La Jornada 16 de junio de 1996

50% de mexicanos, sin ingresos para comprar el mínimo de calorías diarias

Roberto González Amador Uno de cada dos mexicanos no cuenta actualmente con un ingreso suficiente para adquirir alimentos que le permitan cubrir el consumo mínimo de calorías y ser considerado una persona bien alimentada, como resultado de la pulverización en el poder de compra provocado por una inflación que en los últimos 17 meses duplicó el incremento de los salarios, coinciden informes privados, de organismos internacionales y del gobierno federal.

La carencia de medios para satisfacer las necesidades mínimas de sobrevivencia se agudiza mientras las oportunidades de acceso a un empleo remunerado se reducen. La caída en el poder de compra ha provocado que 45 millones 560 mil mexicanos, que representan la mitad de la población del país, sobrevivan con una alimentación que limita sus oportunidades de trabajo y educación formal, señalan los informes.

Con el estallamiento y profundización de la crisis, la recesión de 1995 redujo el tamaño de la economía a la dimensión de 1992, sólo que con una población que en los últimos cuatro años creció en 6.46 millones de personas.

La caída en picada del poder de compra de los mexicanos ha golpeado con mayor severidad los estratos de menor ingreso. En estos momentos, por lo menos 9.11 millones de mexicanos, que constituyen 10 por ciento de la población y que apenas perciben 1.59 por ciento de la riqueza anual que se genera en el país, sólo alcanzan a adquirir una cuarta parte del consumo mínimo de calorías que requiere una persona, según información de la Comisión Económica para América Latina (Cepal) y del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI).

Existen reglas internacionales para medir el requerimiento mínimo de nutrientes para que una persona realice sus actividades diarias. La Cepal considera que el consumo mínimo necesario es de 2 mil 340 calorías por día. Para evaluar el poder de compra de cada familia, una regla aceptada y empleada por la Cepal es medir el número máximo de calorías per cápita que pueden adquirir sus integrantes, acorde con el nivel de su ingreso y el número de habitantes.

Con base en la metodología aceptada por la Cepal, el Departamento de Estudios Económicos de Banamex, el banco más importante de México, generó varios indicadores sobre el deterioro en el poder de compra de los mexicanos y llegó a conclusiones contundentes:

Tomando en consideración los precios publicados por la Procuraduría Federal del Consumidor durante la semana del 25 de abril al 1 de mayo de 1996 y el nivel actual de salarios, Banamex encontró que 50 por ciento de la población del país, es decir, 45 millones 560 mil personas, no alcanza a comprar con su ingreso disponible las calorías diarias requeridas para que se considere una persona bien alimentada.

Pero el deterioro en el poder de compra de los salarios corre a una velocidad inalcanzable para los ingresos de la mayor parte de la población del país.

El propio estudio de Banamex revela que el poder de compra se deteriora conforme aumenta la inflación y se mantienen fijos los ingresos. De hecho, puntualiza Banamex, en una semana anterior a la última de abril pasado cada persona hubiera podido comprar 1.8 por ciento más de calorías diarias, mientras que en la posterior 0.5 por ciento menos.

La brecha se ensancha

La información oficial disponible no deja dudas sobre la disparidad en las posibilidades de bienestar y desarrollo de los actuales mexicanos. A una dieta menos rica corresponderá un menor grado de desarrollo y una reducción en las posibilidades de progreso.

La crisis ha golpeado con mayor fuerza al estómago de los habitantes de menor ingreso. Si bien la mitad de la población del país ha sido condenada a sobrevivir subalimentada, las desigualdades se profundizan todavía más a medida que logra detallarse las posibilidades de ingreso de cada estrato.

De acuerdo con el INEGI, en México se tienen registrados 19 millones 440 mil 278 hogares. Cada familia, según los datos del Conteo de Población y Vivienda 1995, también elaborado por el INEGI, está compuesta en promedio por 4.6 miembros.

En 10 por ciento de los hogares mexicanos con menor participación en el ingreso nacional (este sector percibe apenas 1.59 por ciento de la riqueza que se genera cada año) las percepciones sólo alcanzan para cubrir una dieta diaria de 640 calorías, lo que representa únicamente 27.35 por ciento del mínimo requerido para que una persona pueda considerarse bien alimentada.

El cambio es abismal cuando se observan las posibilidades de alimentación de los sectores con mayor disponibilidad de riqueza. En sentido opuesto al ejemplo anterior, 10 por ciento de los hogares mexicanos de mayor ingreso y que perciben por sí mismos 38.42 por ciento de la riqueza que se genera cada año en México, mantienen un poder de compra que les permite consumir al día 15 mil 480 calorías, cinco veces más de las mínimas requeridas.

Según información de la Encuesta Nacional Ingreso-Gasto en los Hogares (ENIGH-94) y de los parámetros de medición de la Cepal, la mitad de la población sobrevive en condiciones que su ingreso no le permite satisfacer los requerimientos mínimos de alimentación.

Si ese 50 por ciento de la población fuera dividido a partes iguales en porciones que abarcaran 10 por ciento cada una (es decir, en deciles por ingreso, como se clasifica en la ENIGH-94), los resultados serían los siguientes.

El decil de más bajo ingreso sólo puede comprar alimentos para satisfacer un consumo diario de 640 calorías; el siguiente estrato o decil cuenta con un ingreso que le permite consumir mil 110 calorías diarias; el tercer decil puede completar una dieta de mil 480 calorías diarias; el cuarto segmento de población cuenta con medios para consumir mil 870 calorías, y el quinto estrato o decil vive con un consumo diario de 2 mil 290 calorías al día.

En los cinco casos anteriores, que corresponden a 50 por ciento de la población medida a partir de su nivel de ingreso, la dieta diaria se mantiene por debajo de las 2 mil 340 calorías exigidas como mínimo para que una persona pueda considerarse bien alimentada.

A medida que van mejorando los ingresos la alimentación eleva también calidad. De esta forma, la otra mitad de mexicanos que sí consume las suficientes calorías por día mantiene un poder de compra que le permite adquirir entre 2 mil 840 calorías hasta las 15 mil 480 calorías para la décima parte de la población con un mayor ingreso.

La pérdida en el poder de compra ``ha llevado a las familias que pertenecen a los deciles de ingreso más bajos a buscar diversas combinaciones que con su salario pueda alimentarse'', apunta Banamex.

Por ejemplo, cita, el gramo de comestible que contiene el mayor número de calorías es la manteca de cerdo, la mantequilla y la manteca vegetal, mientras que la caloría más barata se obtiene al ingerir tortillas, frijoles y lentejas. Por ello, agrega, no es casualidad que la dieta típica de una mitad de la población del país esté formada por la combinación de estos productos, incluyendo alimentos fritos.

Sin embargo, señala, mientras continúe la brecha entre salarios, que en los últimos 17 meses aumentaron 31 por ciento, mientras la inflación lo hizo en 65 por ciento, ``será difícil adecuar la alimentación de buena parte de la población a la requerida para el trabajo y la educación''.