La Jornada 25 de junio de 1996

Preocupante ``ruralización'' del padecimiento, advierte Conasida

Por lo menos doce de cada cien mexicanos enfermos de Sida tienen antecedentes de haber residido en Estados Unidos. En las zonas rurales, esta cifra aumenta a 17 de cada cien casos, según reportes del Consejo Nacional para la Prevención y Control del Sida.

Esta situación muestra una ``preocupante ruralización'' del padecimiento, porque la enfermedad está surgiendo en comunidades que carecen de infraestructura médica y afecta cada vez a personas más vulnerables, plantea Melba Muñiz Martelón, directora del Conasida.

El aumento de enfermos de Sida en las zonas rurales, explica Muñiz, está relacionado con la migración, ya que alrededor del 17.8 por ciento de los casos en estas comunidades tiene el antecedente de haber vivido temporalmente en Estados Unidos, cifra que casi triplica la media urbana de 6 por ciento.

``Si pensamos en comunidades de Oaxaca, donde los habitantes tienen que caminar hasta siete horas para llegar a donde puedan hacerles una prueba del VIH (Virus de Inmunodeficiencia Adquirida) y luego tener como única opción médica a un pasante de medicina, el problema del Sida se agrava enormemente''.

El sociólogo Mario Bronfman, autor del estudio Hábitos sexuales de los migrantes temporales mexicanos, considera que la vulnerabilidad de este sector ante la enfermedad no es por falta de información, sino por las condiciones de vida que tienen los connacionales en Estados Unidos y que los obligan a adquirir prácticas sexuales riesgosas.

Durante su estancia en el vecino país, los migrantes se enfrentan a la soledad, el aislamiento, la falta de pareja, la inserción en una sociedad ``más abierta'', la disminución del control social y familiar, el estrés, el hacinamiento, la pobreza y el desconocimiento del idioma, factores que los lleva a cambiar de conductas sexuales y adquirir prácticas peligrosas como la drogadicción y el alcoholismo, explica Bronfman.

Entre los hombres migrantes, el riesgo de transmisión por la vía sexual aumenta con el cambio de hábitos que se manifiestan en aumento del número de parejas, la relación con prostitutas y con parejas masculinas, así como en el aprendizaje de nuevas prácticas, básicamente posiciones diferentes para el coito vaginal, sexo oral y anal, explica el también asesor de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el estudio que publicó el Conasida este mes.

A pesar de que la estancia de los migrantes en Estados Unidos aumenta su conocimiento sobre sexualidad, según detallan los resultados de la investigación, esta situación no provoca que los connacionales tomen medidas de prevención cotidianas, como el uso del condón.

En el caso de los migrantes mexicanos, el riesgo de ser infectados por vía intravenosa no sólo tiene que ver con la drogadicción, sino con el uso y préstamo de jeringas para otros fines como el suministro de vitaminas y de penicilina, indica Melba Muñiz.

Como ejemplo señala: ``Cuando llegan a Estados Unidos, los migrantes tienen la creencia de que deben inyectarse vitaminas para reponer energía luego de grandes jornadas de trabajo y como no es posible conseguir una jeringa sin receta médica, muchas veces se las prestan sin desinfectarlas''.

Otra situación --dice la funcionaria-- es que ``muchas veces alguien se enferma de gripa y como no tiene documentos, desconoce el idioma y tiene miedo de asistir al médico, acepta que le presten penicilina y una jeringa. Muchas veces una sola jeringa les sirve a todos para la temporada de invierno''.

La familia del migrante

Los migrantes no son los únicos que se encuentran con el Sida; a esta problemática se suman las mujeres mexicanas que son contagiadas por sus esposos y por compañeros ocasionales a los que recurren por la ausencia del marido y la falta de recursos económicos, así como los hijos que nacen de padre o madre portadores del VIH.

Hay estadísticas sobre las esposas de migrantes que demuestran el impacto que ha tenido la propagación del virus. En estados expulsores de mano de obra, como Tlaxcala, por cada mujer hay dos hombres infectados, mientras que la media nacional es de una de cada seis varones, indica Muñiz.

La poblemática de la esposa del migrante es igual a la de todas todas las mujeres, ya que está en desventaja ante el hombre porque tiene escaso poder para negociar prácticas sexuales seguras, explica.

Sin embargo, agrega la directora del Conasida, las parejas de los migrantes tienen una ventaja sobre la mayoría de las mujeres: les es más fácil tomar decisiones, debido a que pasan la mayor parte del tiempo solas, son jefas de familia durante grandes periodos y por lo mismo tienen mayor capacidad de decisión.

Las campañas de prevención

Desde hace un año, se han intensificado las campañas contra el Sida dirigidas a migrantes. A través del Conasida, la Secretaría de Relaciones Exteriores y de organizaciones no gubernamentales, cada día se difunden más anuncios en la radio, volantes en los aeropuertos y carteles en Estados Unidos y en las comunidades expulsoras de México.

Por esta campaña informativa, grupos musicales como Los Temerarios han subido su popularidad en las ciudades donde se escuchan los comerciales, y actores como Ausencio Cruz, tienen mayor aceptación ``del otro lado'' por su participación en telenovelas y anuncios sobre el tema.

``Somos Los Temerarios. ¿Qué ha habido paisano, sabes qué onda con el Sida? Es una enfermedad incurable y mortal. Tú lo puedes agarrar si te inyectas o rolas jeringas usadas, o si tienes relaciones sexuales sin condón. Y hasta puedes pasárselo a tu pareja. Abusado, infórmate. Aprende a prevenir el Sida, hazlo por tí y por los que más quieres. Todos podemos contraer el Sida, ponte trucha. ¿Okey?''. Este es uno de los tres mensajes que, acompañado de una invitación a informarse en el consulado de México, se transmite desde agosto del año pasado en radiodifusoras latinas de Estados Unidos y está por difundirse en algunas entidades del país.

Esta campaña, dice Melba Muñoz --quien también está a cargo de los programas del Conasida para migrantes--, está basada en la añoranza que los connacionales sienten por su tierra. ``Utilizar la nostalgia por su música, por lo que dejaron en sus poblaciones, nos sirve para que los mensajes sean más confiables'', señala.

En ciudades con fuerte presencia migratoria aparecen coloridos carteles, muy parecidos a los que anuncian eventos musicales en la provincia mexicana: ``Que no te lleven al tremendo bailazo. Si eres muy macho, no seas temerario. Los tigres no se arriesgan. Evítate la bronca y ponte trucha. Usa condón y protégete del Sida''.

Aunque el objetivo con los migrantes es el mismo que con el resto de la población --hacerles ver que son vulnerables a la enfermedad--, la estrategia es diferente, sobre todo para comunicarles que ``sin importar dónde estén siguen siendo mexicanos y hasta allá debemos seguirlos'', concluye la directora del Conasida.

(Claudia Herrera Beltrán).