MARCHAN 400 MIL EN BONN CONTRA EL PLAN DE AUSTERIDAD DE KOHL
Afp, Efe, Ansa, Ap y Dpa, Bonn, 15 de junio En una de las mayores manifestaciones realizadas en Alemania desde la posguerra, cerca de 400 mil personas desfilaron por las calles de la capital alemana para protestar contra el plan de austeridad propuesto por el gobierno del canciller Helmut Kohl, quien reiteró que no cederá a las presiones para seguir impulsando medidas económicas que promuevan el empleo.
Exhibiendo pancartas con consignas como ``huelga general ahora'' o ``los ricos también deben pagar'' y acompañados por grupos de rock y bandas musicales, los manifestantes, convocados por la Confederación Alemana de Sindicatos (CAS), marcharon ordenadamente por las calles de Bonn.
No obstante, la policía se enfrentó con unos 500 jóvenes extremistas de los autodenominados grupos ``autónomos'', quienes lanzaron botellas contra los agentes antimotines. Aunque hubo numerosas detenciones, la manifestación --para la cual fueron fletados 5 mil 400 autobuses y 77 trenes especiales-- transcurrió sin otros incidentes de violencia significativos.
Dieter Schulte, líder de la CAS, que cuenta con más de 9 millones de miembros, aseguró que los trabajadores están dispuestos a continuar su lucha si el gobierno impone su plan de austeridad, que prevé la reducción de los pagos a causa de enfermedad, el aumento de la edad de retiro de las mujeres y mayores facilidades a las empresas para despedir a sus empleados, entre otras medidas que permitirían al Estado ahorrar anualmente el equivalente a unos 16 mil 500 millones de dólares.
Bajo un intenso Sol y rodeado de una inmensa multitud concentrada en los jardines de la Universidad de Bonn, Schulte advirtió: ``Si no sirve la razón entonces servirá la lucha'', dijo, y responsabilizó a las autoridades de las tensiones que podrían llegar a producirse en caso de que se lesinaran los intereses de los sindicalizados.
Consideró que con esta protesta --en la que también participaron numerosos dirigentes políticos y sociales-- comenzó ``un nuevo movimiento social que impedirá el creciente aumento de la brecha entre ricos y pobres, tras denunciar que el gobierno también pretende disminuir el impuesto patrimonial para beneficiar a las personas con mayores recursos económicos.
Oskar Lafontaine, presidente del Partido Socialdemócrata, el principal de la oposición, confirmó el rechazo de su organización a varias de las medidas del plan de austeridad, a las que consideró demasiado enérgicas, pero aclaró que los socialdemócratas evitarán que el conflicto alcance la magnitud de las protestas ocurridas en Francia durante diciembre del año pasado.
Señaló que con la fuerza que le da su mayoría en el Parlamento, los socialdemócratas lucharán contra las iniciativas oficiales que son ``demasiado indigeribles''.
Pese a todo, el gobierno insiste en seguir impulsando las medidas de austeridad, a las que considera cruciales para que el país reduzca en los próximos años el desempleo, que afecta a casi 4 millones de alemanes.
El canciller Kohl insistió el viernes en que por ningún motivo su gobierno cederá a la presión de los sindicatos, y recalcó que ``las manifestaciones no crean ningún empleo''. A pesar de las críticas contra su plan, Kohl sostiene que el aplazamiento de las medidas propuestas ``arrollaría al país frente a la evolución de la economía mundial''.
De su lado, el líder de los empresarios alemanes, Klaus Murmann, acusó a los sindicatos de promover ``actos desmedidos'' y los comparó con ``un elefante que pisotea los primeros tiernos brotes del cambio''.
Aunque los organizadores consideraron que la manifestación marcó un hito en la historia del movimiento laboral de Alemania, los representantes de más de 3 millones de empleados públicos aceptaron apenas hace dos días un aumento salarial inferior al uno por ciento, que además de estar muy por debajo de sus demandas es menor al índice inflacionario.