Reeligen a Altamirano Dimas como presidente del PAN en el DF
Alonso Urrutia Gonzalo Altamirano Dimas será por tres años más el presidente del Partido Acción Nacional en la ciudad de México. En cerrada votación del Consejo Regional panista, consiguió la reelección por 30 votos contra 26 de su contrincante, Jesús Galván, una abstención y la ausencia del dirigente nacional del PAN, Felipe Calderón.
Aún tenso por la cerrada votación, en cuyo principio iba abajo, Altamirano Dimas admite: ``La votación fue más cerrada de lo proyectado, pero advertíamos que aun en el escenario más pesimista, ganaríamos la elección''.
Gonzalo Altamirano Dimas. Foto:
José Antonio López
Consternado por la cerrada votación en su contra, Jesús Galván simplemente dijo que había sido ``una contienda democrática en la cual el Consejo no nos favoreció''.
Ñ¿En su campaña sostuvo que de reelegirse Altamirano Dimas, el PAN perdería la elección de 1997?
ÑSi no hay trabajo, existe ese riesgo.
Al filo de la medianoche, el Consejo aprobó la lista de integrantes del Comité Regional panista, entre cuyos miembros destacan una importante proporción de legisladores del partido y miembros que repiten del pasado comité : el senador José Angel Conchello, los diputados Carmen Segura, Patricia Garduño, Kurt Thompsen, Alejandro Díaz Perez Duarte, Cecilia Romero y Gabriel Llamas, así como los asambleístas José Luis Luege, Javier Salido y José Espina.
La contienda se advertía difícil para ambas partes y los dos candidatos hicieron acopio de todos sus votantes.
En favor de Gonzalo Altamirano llegaron desde su gira como legisladores en Chicago, los asambleístas Francisco Dufour y Sandra Segura. Desde Río de Janeiro retornó el senador José Angel Conchello. Llegaron todos, con excepción del líder nacional del PAN.
Solitario, apenas con unos aplausos, llegó Gonzalo Altamirano Dimas una hora antes de la elección.
En medio de una multitud que lo aguardaba casi frenética, Jesús Galván hizo su arribo minutos antes de lo que sería una larga reunión del Consejo que se extendería hacia la medianoche.
Sobre la avenida José Vasconcelos dos centenares de simpatizantes de ambos contendientes se enfrascan en un duelo de consignas, que se intensifican a cada consejero que arriba a la sesión. La consigna de no reeleccion domina la escena.
Estratégicamente colocados en la entrada del inmueble, quienes respaldan a Galván no cejan de vaticinar que sacarán a Altamirano del Regional, en medio de tímidas respuestas de quienes apoyaban a Gonzalo Altamirano.
``Lo bueno es que no votan...'', responden ante el implacable embate de las consignas galvanistas. Adentro, en el cónclave de consejeros panistas, la tensión domina la escena. Dos horas de informes y trámites es el preludio de los discursos decisivos de quienes presentan a los candidatos y de estos mismos.
La diputada Cecilia Romero inaugura lo que denomina el final de una contineda democrática y civilizada en el PAN. El enfoque central de su discurso: la experiencia política de Gonzalo Altamirano. Larga alocución que recorre su trayectoria desde la candidatura ``heroica'' para gobernador del estado de México, cuando el PAN no tenía opción de triunfo, ``pero también ha estado en la cosecha del PAN, en las batallas recientes''.
Romero dijo que como dirigente actual, Altamirano salió a la defensa del partido cuando se le cercenó la oportunidad de participar en la elección de consejerros ciudadanos, con la creación de Acción Vecinal. Altamirano, concluyó, ha forjado la base del partido a futuro. ``Ha sido difícil, ha habido errores y omisiones, pero ha sido cuesta arriba; el cimiento está preparado''.
El asambleísta Salvador Abascal hizo la presentación de Jesús Galván destacando la propuesta ``renovadora'' que pretendía sacar del marasmo al partido, mediante la modernización y fortalecimiento de sus estructuras.
Vendrían los discursos de los propios candidatos. Galván, navegando con la bandera de la modernización partidista, hizo un largo preámbulo del papel ``democratizador del PAN'', pero enfatizó en el reto de 1997.
El desafío será gobernar bien y consolidar la imagen que la población tiene del PAN como opción de gobierno en la ciudad. Un triunfo en el Distrito Federal, aseveró Galván, permitiría desencadenar grandes cambios políticos a nivel nacional.
Sin embargo, advirtió que para ello el PAN necesita modernizarse estructuralmente, ``debe ser más flexible en lo estructural, pero para serlo debe hacerlo de abajo hacia arriba y paa ello requiere impulsar la profesionalización; el PAN requiere ser más dinámico''.
Galván dijo que la crítica en el PAN no es demoler, sino discernir. El PAN requiere ``mayor fuerza en lo estructural y actualización ideológica y programática, mayor proyección social''.
Al cierre de las intervenciones, Altamirano hizo un recuento de las transformaciones alcanzadas en su gestión, así como una síntesis de su proyecto para 1997, sustentado en el diseño de estrategias para alcanzar el triunfo electoral y para la preparación de cuadros gobenantes. Reconoció que se requieren cambios y ajustes importantes para impulsar al partido al triunfo electoral. Dijo que el PAN es un partido en transición, pero ``las transiciones requieren tiempo y familiarización con equipos, estructura. Conozco el partido, conozco a la ciudad. Experiencia que se requiere para ganar la ciudad en 1997 a golpe de votos. La batalla del 1997 está en puerta''.
Afuera, conforme se acercaba la hora estimada para el momento de la elección se reanuda el duelo de consignas. Desde el interior de la sede regional del PAN emerge una señal que da cuenta de que la reelección se ha consumado.
La señal enardece los ánimos de quienes apoyaban a Gonzalo Altamirano y clausura las esperanzas de quienes vaticinaban su desplazamiento del Comité Regional.
Al interior, Alberto Ling Altamirano, jefe de campaña de Galván, dice que pese a la necesidad de cambios se vislumbran pocos. La línea de mantener en la dirección a quienes también son legisladores se repite.
En el bando de Galván, la molestia por la derrota es inocultable. El senador José Angel Conchello apresura su salida con gran irritación y en el equipo de Galván no encuentran explicación a la forma de como se esfumaron los votos amarrados.
La contienda ha concluido, Altamirano será presidente del PAN-DF hasta 1999.