La Jornada 23 de junio de 1996

El caso Salinas, un laberinto financiero

Raúl Salinas en su declaración ante la fiscal suiza aseguró: ``Mi hermano combatió con toda firmeza el crimen organizado del narcotráfico''

Seis de diciembre de 1995. En su declaración ante la fiscal general de Suiza, Carla del Ponte, Raúl Salinas de Gortari, preso en la cárcel de máxima seguridad de Almoloya de Juárez, reiteró que no podía dar los nombres de los empresarios mexicanos que aportaron fondos millonarios (en las cuentas suizas son 100 millones de dólares) para invertir en México una vez que culminara el sexenio de su hermano, Carlos Salinas de Gortari. No podía dar detalles, a menos que ``estuviera yo en Suiza en estos momentos''. De estar en el país helvético, agregó, ``daría los detalles con todo gusto''.

Al responder sobre el monto de lo depositado en Suiza y sobre la paternidad de ese dinero, Raúl Salinas de Gortari dijo: ``El monto total es del orden de los 100 millones de dólares, sin poder precisar la cifra, y donde de acuerdo a la estrategia que yo he explicado, no puedo decir que sea yo el dueño o beneficiario de ese monto total, pero reitero que en su momento daré la explicación a las autoridades suizas''.

Interrogado por la fiscal Del Ponte, Raúl Salinas de Gortari realizó una cerrada defensa en torno a su inocencia y a la figura de su hermano y ex gobernante: ``Mi hermano, el presidente entonces (Carlos) Salinas, combatió con toda firmeza el crimen organizado del narcotráfico. Esta prisión es una de las manifestaciones de esa lucha y aquí, contra lo que dice la Constitución mexicana, la que se viola al tenerme bajo un proceso junto con los sentenciados, las principales cabezas del narcotráfico a las que combatió el presidente Salinas (...) reitero que es absolutamente absurdo que yo o cualquier gente cercana a mí tuviéramos relación con el narcotráfico''.

Así consta en la declaración ministerial rendida por el reo a la fiscal Del Ponte. Una copia de ese documento, con el sello membretado de la Procuraduría General de la República (PGR), fue enviada a La Jornada por manos anónimas. En nuestra edición de ayer sábado publicamos el primer extracto de la declaración de Raúl Salinas de Gortari, y lo que sigue es una ampliación:

El dinero, para negocios

Del Ponte inquirió sobre los beneficios que Raúl Salinas de Gortari recibía por administrar las millonarias cuentas de sus amigos empresarios: ``Los beneficios que yo recibía deben dividirse en dos partes, puesto que el objetivo final era producir negocios con esos dineros, y sigue siendo, y yo habría de participar en las utilidades cuando hubiera y se realizaran los negocios, dependiendo de la estructura de financiamiento de cada uno de los negocios y además esos negocios, cuando operaran, debían pagar impuestos, evidentemente aquí en México. Y por otra parte, aunque eventualmente puedo tener un problema fiscal, pero con objeto de mostrar a las autoridades suizas mi mejor voluntad en este interrogatorio, eventualmente se recibían beneficios importantes de los cuales yo podía disponer y que de hecho dispuse de ellos y que provenían de la gestión y asesoría que yo daba a cada uno de estos inversionistas.

``Quiero agregar que dos días antes de ser detenido me encontraba yo en Estados Unidos, país al que visité durante los últimos seis años decenas de veces y que jamás al ingresar a Estados Unidos las autoridades americanas me detuvieron, me cuestionaron, puesto que siempre fui bien recibido porque no tengo ninguna relación con el narcotráfico. Agrego además que ese dinero (100 millones de dólares) no tiene que ver y no proviene de ninguna actividad relacionada con mi trabajo como funcionario, es decir, no son fondos de la corrupción, son lícitos''.

El deslinde de Carlos Salinas

Apenas dos días antes, el ex presidente Carlos Salinas de Gortari hizo pública una extensa carta (La Jornada, 4 de diciembre de 1995) en la que esbozó con detalle su versión de la historia reciente. El contexto estaba delimitado por el asesinato del líder priísta José Francisco Ruiz Massieu y por las imputaciones que al respecto se hacían, y se hacen hoy todavía, contra su hermano Raúl: ``Es indispensable una vez más insistir que para mí es inaceptable el engaño de mi hermano Raúl; y el engaño está en que desde el inicio de mi administración le pedí que no participara en negocios. Incluso a colaboradores míos les pedí que no hubiera ningún trato privilegiado a ningún familiar mío. Por eso, en lo personal y como ciudadano le he transmitido la exigencia de que aclare la procedencia de esos fondos. En ese reclamo mi posición es clara y sin ambigedades. Yo no tuve conocimiento de esas actividades''.

En su extensa declaración ante la fiscal suiza, Raúl Salinas de Gortari relató que trabajó para el gobierno, primero en Conasupo y luego en la Secretaría de Programación y Presupuesto (en 1991), ``donde el secretario era el doctor Ernesto Zedillo y mi jefe directo el actual secretario ingeniero Carlos Rojas, y que jamás en estas instituciones donde trabajaba como funcionario hubo ninguna situación de abuso de poder o corrupción. Por lo tanto los fondos tienen una explicación, al decidir organizar una reunión de amigos inversionistas fui construyendo distintos mecanismos para conjuntar una masa financiera que al terminar la administración de mi hermano permitieran regresar esos recursos a México para realizar distintos proyectos de inversión y que sirvieran para obtener un volumen mayor de créditos, pues estaba convencido, como yo estoy, que el crecimiento y la recuperación económica de México requiere de un amplio financiamiento externo. Los mecanismos que utilicé de distintas entidades se explican porque precisamente buscaba yo proteger y deslindar el nombre de mi familia y solamente cuando junto con uno de los amigos inversionistas tuve acceso al sistema organizado por el Citibank, permití que mi nombre, a través de Confidas, estuviera presente.

``Precisamente la intención era agrupar a un número de amigos y empresarios que fuéramos juntando una masa financiera en el exterior por seguridad y para no involucrarla con la vida política del sexenio del presidente Salinas, y como aun no conozco con todo detalle la forma en que van a proceder las autoridades mexicanas, no doy en este momento los nombres de los empresarios que con distinto carácter aportaron recursos, puesto que unos lo hicieron con carácter de préstamo y otros como adelanto de distintos proyectos. Si estuviera yo en este momento en Suiza daría todos los detalles con todo gusto, pero no puedo exponer, en este momento en que me encuentro en una situación donde no tengo mis papeles a la mano, a otras personas. Pero le aclaro a las autoridades de Suiza que estas personas existen y vamos a presentar con claridad esta explicación''.

La defensa de su esposa

Tras las rejas de Almoloya de Juárez, Raúl Salinas de Gortari también defendió a su esposa, Paulina Castañón, quien ``solamente actuaba como una noble y leal esposa mexicana'', y a su cuñado Antonio Castañón: ``Creo que no tiene la menor idea de toda esta estrategia, pues nunca ha trabajado conmigo y solamente le tengo cariño y agradecimiento por haber acompañado a mi esposa Paulina durante estos diez terribles meses con toda lealtad de hermano, dejando su trabajo y sus actividades para dedicarse a apoyar a Paulina''.

El reo aseguró a la fiscal Carla del Ponte que no tiene ``ni administro, ni manejo cuentas en otros países, pero sí en México'', aclaró que se decidió armar la estrategia financiera contando con los bancos suizos ``por la confianza que se tenía en el secreto bancario de Suiza, secreto bancario que, insisto, ha sido violado con mentiras''.