La Jornada 25 de junio de 1996

Piden inversionistas no poner trabas al capital especulativo

Roberto Garduño A fines de 1996 el peso deberá subvaluarse entre 10 y 12 por ciento para alcanzar los 8 u 8.15 pesos por dólar con el objeto de que pueda ser competitivo para promover las exportaciones, consideró el presidente del Chase Manhattan Bank en México, John Donnelly.

Por su parte, el vicepresidente de la Asociación de Banqueros de México (ABM), Antonio del Valle, aceptó que en 1994 y 1995 la salida de grandes cantidades de dinero provocaron la devaluación, pero ``yo creo que hoy la inversión de portafolio --capital de corto plazo-- en México es necesaria y no debe ponérsele ninguna traba''.

Dijo que el presidente Ernesto Zedillo recordó que la prioridad económica de su gobierno es elevar el ahorro interno pero, aclaró, eso no significa que México no deba tener ahorro extranjero, aunque como medida complementaria.

Tras la reunión con el mandatario en la residencia oficial de Los Pinos, el representante del Chase Manhattan Bank ponderó que la libre flotación, la libertad de ``sacar dinero'' sin presiones, y el hecho de que el Banco de México ``no se esté metiendo'' en la política cambiaria, contribuyen a la entrada de dinero extranjero como un síntoma de confianza en la economía del país.

Donnelly señaló que la relación comercial entre México y Estados Unidos muestra que el primer país está comprando más a su principal socio comercial de lo que adquirió en 1993 o 1994.

--¿Cómo valora la decisión mexicana de pagar puntualmente la deuda de 20 mil millones de dólares?

--No es puntualmente, es anticipadamente, y muy positivamente, porque eso nos enseña que realmente México nunca fue el riesgo que se contemplaba a comienzos de 1995.

--¿Qué opinión le merece el manejo de las cuentas de Raúl Salinas de Gortari en el City Bank?

--Yo no me meto con ese banco; en ese punto no me meto --cortó.

Por la mañana, en el salón Adolfo López Mateos de la residencia oficial de Los Pinos el presidente Zedillo ofreció un desayuno a los participantes del Segundo Encuentro Cumbre de Inversionistas Institucionales.

El Ejecutivo federal dijo que la experiencia mexicana reciente demostró que los grandes flujos de capital externo que se recibieron en los últimos años no fueron suficientes ante el escaso ahorro interno, fenómeno que ocasionó la insolvencia de la economía nacional en 1994.

Más tarde, el vicepresidente de la ABM, Antonio del Valle; el presidente del Consejo Mexicano de Inversión, Jaime Alatorre; el vicepresidente de la Asociación Mexicana de Intermediarios Bursátiles, Manuel Somoza Alonso, y el director general de Goldman Sachs México, Guy Erb, ofrecieron una conferencia de prensa en la que expresaron su oposición a poner trabas al capital especulativo o inversión portafolio, como le llamaron.

Del Valle advirtió que no es ``conveniente'' regular o imponer trabas al capital a corto plazo, sino que debe buscarse que esa inversión de portafolio se complemente con los capitales a largo plazo para la creación de empresas:

``Este año probablemente la inversión directa supere los 8 mil millones de dólares, y de esta manera se podrá ir incrementando las reservas del Banco de México y compensando el déficit que pudiera existir en cuenta corriente''.

Alatorre atribuyó a las reglas de la economía internacional el hecho de que México debe estar abierto a la llegada de capitales especulativos. ``México no tiene ninguna limitación a la entrada o salida de capitales, y en el momento en que decide abrirse comercialmente, también decide abrirse desde el punto de vista financiero. Y para ser un país moderno en el mundo y participar en la economía internacional, tiene que ser una país abierto como lo es''.

Guy Erb descartó que se presente una saturación de capital e inversiones en América Latina: ``La economía de México está entrando en una recuperación; también en las de América Latina se nota una recuperación del rezago que experimentó en los últimos años. Yo no veo por el momento ni problemas ni obstáculos en el sentido de que podría haber una saturación del mercado, cada emisión se va a evaluar según los méritos de las compañías, y no se están presentando problemas de esa índole''.