Gastó Brasil 12 mil mdd para ayudar a bancos en quiebra
Afp, Dpa, Efe y Reuter, Brasilia, 1o. de julio Brasil gastó más de doce mil millones de dólares para ayudar a bancos en quiebra y evitar una crisis financiera que hubiera provocado ``consecuencias políticas imprevisibles'', durante los dos primeros años del Plan Real, que entró en vigencia el primero de julio de 1994.
En tanto, el presidente Fernando Henrique Cardoso admitió errores en la ejecución de ese plan antinflacionario y dijo sentirse "un toro, corrido y picado en varias plazas", tras una agotadora jornada de entrevistas que ocupó en defender al Real.
Gustavo Loyola, presidente del Banco Central, sostuvo que el costo del programa de ayuda a los bancos "es insignificante frente a las pérdidas que el país tendría con una crisis del sistema bancario".
El funcionario atribuyó las fuertes críticas contra dicho plan a "la dificultad de percibir lo que se está evitando", y recordó que la crisis financiera costó la pérdida del 15 por ciento del Producto Interno Bruto a Argentina y del 10 por ciento a México.
Antes de la puesta en marcha del Plan Real, que logró reducir la inflación del 50 por ciento mensual a un solo dígito, las instituciones financieras sobrevivían con la especulación inflacionaria, pero luego no lograron asimilar las medidas de restricción al crédito y la circulación de la moneda. El Banco de Brasil, por ejemplo, tuvo en 1995 pérdidas por 4 mil 200 millones de dólares, las mayores de su historia.
Cardoso, quien impulsó el Plan Real como ministro de Hacienda del anterior gobierno, rechazó igualmente las críticas al programa de ayuda a bancos: "La participación del sector financiero en la economía bajó del trece al ocho por ciento del PIB por primera vez en la historia", dijo.
Al celebrar el segundo aniversario del Plan Real, Cardoso afirmó que el programa logró llevar el consumo a las clases más necesitadas al permitirles planificar su economía con la desaparición de una galopante inflación. "La mayor distribución de la renta de la historia (de Brasil) fue hecha con los dos años de Plan Real", sostuvo el mandatario socialdemócrata, al asegurar que cinco millones de brasileños dejaron de ser pobres, aunque admitió que el principal problema es el desempleo.
Un escaso crecimiento de la economía desde mediados de 1995, tras un sobrecalentamiento que obligó al gobierno a tomar medidas para contener el consumo, determinó un aumento del desempleo que, oficialmente, es de 6 por ciento. El programa también afronta, según economistas locales, tasas de interés excesivamente altas, una supuesta sobrevaloración del real, déficit fiscal y escaso ahorro interno. Cardoso lucha, además, por la sanción legislativa de sus planes de reformas constitucionales en las áreas previsional, de tributación y de administración, claves para contener los excesivos gastos públicos.
Al inaugurar un seminario sobre los dos años del programa, el mandatario sostuvo que "si las reformas no fueran aprobadas, no quiere decir que el real va a naufragar el año que viene. Es que el costo va a ser mayor". Admitió, sin embargo, que la situación de las finanzas públicas ``no es saludable", y que existe ''un cierto descontrol" en los gastos del gobierno por los pagos de salarios y jubilaciones a empleados públicos. Aún así, aseguró que el déficit público, que el año pasado llegó al cinco por ciento del PIB, bajará en 1996 a ``entre 2.5 y tres por ciento del PPIB''.
Para el ministro de Hacienda, Pedro Malán, el país "entró en la ruta del crecimiento``, y aseguró que no habrá más altibajos, ''como que en un año el PIB aumento siete por ciento y el siguiente haya recesión", al garantizar un crecimiento de entre 3 y 4 por ciento en los dos próximos años.
Respecto al aumento en la quiebra de empresas a raíz del Plan Real, Cardoso admitió que "las tasas de interés fueron elevadas, pero ya estamos corrigiéndolas``, y añadió: ''nunca hubo un ajuste tan fuerte en la economía con un costo tan bajo". Finalmente, consideró que lo más importante al comenzar el tercer año del plan "aumentar las inversiones, dinamizando las reformas constitucionales, el proceso de privatización y reduciendo el costo Brasil".