María Izquierdo, nueva lectura de su plástica en un museo de Chicago
Merry Mac Masters La vida de María Izquierdo (1902-1955) tiene ingredientes suficientes para convertirla en otra ``pintora mexicana atormentada y apasionada'': una relación afectiva y profesional con Rufino Tamayo, un temprano prestigio nacional e internacional, un posterior descrédito artístico (le cancelaron su único encargo muralístico para el Departamento Central del Distrito Federal), que le produjo una profunda depresión y un ataque hemipléjico que la dejó paralizada del lado derecho de su cuerpo.
La artista jalisciense, ``otra pintora mexicana apasionada y atormentada'', foto de los hermanos Millán, cortesía del Archivo María Izquierdo
Cuando se manipula mercantilmente la imagen de un creador su obra suele quedar en segundo plano y distorsionada. Para muestra basta el ejemplo de Frida Kahlo. Así que al recibir Luis-Martín Lozano una invitación del Museo del Centro Mexicano de las Bellas Artes (MFACM, por sus siglas en inglés), en Chicago, para curar una exposición sobre una pintora mexicana, y al escoger a María Izquierdo, lo primero que pensó el curador e investigador independiente --pues se trataba de reintroducir a la artista jalisciense al público norteamericano--, era no caer en una lectura ``feminista, comercial y simplista''. Por simplista se alude a esas ``lecturas de tono autobiográfico: como María era una pintora que sufría mucho entonces sus cuadros nos hablan de sus sufrimientos''. Puede ser, dice Lozano, pero también nos hablan de sus propuestas plásticas, cómo trabajaba el espacio, cuáles eran sus influencias, cómo manejaba el color.
Había, entonces, que presentarla de manera objetiva, desde un punto de vista estético-plástico. María Izquierdo fue la primera pintora mexicana que exhibió individualmente en el país vecino: en Art Center de Nueva York en 1930. Durante las décadas de los treinta y los cuarenta su obra se exhibió en diferentes colectivas tanto en la Gran Manzana neoyorkina (en 1931 integró una colectiva de arte mexicano curada por René de Harnoncourt para el Museo Metropolitano), San Francisco, Los Angeles, París, Santiago de Chile y Lima. Sin embargo, el ex jefe de investigación del Museo Nacional de Arte, es de la opinión que los especialistas han abusado de las biografías de los pintores para hablar de pintura y, por lo tanto, no se meten de lleno a estudiar la obra. ``La producción de nuestro mayores artistas no está catalogada, no se ha estudiado con una perspectiva histórica que abarca desde sus obras tempranas hasta su último periodo'', asegura.
Así fue como Lozano se acercó a María Izquierdo: a través de su pintura. ``Yo había estudiado la pintura de Tamayo y me interesé mucho por la obra temprana de los artistas de la Escuela Mexicana, como Orozco Romero, González Camarena, aun la de Frida Kahlo. Esto me llevó a detectar que el periodo de los 20 y los 30 está poco profundizado por la historia del arte mexicano. Es decir, hay una serie de arquetipos y criterios sobre la EM, pero ya en su madurez. La obra temprana de esos artistas nos habla de cómo llegan a esas propuestas. Entonces, empecé a estudiar la de Izquierdo y me encontré con una artista que tiene grandes diferencias con su obra de madurez de los 40''.
Lozano también se había percatado de que con Izquierdo sucedía algo muy curioso: ``Aparece señalada en prácticamente todos los libros, se repiten los mismos conceptos, pero su pintura era casi desconocida''. Fue la exposición organizada en noviembre de 1988 por el Centro Cultural/Arte Contemporáneo la que mostró al público en general ``quién era esa artista''. La idea fue abarcar ``el mayor número de obras (164), con altas y bajas como todos los artistas'', y ``ponerla de nueva cuenta en el mapa en el contexto del arte mexicano''. La exposición del MFACM, la primera de organizarse de Izquierdo en ocho años, y que al partir del próximo 31 de octubre se exhibirá aquí en el Museo de Arte Moderno, es ``heredera'' de la del CCAC. La diferencia estriba en que el conjunto de 70 pinturas --de una producción total de 500 a 600 obras, ``físicamente'' se ha catalogado el 50 por ciento-- curadas para Chicago tienen el objetivo de presentar ``lo mejor de su propuesta plástica, reordenándola'' con base en conceptos plásticos: qué aprende en la Academia de San Carlos, cómo se acerca a las Escuelas al Aire Libre, a la pintura del siglo XIX, qué estaba haciendo en los 30, qué es lo que retoma de las vanguardias (en especial de De Chirico), cómo es que estos lenguajes se aglutinan después para producir una propuesta personal, reconocible en el tratamiento del espacio, de la composición, en los retratos, los bodegones, las alacenas mexicanas, los altares de muertos... Se trata de una pintora más compleja de cómo la hemos sabido leer hasta la fecha, afirma Lozano.
Asegura que la muestra del MFACM pretende dar un paso ``más allá'' al ofrecer una lectura de Izquierdo para EU. Explora cronológicamente sus propuestas personales no sólo para la historia de arte nacional sino también como pintora mexicana moderna hacia el extranjero. Cabe mencionar que la mitad de las piezas son anteriores a 1940.
--Hay investigadores estadunidenses que preparan incluso tesis sobre María Izquierdo. Qué peligro hay en eso?
--Las personas que han estudiado a Izquierdo en EU lo han hecho desde una perspectiva de la historia del arte, aproximándose de una manera científica y objetiva. Sin embargo, la historia del arte tiene aproximaciones distintas y efectivamente el feminismo como una lectura metodológica del arte es algo qu está muy en boga allá. Son líneas de estudio. Hoy por hoy a los norteamericanos les interesa muchísimo el estudio de las minorías, la producción de los artistas afroamericanos, latinoamericanos, mujeres, homosexuales, es decir, los aspectos marginales de la cultura.
--Por qué las pintoras mexicanas atraen tanto la atención?
--Justamente por la marginalidad. El arte mexicano siempre ha sido prolífico. Hubo un momento en los 30 y 40 donde EU apreciaba altamente el arte de México. Hay que recordar que la segunda exposición importante a un artista de manera individual en el Museo de Arte Moderno de NY fue a Diego Rivera. Es decir, nuestro arte en el contexto de los 20 y los 30 resultaba capital como propuesta de arte moderno. La situación ideológica cambia después de la posguerra. A finales de siglo todos estos aspectos marginales de la cultura universal empiezan a adquirir relevancia para los historiografía norteamericana. Evidentemente, (los estadunidenses) han estado en un proceso de revaloración del arte de México. A esto hay que sumarle la condición femenina de las artistas mexicanas.
--Hay peligro de distorsionar la imagen?
--Absolutamente.
--Por qué nos interesa más el lado personal y no la obra en sí?
--Existe una necesidad del público de vincularse emotivamente con el arte pues éste es una forma de conocimiento, no sólo objetivo sino subjetivo. Hay un diálogo entre la obra y el espectador pero el que haya una posibilidad intuitiva de acercarse al arte no implica que ese conocimiento sea el más válido. Hay un conocimiento objetivo que nos explica cómo es la manera de Izquierdo de pintar. El arte aún es una forma de enseñanza, tiene una cantidad de lecturas múltiples y podemos aprender una y otra vez. El tipo de información que tengamos al respecto del arte es, entonces, decisivo para lo que de él concluyamos. Si esperamos una lectura simplista y autobiográfica de Izquierdo, eso es lo que vamos a deducir de su obra y es tendenciosa.
(María Izquierdo, 1902-1955 se exhibirá en el MCBAM hasta el 8 de septiembre. Para su estancia en el MAM utilizará el mismo catálogo cuya introducción fue escrita por Teresa del Conde, directora del recinto).