Nada sabíamos del EPR ni tenemos nexos con él: Marcos
José Gil Olmos, enviado, Elio Henríquez, corresponsal, San Cristóbal de las Casas, Chis., 1o. de julio El subcomandante Marcos aseguró que el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) no tiene relación alguna con el Ejército Popular Revolucionario (EPR), que apareció en el estado de Guerrero. Tampoco, aclaró, tuvo conocimiento previo de la existencia de este grupo.
A pesar de haber declinado hablar a favor o en contra de la nueva agrupación armada, dijo que el EPR tendrá que ``demostrar y ganarse su legitimidad'' definiendo su posición ante el pueblo de México y frente al proceso de pacificación de Chiapas. Deberá explicar qué papel le dan a la lucha armada y cómo conciben el poder y su tránsito a éste, dijo.
Javier Elorriaga y el subcomandante en la mesa 1
del Foro Especial para la Reforma del Estado.
Foto: Raúl Ortega
En una larga conferencia en el Teatro de la Ciudad, el vocero zapatista aseveró que el ``principal afectado'' con la presencia del EPR en el primer aniversario de la masacre de Aguas Blancas fue Cuauhtémoc Cárdenas y no el EZLN, el Foro Especial sobre Reforma del Estado o la mesa del diálogo de San Andrés.
``La inmediata reacción de la PGR y de la Secretaría de Gobernación fue muy clara al tratar de implicarlo en este hecho'', apuntó Marcos.
El dirigente habló sobre la posible presencia de otros grupos armados en el país. De hecho recordó que desde 1994 informaron al ex comisionado Manuel Camacho Solís y al gobierno federal de la existencia de un grupo armado en Guerrero, ``pero pensaron que estábamos blofeando''.
``Desde 1994 nosotros teníamos información de que había movimientos armados en otras partes de la República, que no son, por supuesto, del EZLN. Desde entonces lo decíamos una y otra vez, pero se pensó que estábamos blofeando, que amenazábamos o alardeábamos de lo que podría ocurrir en otras partes'', indicó.
``Nosotros señalamos en concreto Guerrero. Dijimos que era necesario que las señales del gobierno fueran contundentes respecto al proceso de paz, se lo dijimos al licenciado Camacho, lo dijimos a la prensa cuando estábamos en la catedral. Tiempo después empezó a haber noticias de delincuentes comunes y narcotráfico, que había choques con el Ejército y con la policía judicial, helicópteros que se caían. Nosotros estábamos advirtiendo que cuando hay un choque de este tipo con un grupo político, no se dice que es de tipo político, inmediatamente se dice que son delincuentes.
``Advertimos que detrás de esos choques había grupos político-militares organizados y que el gobierno lo estaba tapando. Estábamos advirtiendo que no éramos los únicos y que por lo mismo el gobierno estaba cometiendo el error de reducir el problema de pacificación en Chiapas'', sostuvo el subcomandante Marcos.
En ese sentido, indicó que una de las consecuencias inmediatas de lo que está ocurriendo en Aguas Blancas es que el gobierno no puede seguir con su estrategia de que el problema del EZLN es local, ni siquiera estatal.
``El problema de la paz o la guerra es nacional y que de una manera o de otra los grupos armados que haya, el EPR y otros, estarán muy atentos de los resultados, del desarrollo de las negociaciones. Si hubiera alguna duda de que el resultado del proceso de paz en Chiapas tendría repercusiones nacionales, ahora está fuera de duda'', aseguró.
Respecto al uso de la vía armada a la que el EZLN recurrió el primero de enero de 1994, y la que ahora proclama el EPR en Guerrero, aclaró que es un ``método contradictorio'' que implica una ``estructura antidemocrática'', y que para los zapatistas fue consecuencia de la desesperación y no ``un proyecto o un fin''.
Explicó: ``Nuestro fin no era ser un ejército y perpetuarnos sobre una estructura militar. No quisimos ser soldados, tuvimos que hacernos soldados. Después de 1994 nos dimos cuenta que si bien la lucha armada abrió el espacio para hacernos escuchar, para que la nación recordara que hay indígenas y que los estaban olvidando, en el momento que se plantea seriamente la transición a la democracia e incorporar a otras fuerzas no armadas, el hecho de ser un ejército empieza a convertirse poco a poco en un obstáculo''.
Aseguró que el EZLN no cree que las armas produzcan el tránsito a la democracia, ``creemos que tienen un papel en un determinado momento, para nosotros lo tuvieron y ahora están en un papel de defensa. Ya en la vida política no estamos usando las armas, estamos usando la política. Las armas pueden abrir un espacio pero llega el momento en que ese espacio se hace chico, en una camisa en donde ya no puedes crecer''.
En el encuentro con periodistas nacionales y extranjeros, en respuesta al llamado del EPR de formar una sola fuerza política, el dirigente rebelde señaló que el EZLN tiene prohibido por las comunidades hacer acuerdos con organizaciones armadas y clandestinas. El razonamiento del Comité Clandestino Revolucionario Indígena, precisó, es que no se puede jugar con el proceso de diálogo y seguir en éste ``hasta que se agote''.
Luego de confiar que desde 1994 hubo grupos armados interesados en formar una alianza, aclaró: ``Si hacemos contactos o acuerdos con organizaciones político-militares, entonces va a parecer que estamos preparando la guerra, y nosotros no podemos hacerlo ante el compromiso de legitimidad que habíamos ganado ante la gente. En todo caso, si se hace eso, tiene que ser público, de tal forma que la gente, el zapatismo civil, el pueblo de México, sepa qué está pasando con el EZLN. Desde entonces nos lo prohibieron, porque se acercaron organizaciones armadas a hacer contacto y nosotros les dijimos que no podemos hacer ningún tipo de acuerdo''.
Bajo esta idea, el subcomandante Marcos aseguró que la presencia del EPR no cancela la vía política que sigue el EZLN en la mesa del diálogo de San Andrés Larráinzar para resolver el conflicto de Chiapas, con la participación del gobierno federal y los grupos sociales, políticos y civiles --el FZLN entre ellos-- interesados en una solución política.
En cuanto al tema de la asistencia militar de mercenarios de Chile, comentó que el EZLN tiene informes de que éstos están preparando guardias blancas de finqueros, como Jorge Constantino Kanter, y que, incluso, entrenan a una parte de la policía del Distrito Federal. Aseguró también que el gobierno mexicano compró en varios millones de dólares un programa de computación sobre estrategia militar al gobierno chileno.