Mueren en EU otros 6 indocumentados
Jesús Moreno y Jorge Alberto Cornejo, corresponsales, y Notimex Policías del sur de Texas rescataron la mañana de ayer en el río Bravo los cadáveres de cuatro mexicanos indocumentados y continuaban la búsqueda de más cuerpos, luego de la volcadura de una embarcación en la que viajarían al menos ocho personas.
Por su parte, agentes de la Patrulla Fronteriza en el sector de Tucson, Arizona, localizaron el domingo los cuerpos de otros dos indocumentados mexicanos muertos por insolación cerca de la comunidad de Casa Grande, donde el sábado fueron ubicados los cadáveres de otros tres, quienes formaban parte del mismo grupo.
De acuerdo con los primeros datos del accidente, una embarcación procedente de México se volcó al intentar cruzar el río Bravo a la altura del poblado Peñitas, ubicado a unos 49 kilómetros al oeste de McAllen, Texas.
La vocera de la oficina del sheriff del condado de Hidalgo, Mary Ann Martínez, informó que los cuatro cuerpos fueron localizados en las márgenes del río Bravo, cerca de la carretera 83. Hasta el momento, agregó, se desconoce el número exacto de personas que viajaban a bordo de la embarcación al momento del percance, pero versiones extraoficiales indican que no serían menos de ocho.
Martínez dijo que hasta el momento fueron identificados los cadáveres de Virgilio Aguilar y Francisco Leija Leos, residentes de Garland y Dallas, Texas, respectivamente, y originarios de San Luis Potosí, de donde provendrían también las otras dos víctimas que permanecen aún sin identificar.
En Tucson, mientras tanto, el vocero de la Patrulla Fronteriza, Rob Daniels, dijo que los cinco cuerpos localizados entre el sábado y domingo a unos 16 kilómetros al sur de la comunidad de Casa Grande, Arizona, y a unos 130 kilómetros al norte de la frontera con México, podrían haber muerto por deshidratación e insolación.
Daniels dijo que los indocumentados, que se presume cruzaron la frontera al este de Nogales por terrenos de la reservación indígena Tohono O'odham, viajaban en grupo para laborar en los campos de Eloy, Arizona, ubicados al noroeste de Tucson.
Los dos cadáveres localizados el domingo estaban a unos 300 metros al sur de donde los otros tres indocumentados habían sido hallados el sábado, a menos de un kilómetro de una estación de bombeo de agua y a unos 15 o 20 kilómetros del lugar a donde se dirigían.
Los indocumentados, cuyos nombres se desconocen, eran buscados por los agentes desde el jueves pasado, cuando localizaron deshidratado a Julio César Castillo, un integrante del grupo, quien dijo haber dejado a sus compañeros detrás, en una desolada área al sur de Casa Grande. Castillo permanece detenido en Florence, Arizona.
Los cuerpos de las tres personas fallecidas el sábado están en el Servicio Forense del Condado de Pima, en Tucson, y fueron identificados por el consulado mexicano en aquella ciudad.
Marco Antonio García Blanco, representante diplomático en Tucson, informó que los trabajadores indocumentados --al parecer originarios de Sonora-- fallecieron por deshidratación debido a las altas temperaturas. Fueron identificados como Antonio Soto Muñoz y los hermanos Gonzalo y Arsenio Olivas Cebrero.
Al sur de California, 17 muertos desde enero
En tanto, defensores de los derechos humanos de los migrantes, tanto de México como de Estados Unidos, criticaron la determinación de construir una triple barda en la frontera con Tijuana, Baja California. Gianni Fanzolato, director de la Casa del Migrante, calificó de ridícula la medida.
Los activistas están preocupados porque aseguran que el levantamiento de muros paralelos sólo contribuirá a incrementar los peligros para los inmigrantes. En este sentido, el consulado mexicano en San Diego informó que durante este año 17 connacionales han muerto en el sur de California en su intento por llegar ilegalmente al vecino país.
A su vez, Roberto L. Martínez, director del Comité de Amigos Americanos en San Diego, dijo que la medida propuesta por el congresista Duncan Hunter tiene más fines políticos que una verdadera intención por contribuir a disminuir el flujo migratorio.
Martínez aseguró que la experiencia indica que ``ni con 10 cercas paralelas y 6 mil agentes de la Patrulla fronteriza, como también lo propone Hunter, se podrá frenar el flujo migratorio. El ingenio de los mexicanos y la necesidad que los impulsa a cruzar ilegalmente la frontera es más que cualquier estrategia del gobierno estadunidense por controlar la migración''.