Firmó el Mercosur acuerdo de libre comercio con Chile
Stella Calloni, corresponsal, y agencias, San Luis, Argentina, 25 de junio Los presidentes de los países miembros del Mercosur (Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay) firmaron hoy con el presidente de Chile, Eduardo Frei, un acuerdo de libre comercio, y con el mandatario de Bolivia, Gonzalo Sánchez de Lozada, un acuerdo marco que establece las bases para la integración de su nación al bloque regional.
El presidente argentino, Carlos Menem, cuyo país delega la presidencia protémpore del Mercosur a Brasil, destacó el ``trabajo artesanal'' realizado para compatibilizar las posiciones entre el bloque y Chile. A su vez, Eduardo Frei dijo que la integración de América Latina es una herramienta de vital importancia en la lucha contra la pobreza, y consideró que los mayores beneficiarios de este proceso son ``nuestros pueblos''.
Sánchez de Lozada expresó su beneplácito por la firma del acuerdo marco que consideró ``un gran proyecto de integración que generará empleos. Este es el primer paso de un largo viaje hacia la dignidad y la prosperidad'', abundó.
Este acuerdo marco suscrito entre Bolivia y el Mercosur se refiere a la conformación de una zona de libre comercio de gradual formación a partir de 1997.
Los mandatarios del grupo sudamericano firmaron además una cláusula de garantía democrática que penalizará a los países miembros del bloque y sus asociados en caso de interrupción del orden constitucional en alguna de esas naciones.
Guido Di Tella, canciller argentino, recordó que esa cláusula fue presentada en la última reunión de la Organización de Estados Americanos (OEA) en Panamá, donde fue aprobada por 31 votos, y mencionó que ``ahora debe ser avalada por los parlamentos de cada uno de los países''.
También firmaron la Declaración de las Malvinas en la cual ``reafirman el respaldo de los legítimos derechos de Argentina en la disputa de soberanía de las islas Malvinas''.
El director del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Enrique Iglesias, resaltó la trascendencia de los acuerdos suscritos entre el Mercosur, Chile y Bolivia, mencionando que el flujo de inversiones que necesita la región para salir del subdesarrollo equivale ``a un ingreso de mil millones de dólares cada dos semanas por el término de diez años''. Detalló que el grueso de esos capitales deberán estar dirigidos al sector energético (unos 10 mil millones de dólares); al transporte (6 mil millones); infraestructura vial y energía por 33 mil millones de dólares, y se preguntó de dónde va a salir tanto dinero.
La cumbre finalizó con una broma del presidente brasileño, Fernando Henrique Cardoso, a su par argentino, Carlos Menem: ``Yo vine a San Luis con miedo de que el presidente Menem pidiera ahora su reelección'', dijo Cardoso, provocando risas entre las nutridas comitivas que participaron en la reunión.
El comentario de Cardoso fue en respuesta a lo dicho con anterioridad por Menem en su mensaje final como presidente protémpore, al decir que buscaría la reelección pero hizo una fugaz pausa para agregar, ``... del Mercosur''.
La undécima cumbre del Mercosur, que transcurrió hoy en la provincia de San Luis, dejó diversas dudas en el aire. En primer término porque el acuerdo con Chile no es la integración que se publicita sino que, como advirtieron algunos participantes europeos y estadunidenses durante el seminario del Foro Económico Mundial, es más simbólico que práctico.
Asimismo, el gobierno argentino alimentó hasta último momento la idea de que también Bolivia firmaría un acuerdo y se incluía una posible negociación con Venezuela. Pero en el primer caso, el gobierno boliviano sólo firmó un acuerdo marco que tiene un largo y complejo proceso de negociaciones; en términos generales podría participar después del año 2000 en una zona de libre comercio. Por ahora habrá tres meses de trabajos conjuntos para delinear cuáles serán los productos que se protegerán en el comercio de uno y otro lado.
Fuentes diplomáticas de diversos países señalaron a La Jornada que hay que tomar los anuncios con ``suficiente cautela''. En el caso venezolano, cualquier tipo de negociación está a años luz de concretarse, y el acuerdo con Chile está ``sobredimensionado''.
El propio presidente chileno Eduardo Frei, quien rechazó abiertamente el ingreso de ``capitales golondrinos y especulativos'' en su país, remarcó que la firma del convenio con el Mercosur forma parte de la vocación chilena por ``ampliar sustantivamente nuestros espacios económicos''.
En un plano considerado de ``optimismo exagerado'', el ministro argentino de Economía, Domingo Cavallo, consideró que la asociación del Mercosur con Chile ``aumentará los puestos de trabajo'' en este país.
El presidente Carlos Menem, quien abandona la presidencia protémpore del Mercosur, recordó que la salida al Pacífico es ``un viejo sueño del general Juan Domingo Perón (1945-1955)'', pero los analistas estiman que en realidad es más una expresión de deseos que un hecho concreto. Para Chile, como lo dijo Frei, se está emprendiendo un proceso de negociaciones de particular intensidad en la ampliación de espacios y para ``consolidar la red de acuerdos bilaterales''.
La expectativa por una salida al Pacífico, así como un nexo a través de Bolivia con los países del Pacto Andino (Colombia, Ecuador, Venezuela y Perú) fue estimulada por el gobierno argentino, por el deseo de Menem de mostrar logros sustanciales durante su presidencia. De hecho hay avances suficientes como el acuerdo firmado con la Unión Europea (UE) en diciembre de 1995 y otros.
Para la UE entrar en relación con este mercado que abarca la unión aduanera de cuatro países como Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay era suficientemente atractivo. Este mercado se extiende en una región de 12 millones de kilómetros cuadrados, una población superior a los 200 millones de habitantes, con una fuerza laboral de más de 75 millones. Pero la deuda externa para toda la región es cada vez más asfixiante, ya que se trata en conjunto de casi 230 o 240 mil millones de dólares, más de la mitad de la deuda total latinoamericana.
El Mercosur es considerado el cuarto bloque económico del mundo y el tratado de origen fue suscrito el 26 de marzo de 1991, en Asunción, Paraguay,. Argentina tiene la esperanza de ser considerada líder en una posible futura Alianza de Libre Comercio Americana (ALCA), a su vez un sueño de Estados Unidos.
Pero, si bien se han logrado avances sustanciales todavía queda mucho por realizar, además de superar en la realidad los obstáculos que parecen escapar a los acuerdos no siempre funcionales. Empresarios brasileños señalaron una pesada burocracia que impide el buen funcionamiento del Mercosur, pero también se estima que es un mercado muy reciente y todos prefieren caminar con mayor cautela.