La Jornada 17 de junio de 1996

Pobladores armados vigilan ya la sierra de Guerrero

Maribel Gutiérrez, corresponsal, Sierra de Tecpan, Gro., 16 de junio Con armas de alto poder, organizados en las principales rutas de acceso a la Sierra Madre del Sur, y con conocimiento del gobernador Angel Heladio Aguirre y del Ejército, ciudadanos de las partes altas de los municipios de la Costa Grande y Tierra Caliente comenzaron a operar para ``limpiar'' la región de delincuentes que, afirman, actúan protegidos y en contubernio con los grupos policiacos estatales.

Formaron una organización campesina ante la impunidad con que se dan los secuestros, asaltos y asesinatos que aumentaron dramáticamente el año pasado. Tratan de resolver ``por cuenta propia'' el grave problema de la seguridad pública, convencidos de que sólo las mismas comunidades podrán hacer algo.

Afirman que no quieren ubicarse fuera del marco de la Constitución y de la ley, ni enfrentarse con el Ejército, aunque saben que se mueven entre lo legal y lo ilegal.

Los miembros de la organización son reconocidos en sus comunidades; son los mismos que en otras instancias, como las uniones de ejidos, buscan el desarrollo social y económico de la región serrana, ancestralmente desatendida en sus necesidades básicas y explotada en sus recursos naturales sin beneficio para sus pobladores.

En el ejido El Porvenir, en la parte media de la sierra de Tecpan de Galeana, con la asistencia del presidente municipal Rosalío Navarrete Ureña, se celebró el 9 de junio la última reunión de la organización antes del tiempo de lluvia, cuando se vuelve difícil el tránsito en los caminos de la región.

Ahí se habló de la inquietud de los serranos por organizarse en comunidades, ejidos y rutas de acceso para prevenir los ilícitos, a partir del secuestro del ganadero Juan Ruiz Campos, el 20 de octubre de 1995, quien fue liberado el 28 de ese mes.

El éxito de su primera actuación alentó a los serranos para seguir con su propósito de ``apoyar y defender de manera organizada a quien sea agredido''. Pero no siempre han tenido el resultado esperado.

El enfrentamiento en Pie de la Cuesta

Una acción reciente de la organización campesina fue ampliamente difundida. Es el intento fallido de rescatar por la fuerza a dos campesinos secuestrados en la comunidad de Pie de la Cuesta, en la sierra de Atoyac, el pasado 20 de mayo, donde hubo un enfrentamiento en el que murieron tres personas.

Hasta el momento, la versión difundida de los hechos del 20 de mayo fue la del grupo contrario a la organización campesina, encabezado por Salustiano Delgado, quien informó que su familia en Pie de la Cuesta fue atacada durante tres horas por 60 hombres con armas de alto poder, uniformados como militares y con el rostro cubierto, que rodearon tres casas en esa comunidad y exigieron la entrega de un secuestrado. Como no lo consiguieron, abrieron fuego contra las tres viviendas, en las que fueron acribillados Antonio y Juan Delgado, y herida otra persona del mismo poblado; en su retirada los atacantes tuvieron una baja.

Los integrantes de la organización de autodefensa dieron su propia versión en un documento entregado el primero de junio por el comisario municipal de Piedras Grandes, Marciano Atanacio Ramírez, al agente del Ministerio Público del fuero común del distrito judicial de Galeana, con sede en Tecpan, en el que solicita la intervención de la Procuraduría General de Justicia del Estado en el rescate de los dos secuestrados y en el esclarecimiento de los hechos.

En el escrito, el comisario expone que es del dominio público en Piedras Grandes que el domingo 19 de mayo partieron de ese lugar aproximadamante 40 habitantes de la parte alta de esta región hacia Pie de la Cuesta, municipio de Atoyac, ``con la finalidad de verificar fundamentadas sospechas de que en dicho lugar retenían a los señores Luis Atanacio Chamú, de esta localidad, y a Eulalio Huerta, originario de Plan del Carrizo, también municipio de Atoyac de Alvarez, quienes fueron secuestrados el 31 y 10 de marzo, respectivamente.

El grupo de autodefensa actuó por cuenta propia y pretendió rescatar a los secuestrados, ante el desinterés de las autoridades estatales por resolver el caso, y después de que la familia Atanacio Chamú solicitó con insistencia la intervención de la Procuraduría General de Justicia, sin que su petición fuera atendida.

Con el silencio de la Procuraduría aumentó la desconfianza de los afectados en las autoridades policiacas del estado, que surgió desde que fue secuestrado Luis Atanacio Chamú, de 34 años.

Desde los primeros días después del secuestro, los hermanos Atanacio Chamú denunciaron ante la PGJE y ante los gobiernos municipales de Tecpan y de Atoyac, que en el plagio de Luis intervinieron directamente como responsables materiales los agentes de la Policía Judicial del Estado, Isabel Castañeda López y Ausencio Castañeda Urióstegui.

El procurador Antonio Hernández Díaz prometió investigar pero no ha dado a conocer el resultado, mientras que los dos judiciales siguen en activo y amenazaron con matar a todos los miembros de la familia Atanacio Chamú si éstos no retiran la denuncia.

Según el relato del comisario, el grupo de autodefensa que salió de Piedras Grandes llegó a Pie de la Cuesta al día siguiente, 20 de mayo, se dirigió a los domicilios de Juan, Salustiano y Pascual Delgado, donde, de acuerdo con la información que habían recabado, se encontraban los secuestrados, y también Rubén Ascencio Castro, Leonel y Herminio Guerrero Juárez, a quienes identifican como parte de los responsables materiales del secuestro de Luis Atanacio Chamú y Eulalio Huerta.

``Al llegar a dichos domicilios, el grupo de personas que pretendían rescatar a las víctimas del secuestro conminaron a quienes se encontraban en ellos a entregar a los secuestrados, en caso de que efectivamente ahí los tuvieran, respondiendo a este exhorto con un abierto ataque con armas de fuego de diferentes calibres, originándose un enfrentamiento que arrojó un saldo de tres personas muertas y una más herida''.

El comisario informó que se tiene conocimiento de que los muertos son Antonio y Juan Delgado, originarios de Pie de la Cuesta, e Isabel Piedra Terán de 19 años, originario de Yesqueros, municipio de San Miguel Totolapan.

También dijo que se desconoce el nombre, origen y paradero de la persona que fue lesionada, pues fue retirada inmediatamante del lugar.

Marciano Atanacio Ramírez expuso que la incidencia del delito de secuestro ``ha mantenido durante largo tiempo en constante zozobra a los habitantes de la parte alta de esta región del estado'', y en representación de la comunidad de Piedras Grandes solicitó a la PGJE su intervención para el rescate de los secuestrados y esclarecimiento de los hechos del 20 de mayo en la sierra de Atoyac.

Piden que se reconozca a sus policías

Hasta el momento, la solicitud de intervención de las autoridades no ha tenido alguna respuesta. A pesar de que el procurador general de Justicia del Estado, Antonio Hernández Díaz, anunció el 26 de mayo que se realizaría un ``operativo para peinar la sierra'' en el que participarían la Policía Judicial del Estado, la Motorizada, la Judicial Federal y tropas del Ejército, éste no se ha realizado.

En la reunión del 9 de junio en la sierra de Tecpan, los representantes de las comunidades discutieron un documento que en fecha próxima presentarán al gobernador Angel Heladio Aguirre Rivero, en el que exponen el problema de la inseguridad en la región de la que surgió la organización campesina, y le reclaman que su gobierno ``no ha querido'' resolver el caso de Luis Atanacio Chamú y Eulalio Huerta.

Demandan un programa de desarrollo integral sustentable para Filo Mayor, y para atacar la ola delictiva piden el reconocimiento de grupos de policías judiciales del estado, motorizados y comunales, elegidos por los pobladores de la sierra.

Proponen: ``Para establecer, mantener y guardar el orden es necesario que se reconozcan los grupos de policías judiciales y/o motorizados que hemos nombrado y están operando en las distintas rutas o cuencas de abastecimiento de nuestra región... Además pedimos el reconocimiento de los grupos de policías comunales que están formando las comunidades''.

Exponen: ``Hace algunos años comenzaron los robos, asaltos en los caminos y brechas, y al último los secuestros a compañeros nuestros que tenían un poquito de qué vivir, y el escaso patrimonio de la familia no estaba seguro.

``Llegamos a estar prácticamente a merced del delincuente, hemos sufrido la afrenta de que en una de las rutas de la sierra, Atoyac-Pie de la Cuesta, hace tiempo que no se transita de día para evitar los asaltos, robos y asesinatos, nos acostumbramos a caminar en altas horas de la noche.

``Tuvimos que reaccionar, vencer el miedo y por dignidad las comunidades de la sierra nos vimos forzados por las circunstancias a organizarnos para parar esta violencia... A nuestra organización no le quedó otro camino que actuar por su propia cuenta y riesgo''.