La Jornada 29 de junio de 1996

Ante Clinton, virtual condena a la Helms-Burton en la reunión de los Siete

Ap, Efe, Dpa, Afp, Reuter y Ansa, Lyon, Francia, 28 de junio El Grupo de los Siete, integrado por los países más industrializados, aprobó hoy una serie de medidas para combatir el terrorismo y el crimen organizado, y en economía se pronunció contra las barreras comerciales y acciones que contradigan las reglas de la Organización Mundial de Comercio (OMC).

Al tiempo que se destacaron los beneficios de la globalización como una oportunidad y no como una amenaza, se abogó por un crecimiento económico sostenido. En cuanto al tema de la reducción de la deuda externa de los países más pobres, se aplazó hasta octubre un posible acuerdo de su financiamiento con oro del Fondo Monetario Internacional (FMI).

Lo que más llamó la atención es que los socios de Estados Unidos presentaron al presidente Bill Clinton una condena de la ley Helms-Burton, al término de la sesión económica. Si bien no se menciona por su nombre a la legislación que pretende endurecer el embargo contra Cuba mediante terceros países, el mensaje es unánime.

El grupo criticó a Estados Unidos al señalar que interfería en sus asuntos internos al amenazar a las compañías extranjeras que mantengan relaciones comerciales con Cuba, Irán y Libia, cuyos estados Washington considera ``terroristas''. Además, dijeron que con ello se viola en forma abierta las normas establecidas por la OMS.

Tras rechazar el esfuerzo estadunidense de las sanciones contra Cuba y la imposición de medidas comerciales y de inversión contrarias a la OMS, los aliados subrayaron que la Helms-Burton era una tentativa de imponer su política a otros países.

El presidente de la cumbre, el francés Jacques Chirac, en conferencia de prensa fue rotundo: ``No creemos que las represalias económicas sean lo más efectivo. No es elegante tomar como rehén a toda una población''. El primer ministro canadiense, Jean Chrétien, indicó a su vez que ``la aplicación de la ley nacional es inaceptable''.

El jefe de gobierno alemán, Helmut Kohl, fue más específico en sus críticas contra la demanda estadunidense de que su país corte las relaciones comerciales con Irán. Apuntó que las compañías alemanas tienen aún facturas no pagadas por ese país desde la época del sha Reza Pahlevi, que suman cerca de 6 mil 500 dólares.

``El sha tenía importantes colaboradores en Washington durante esos días de inversiones en Irán. Uno tiene que entender esto, y creo que el presidente lo comprende'', apuntó Kohl en referencia a Clinton. Como se sabe, aparte de la Helms-Burton contra Cuba, la Cámara de Representantes estadunidense aprobó una legislación similar en contra de Irán y Libia, que afecta a Europa.

El vocero presidencial de la Casa Blanca, Mike McCurry, justificó que ``si existe preocupación entre los aliados, lo mejor que podrían hacer es unirse a nosotros para pedir la democracia para Cuba''. Sin embargo, trascendió que en un encuentro con Chirac, el presidente Clinton reconoció que las sanciones contra empresas extranjeras en Cuba eran un ``problema''.

Por otra parte, los países más industrializados no pudieron ponerse de acuerdo sobre la forma de aliviar la deuda externa de los 20 países más pobres. Una propuesta impulsada por Estados Unidos, Francia e Inglaterra, de vender 2 mil millones de dólares en reservas de oro del FMI para financiar parte de la deuda citada, fue dejada de lado ante la oposición de Alemania.

En una declaración económica, el grupo destaca que la globalización representa un reto para las economías y las sociedades, y que los beneficios no se materializarán a no ser que los países se ajusten a una constante competencia. Aunque, reconocieron que los riesgos económicos eran mayores para los países más pobres del mundo.

En referencia a la crisis financiera de México, estuvieron de acuerdo en que el rápido flujo de inversiones entre los países trae ``nuevos riesgos, lo cual obligará a todos los países a tomar medidas económicas sanas y reformas estructurales''. Las medidas preventivas se encaminan a garantizar una estabilidad monetaria permanente.

Tras referirse a los retrocesos económicos ocurridos en algunos países europeos y mostrarse optimistas sobre la recuperación, insistieron en los beneficios de la globalización. Con todo, admitieron la existencia en ese campo de efectos ``perversos'' con la creación de grandes desigualdades regionales y el riesgo de la marginalización.

Los líderes de Estados Unidos, Alemania, Francia, Inglaterra, Italia, Japón y Canadá, revisaron también un documento de 40 recomendaciones de los expertos para enfrentar el terrorismo y el crimen organizado por todos los medios legales. En el paquete se incluyen medidas para dificultar el lavado de dinero, el cruce de terroristas de un país a otro y atacar fuertemente los crímenes vinculados con la alta tecnología.

En tanto, el primer ministro japonés Ryutaro Hashimoto propuso estudiar el problema de los sistemas de pensiones y seguridad social ante el envejecimiento de la población en los países industrializados. Dijo que aunque este tema no estaba en la agenda, había que analizarlo ya que será la siguiente generación la que va a sufrir.

Tras la incorporación de Rusia a la cita del Grupo de los Siete, para formar de hecho ocho socios, el primer ministro Viktor Chernomyrdin propuso incluir su rechazo a la ampliación de la Organización del Tratado del Atlántico Norte hacia el Este.