como alemán y además bávaro, tomar la perspectiva de los vencidos?,cuáles son los límites?
--No quiero hablar mucho de ello, porque es un proyecto que todavía no nace. Sé que no quiero hacer una película como si yo estuviera en la piel de los aztecas. Eso no es posible, es una perspectiva probablemente diferente a la de otros, pero así es. No es una película que pretenda ser latinoamericana como no lo fue Fitzcarraldo. No pretendo hacer una película mexicana''.
--Será una mitología suya...
--Nonono, nunca he hecho mitologías. La historia siempre es una cuestión que parte desde el punto de vista del que la cuenta, nunca es neutral o algo definido. En una película no es la ley.
``Por ejemplo, la ciudad de Tenochtitlan es un misterio, nadie sabe cómo era en realidad, cuál era su aspecto físico.Sólo sabemos por las crónicas que era una maravilla en el mundo, pero no existe ni un rastro de ella, con pequeñas excepciones como el Templo Mayor, así que hay que reinventar, reconstruir en la fantasía la ciudad. Eso es muy interesante para el cine.
--Cómo es la Tenochtitlan que tiene Werner Herzog en la cabeza?
--Una ciudad de las maravillas, pero aún no concluyo cómo sería, apunto mucho en eso porque es importante.
``Era una ciudad muy grande para el mundo en ese tiempo y una de las más importantes. Pero es una locura hablar en estos momentos del aspecto de Tenochtitlan. Esperemos hasta que esté la película''.
--En sus películas la mujer no tiene papeles importantes y me pregunto qué papel jugará aquí La Malinche.
--La misoginia no existe en mis películas. Cierto que no tienen mucha presencia y se concentra en los hombres, pero no es señal de misoginia, amo a las mujeres, tengo hijos.
``En realidad sus preguntas son todas para después del estreno. Ahora no vale la pena, pero su papel seguramente es importante''.
--Qué le fascina de ella?
--Es una figura de la historia sin duda muy importante, en los acontecimientos de la conquista.
--En México se tiene una reacción negativa hacia ella, de que estuvo en contra de su pueblo. Sospecho que esa no es su visión.
--Vamos a ver.
--Por Moctezuma siente simpatía?
--Vamos a ver una vez más (se ríe).
--Usted que conoce México, cómo considera la conquista actualmente?
--Conocer México es imposible porque es casi como cinco diferentes países, culturas y paisajes.
``Es difícil para mí hablar de México, como si estuviera en un país uniforme, porque es una estructura muy complicada, muy rica muy interesante.
``En la película no quiero ver mucho con los acontecimientos políticos en este momento, porque sueño con hacer la película y, siempre se cambia la situación política y el cine es algo diferente, algo en nuestras almas, en nuestros sueños.
``Eso sería lo adecuado al arte sobre la conquista con los acontecimientos actuales.
``Lo que es claro hasta hoy día, es que la conquista es algo problemático, todavía vivo, algo que mueve los corazones de la gente. Pero este es un tema que no existe, mejor hablemos sobre el arquero del equipo de futbol''.
--Luz María Rojas dice que usted es como un monje medieval. Me da la impresión que así cuida sus proyectos.
--No --dice riendo--, lo que pasa es que este es un proyecto que está desarrollándose y no sé qué va a pasar.
``Ah! y no soy un monje medieval'', concluye Herzog.
Cita en la Patagonia --Ah, el divino Herzog! --exclama Chavela Vargas desde Madrid, a través de la línea telefónica: ``Filmar con él en la Patagonia fue una experiencia maravillosa, fascinante. Ya el mero hecho de ir hasta la parte más austral del planeta significaba algo impactante, pero vivir esa experiencia con Werner Herzog, que es un director genial y un ser humano extraordinario, es algo que recordaré toda mi vida con mucho cariño y emoción. ``No conozco aún la película, no llegué ni a ver los rushes. Desde que terminamos la filmación no he vuelto a ver a Herzog; ahora que está él en México dénle muchos besos y transmítanle mi cariño y mis mejores recuerdos. ``Herzog tenía mis discos desde que era joven, y me andaba buscando. Me localizó hace cinco años en México, por medio de Luz María Rojas, quien me encontró en Costa Rica. De inmediato fui a México a firmar el contrato con el productor de la película Grito de piedra y de ahí viajé a la Patagonia. ``Yo ya había filmado en México La soldadera, pero en la película de Herzog tuve un papel muy importante: una india de la Patagonia que es como una chamana. Hubo a quienes no les gustó mucho mi papel, pero una no es monedita de oro. ``Herzog habla perfecto español; es encantador, muy fino, conmigo se portó de una manera maravillosa, desde ponerme los zapatos, calentarme las manos, no puedo decir con palabras qué maravilla de hombre es. ``La película la hacíamos en tomas pequeñas, muchas veces yo no iba hasta la locación debido al intenso frío; vivimos durante casi un mes en un refugio en la montaña, ahí dormíamos, ahí comíamos; el staff era también fascinante: muchachos de veinte años de edad que hablaban cuatro idiomas y un equipo técnico increíble. ``Qué buena casualidad: me llama usted hoy desde México justamente en mi último día en España: sólo me queda un recital en Salamanca y hoy me despido oficialmente de España, retorno a fin de mes a México. ``Acabo de presentar mi nuevo disco Cimientos, hace apenas unos días y ha sido un éxito enorme, ha tenido una gran aceptación. ``Ya estoy grabando un disco nuevo, que aún no tiene título pero sí una serie de boleros y una canción española, La bien pagada, pero que no voy a cantar como española, sino como mexicana. También hace unos pocos días me acaban de entregar un premio por mi labor artística y humana en el Paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares, que es la más antigua en España. ``Y el domingo pasado me dieron otro premio: le pusieron mi nombre a una calle del poblado Espinosa de los Monteros, cerca de Burgos, en el Norte de España. ``Y todas estas buenas noticias junto a la que ahora recibo: que Werner Herzog está en México y se estrena allá Grito de Piedra. --Ah, el divino Herzog!''. Pablo Espinosa |
Unas chelas en San Miguel La maestría en la producción cinematográfica fue la puerta de entrada de Luz María Rojas, no sólo a las filmaciones de Werner Herzog, sino también de otros directores importantes de México y el mundo. Descubierta por Alejandro Jodorowski, actualmente camina nuevamente al lado del realizador alemán en el proyecto de La conquista ``que es complicado, ojalá se haga'', dice la productora. ``Trabajar con Herzog me ha enriquecido mucho porque es muy importante para mí que el director sepa que yo trabajo para la película y no para otra cosa. Al establecerlo así deja que uno camine a gusto y bien. Y él lo entendió. Lo maravilloso de este trabajo es que cada director es un mundo nuevo''. Werner Herzog, señala Luz María Rojas, es ``un tipo especial, es como un monje medieval, una especie de peregrino que podría vivir con lo mínimo. ``Fue capaz de irse caminando desde Munich (Alemania) a París (Francia) para ver a una persona --quien fue su maestra-- que estaba muy enferma. Por ahí te puedes dar cuenta por dónde va. Es además un tipo muy culto, muy sensible, adora la ópera, la música, pero sí creo que es como de otro momento en el tiempo. ``A Herzog lo conocí en los años setenta. Un amigo me dijo que él quería venir a filmar las momias de Guanajuato, para su película Nosferatu, el vampiro (1978), así que me puso en contacto con él. ``El ya sabía algo de mí porque mi amigo le había contado de mi persona, así que le produje la filmación de las momias. Tuvimos bastantes problemas porque no las querían sacar de la vitrina. Finalmente logré que lo hicieran y las filmó. ``Para celebrar nos fuimos a echar unas chelas a San Miguel de Allende. ``Como sabes, él vivió en México, habla español, y al final de la parranda me dijo: --Gracias por tu trabajo, cuánto te debemos? A lo que le respondí: --Nada. Lo que quiero es que si, algún día vuelves a filmar en Latinoamérica, me lleves a trabajar contigo, de lo que sea. ``Ahí quedó todo en ese momento. Para mí Herzog es uno de los grandes cineastas de la historia del cine, debo decirte --y, dos o tres años después, no recuerdo--, recibí un télex en las oficinas de los Estudios Churubusco, donde Herzog me anunciaba que venía a México y me preguntaba si quería ir a trabajar con él. ``Así llegué a la aventura de Fitzcarraldo (1980-81). Eso te lo puede pintar tal y como es: un tipo excepcional''. ``Fitzcarraldo fue una odisea maravillosa por la oportunidad de trabajar con él porque es un ser excepcional, un tanto como (Andrei) Tarkovski, pero en otro sentido o como (Krysztof) Kieslowski que son directores que se dan rarísimo, con un enorme talento. ``Por desgracia, se había dicho que estaba acabado cuando Grito de piedra no fue un éxito de taquilla, pero no creo que sea así. ``Tiene mucho que dar y simplemente es cuestión de apoyarlo; ojalá y se le dé su proyecto de La conquista porque es el director que lo haría bien, quiza Steven Spielberg también, pero Werner Herzog sería muy especial para los mexicanos''. Raquel Peguero |
Con la ira de Dios A Helena Rojo le brillan más sus pizpiretos ojos cuando recuerda su experiencia de filmación con Werner Herzog en Aguirre, la ira de Dios que filmó en locaciones de la selva peruana en 1972. Allí, la actriz mexicana interpretó a doña Inés, la amante de Don Pedro de Ursúa (Ruy Guerra) el hombre encargado de conducir la desesperante misión de cruzar la selva peruana, en una acto más de la Conquista de 1560. Esta es una de las películas más bellas y desesperantes del realizador alemán. ``Cuando se filmó Aguirre la ira de Dios estaba en un muy buen momento de mi carrera y cuando me llamaron, pensé que era una gran oportunidad el trabajar con Werner Herzog, pero más que eso, me parecía una gran aventura que iba a vivir en la selva y donde además me iban a pagar. ``Ese fue el gancho primordial porque hasta después, por fortuna, sus trabajos empezaron a ser más conocidos en México y se tomó más en cuenta la película de Aguirre la ira de Dios. Eso fue sorprendente, porque uno hacia películas en otras partes y no significaban nada y, de pronto, era alguien especial. ``La filmación para mí fue una aventura aunque para otros, por más que Herzog diga que no, fue un sacrificio enorme. No toda la gente toma las cosas de la misma manera y yo estaba dispuesta a disfrutar cada instante porque aparte me permitiría conocer lugares nuevos de los que había oído hablar desde niña. ``La historia me encantó, además todo era tan inesperado que, uno iba de sorpresa en sorpresa de momento a momento. Eso era maravilloso desde mi punto de vista, porque no había nada escrito ni diálogos, todo se hacía en el momento en un pedazo de papel de estrasa: era la improvisación del momento que estábamos viviendo. --Herzog se veía desesperado? --Bueno, las circunstancias que teníamos en la selva eran difíciles y Herzog trabajaba día y noche tratando de ver qué iba a hacer al día siguiente. ``Luego lo trabajaba con el escritor de la película (en realidad era un traductor al inglés, que le checaba la sintaxis) y de acuerdo a las circuntancias que teníamos en esos momentos, sucedió que un día, en el campamento, el río se llevó las balsas, tal y como lo decía la historia! Fue curioso el momento''. --En algún momento tuvo miedo o dudó de lo que hacía? --No, nunca tuve miedo y eso que estuvimos en los rápidos en el río, amarrados a unos huacales al centro de las balsas y de que en la selva había víboras venenosas. Siempre pensé que no me iba a pasar nada y disfruté el trabajo enormemente. --Y Klaus Kinski cómo era? --Era un ser particular, admirable como actor. En realidad Klaus Kinski se la pasó bastante alejado del grupo, no compartió ni quiso hacer amistad con ninguno, más bien se mantenía alejado y distante. ``Eso sí, cuando el señor Kinski se ponía el traje de Aguirre, había un cambio total y radical en su persona lo cual era muy admirable''. --Volvería a trabajar con él en una loca aventura? --Por supuesto, qué pregunta! aunque la película estuviera igual de loca. ``Claro que sí! Lo que no me gusta es el frío pero si me lleva a la selva voy otra vez, pero a la nieve quien sabe, lo pensaría''. Raquel Peguero |