La Jornada 6 de julio de 1996

No mostraron los priístas algunos de los documentos más relevantes, indica éste

Elena Gallegos y Oscar Camacho Adolfo Aguilar Zínser dijo que no duda de la ``honorabilidad'' del presidente Ernesto Zedillo. Incluso le mandó una carta en la que le aclara que su relato de los hechos que culminaron con un pago a Maseca no es ``una denuncia'', y que sus trabajos en la Comisión Conasupo ``comparten, en gran medida, los propósitos de transparencia en que se ha empeñado'' el gobierno.

Empero, en el documento que envió el legislador el jueves al presidente de la Comisión Conasupo, propuso ``recabar por los canales adecuados el punto de vista'' del Presidente y ex secretario de Programación y Presupuesto, Ernesto Zedillo, sobre los hechos sujetos a investigación.

El coordinador parlamentario del PRD, Jesús Ortega, dijo que su partido no tiene elementos para juzgar a Zedillo en este asunto, pero advirtió que tampoco permitirá hostigamientos a diputado alguno.

En la misiva al Ejecutivo, Aguilar muestra extrañeza por el comunicado de la Presidencia en el que se ``deplora'' su conducta y se califica de ``incompleto y sesgado'' su informe. En conferencia de prensa insistió en que nunca hizo insinuaciones de deshonestidad en torno del Presidente y aclaró que no hay evidencias de que Zedillo se benefició. A la pregunta de si midió el efecto que tendrían sus revelaciones, recordó que recientemente fue involucrado en supuestas conspiraciones, a lo que respondió que él no tiene gargantas profundas ni es personero de nadie.

Otra vez relató los sucesos. La decisión de pagar a Maseca, subrayó, la tomó Jaime Serra Puche, quien ``no consultó sino ordenó'' al Consejo de Administración de Conasupo que lo hiciera. Pidió que ``se explique con base en qué se tomó esa decisión, porque en su momento no se dio argumento legal alguno''. Dijo que él quedaría satisfecho si se comprueba que no fue un ``acto ilegítimo y de corrupción''.