Admite el BM su fracaso en los programas contra la pobresa
Jim Cason y David Brooks, corresponsales, Washington, 25 de junio El responsable del Banco Mundial para América Latina reconoció hoy que las políticas de ese organismo han fracasado en asistir al 20 por ciento más pobre de la población mundial, y reveló que ha nombrado a un grupo de trabajo para evaluar el problema.
``¿Estamos admitiendo el fracaso? Claro que admitimos el fracaso'', dijo Shahid Javed Burki, vicepresidente del Banco Mundial para América Latina. Aunque el economista paquistaní aseveró que no estaba abandonando las premisas de la estrategia para el desarrollo basada en el libre mercado promovida por su institución, ofreció una critica seria y ponderada de los fracasos de dichas políticas para alcanzar al 20 por ciento de la población mundial más pobre.
``No importa cuáles son las estadísticas que emitimos'', dijo Burki, "la situación de los pobres, el 20 por ciento más abajo, no está mejorando. Y esto es particularmente el caso de dos regiones, América Latina y Africa". Tras señalar que en 1973 el entonces presidente del BM, Robert McNamara, identificó a unos 750 millones de la población mundial viviendo en la pobreza absoluta, Burki indicó que hoy en día ha crecido dos veces dicha cifra.
"América Latina es notable como una región en la que la pobreza, particularmente la pobreza absoluta, parece no registrar mejora alguna", dijo Burki, quien también preside un grupo de trabajo del BM que prepara recomendaciones para una estrategia global contra dicha problemática. Añadió que la proporción de personas en la pobreza absoluta en la región se incrementó entre 1987 y 1993.
Durante un foro auspiciado por Diálogo Interamericano, el funcionario del BM comentó: "no nos estamos apartando del modelo, estamos intentando entender cómo funciona ese modelo y cómo, de forma negativa, impacta el cambio social". Señaló que en números agregados, el ingreso promedio en el mundo en desarrollo se ha duplicado en los últimos 25 años, incremento que, según Burki, tomó al mundo desarrollado más de 45 años lograr.
James Wolfensohn, presidente del BM, nombró a Burki para encabezar el grupo de trabajo porque pese a estos logros en las cifras globales, hay serios problemas provocados por las condiciones del segmento más pobre de la población. "A pesar de todas las mejoras, señalamos que en términos agregados, y a pesar de que la expectativa de vida casi se ha duplicado, no se ha dado una mejora palpable en la calidad de vida para el 20 por ciento de los de abajo", dijo Burki.
Aunque no reveló las recomendaciones completas de su grupo de trabajo, dijo que se propondrá una ampliación del enfoque de la institución sobre el desarrollo social y particularmente el capital social de los segmentos más pobres.
Burki añadió que su grupo estaba recomendando incrementar el número de científicos sociales que trabajan para el BM --donde la proporción entre economistas y científicos sociales es ahora de 28 a uno-- y que había propuesto cambios en la administración de proyectos para enfrentar estos problemas de forma más efectiva. Los integrantes del grupo de trabajo enfrentan el dilema de si el BM debe adoptar el requisito de que cada uno de sus proyectos incluya una evaluación de su impacto social, como es ahora el caso en torno a las evaluaciones de impacto ambiental, obligatorio para todos sus proyectos.
La presentación de hoy provocó una dura respuesta de la vicepresidenta del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Nancy Birdsall, quien preguntó si Burki estaba cuestionando implícitamente la sabiduría de un modelo de desarrollo ``amistoso al mercado". ''¿El problema es que el modelo 'amistoso al mercado' necesita afinarse, o que el BM y la comunidad de desarrollo fracasaron en entender el desarrollo social?", preguntó Birdsall.
Burki pareció ofrecer dos respuestas a esto, reconociendo esencialmente el ``fracaso'' del BM para abordar exitosamente el desarrollo social y negando que estuviese impugnando los resultados agregados del desarrollo impulsado por el mercado en el Tercer Mundo. Al final, la pregunta de Peter Hakim, presidente de Diálogo Interamericano, sobre si existía un ``canje'' de crecimiento por desarrollo social, quedó sin respuesta.
El doctor Jonathan Fox, investigador del Centro de Información sobre el BM, ONG de Washington, añadió que tal vez antes de resolver cómo mejorar sus proyectos, el Banco debería enfocarse en el desarrollo de políticas para rechazar proyectos que incrementen los problemas del desarrollo social.
Fox, experto en proyectos de desarrollo en México, sugirió que parte significativa del trabajo antipobreza del BM en ese país tiene la premisa de que los gobiernos estatales están más cerca de los pobres y por lo tanto en mejor posición para poner en marcha los proyectos. Esta suposición, indicó Fox, ha demostrado sus fallas por lo menos en Chiapas y Guerrero. Concluyó que "al facilitar el reforzamiento de un aparato político particular los gobiernos estatales de Guerrero (y) Chiapas... uno podría argumentar que esta estrategia determinada postergó la democratización eventual de esos estados en México".
Birdsall, del BID, respondió indicando que el caso mexicano subrayaba la importancia de entender las instituciones políticas y medio de los países en que trabajan las instituciones multilaterales. Pero cuando menos un funcionario de la Agencia para el Desarrollo Internacional dijo que en vez de enfocar sus estrategias de desarrollo en el 20 por ciento más pobre de la poblacion, el BM debería centrar su atención en el segmento superior de la población de nivel más bajo. "En las áreas urbanas quizá no serán los pobres absolutos los más probables actores de los rompimientos sociales y políticos más grandes, lo que finalmente tiene que ser una preocupación en cuanto a mantener íntegros al Estado y sociedad de alguna forma orgánica", argumentó Colin Bradford, funcionario de la AID.