La Jornada 6 de julio de 1996

``El Presidente no está a juicio'', los increpó Rosario Guerra Lluvia de adjetivos de la legisladora contra Aguilar Zínser

Elena Gallegos y Oscar Camacho ``Señores, el presidente Zedillo no está a juicio!'', saltó Rosario Guerra frente a las cámaras y micrófonos que documentaban cómo sus compañeros, los priístas de la Comisión Conasupo, iban derecho al naufragio en lo que amenazaba con terminar en una frustrada defensa del Ejecutivo.

Frente a los enredos de respuestas a medias, contradictorias y poco informadas, la diputada brincó entre el público asesores y curiosos se mezclaban con reporteros y quiso contener la andanada: ``Lo que tenemos que poner a juicio es la conciencia de los malos mexicanos que están haciendo una campaña de descrédito en contra de México!''.

Sin vela en el entierro, porque ni siquiera forma parte del órgano legislativo que investiga presuntos desvíos en la paraestatal; visiblemente irritada por los desatinos de los priístas y la insistencia de los reporteros que exigían datos más claros, Guerra se lanzó contra Adolfo Aguilar Zínser: ``Ha decidido cotizarse en el mercado político para ver de quién va a hacer la mejor apuesta''.

Todo esto luego de que aquél aportó información publicada en las ediciones de ayer según la cual y al no oponerse, el secretario de Programación en 1989, Ernesto Zedillo, habría abierto la puerta para que se pagara un reclamo de la empresa Maseca a Conasupo por supuesto ``desgaste financiero'', ya que ésta le retrasaba los pagos de subsidios.

La priísta no ahorró adjetivos contra el diputado Aguilar. Lo acusó de vedetismo, falta de responsabilidad y ética política.

Agregó: ``los que están a juicio, lo sé, en la opinión pública, son los Salinas de Gortari''. Dijo que era muy difícil que hubiese tráfico de influencias en la decisión del Consejo de Administración de Conasupo, que determinó conceder dicho pago.

Durante casi una hora entrevistados y entrevistadores parecían hablar idiomas distintos. Con excepción de Salvador Mikel, los demás priístas, empezando por el presidente de la Comisión, Manuel Hinojosa Juárez, hablaban de una cosa cuando se les preguntaba otra y luego se desdecían cuando se sentían cercados.

Por eso las preguntas volvían al punto de partida: Fue o no legal el pago que se le hizo a Maseca? Investigará la Comisión si el pago pudo haberse hecho por una recomendación del entonces presidente Salinas ya que todos sabemos de su cercanía con Roberto González Barrera (propietario de la empresa demandante)? Por qué si el Consejo decidió primero que el pago no procedía revocó después esa decisión? Aunque ciertamente ofrecieron un legajo de documentos, entre éstos el oficio en el que el entonces secretario de Programación, Ernesto Zedillo, deslindó que no era de su competencia decidir si se hacía el pago, no atinaron a responder si había responsabilidad de quien sí lo había autorizado: el secretario de Comercio.

Bueno, ni siquiera se atrevieron a mencionar por su nombre a quien entonces ocupaba dicho cargo (Jaime Serra Puche) y por lo mismo presidía al Consejo de Administración al que atribuyeron la decisión de atender el reclamo de Maseca.

Según explicó después Aguilar Zínser, en los documentos ofrecidos por los priístas de la Comisión hubo serias omisiones. En particular una muy grave: un dictamen de mayo de 1989 de las áreas jurídicas de las secretarías de Programación, Contraloría y Comercio, en el que se sostiene que el pago no debe efectuarse. El nunca pudo acceder a este documento, dijo.

Los priístas, especialmente Jesús Rodríguez y Rodríguez, cayeron en serias contradicciones al señalar que nunca hubo una decisión ``negativa'' del Consejo. Pero sí la hubo y en dos ocasiones. También cuando restaron importancia a las resoluciones de las áreas jurídicas y hablaron de la ``discrecionalidad con la que se manejan los consejeros''.

En la Dirección de Comunicación de la Cámara de Diputados legisladores priístas y reporteros se enfrascaron en un largo intercambio en el que lo mismo se decía una cosa que se negaba, hasta que Rosario Guerra se desesperó e intervino.

Explicó el procedimiento por el cual se tomó la decisión en el ámbito exclusivo del Consejo de Administración, y repitió: ``que no vaya a quedar una impresión errónea, Zedillo no tiene visos de responsabilidad ni concurrencia en esta situación como secretario de Programación''.

Entonces un reportero la cuestionó: ``se acusa a Aguilar de falta de ética por dar a conocer asuntos que la Comisión determinó no hacer públicos, entonces cómo sabe la diputada Guerra todo esto si ella tampoco forma parte de la Comisión? ``Ella buscó defenderse: ``la operación no es rara. Lo raro es que Aguilar Zínser, sin saber nada de administración pública, difunda versiones tergiversadas''. Remató: ``Nosotros no le haremos el juego a personas que no tienen credibilidad. Ya lo saben los partidos que lo han padecido''.