La Jornada 15 de junio de 1996

``Entendido'', que los helicópteros sólo se usarán contra el narcotráfico

Jim Cason y David Brooks, corresponsales, Washington, 14 de junio El gobierno de Estados Unidos destacó por primera vez ``el desarrollo de una relación de trabajo entre nuestros militares'' en la lucha conjunta con México para combatir el narcotráfico. Asimismo informó que se llegó a un ``entendimiento explícito'' para que los helicópteros que serán donados a la Fuerza Aérea mexicana sean utilizados sólo en misiones antinarcóticos, y dio a conocer que el vecino país permite el sobrevuelo de su territorio por parte de agencias de seguridad pública estadunidenses, según un documento del Departamento de Estado obtenido hoy por La Jornada.

En respuesta a 28 preguntas presentadas al secretario de Estado, Warren Christopher, por el senador Jesse Helms (La Jornada, 22 de mayo), en torno a la notificación del traslado de los primeros 20 helicópteros -de un total de 73- Bell UH-1H Huey a la Fuerza Aérea de México, la citada dependencia entregó ayer al legislador más de 50 páginas con explicaciones, historia, y documentos oficiales en donde se detalla ampliamente la asistencia militar a México, en respaldo a la lucha contra la droga en ese país.

En una carta que acompaña al documento, se subrayan el incremento del programa antinarcóticos del presidente Ernesto Zedillo, la determinación del gobierno mexicano para ampliar la cooperación con Estados Unidos y la decisión de aumentar la participación de las Fuerzas Armadas mexicanas en respaldo a la lucha contra el narcotráfico, ``lo cual también ha abierto nuevas avenidas para que nuestros dos gobiernos intensifiquen sus esfuerzos de colaboración en la guerra contra la droga'', escribió la secretaria asistente de Estado, Barbara Larkin, en su misiva a Helms.

Las respuestas, con anexos de notas diplomáticas y acuerdos sobre el traslado de los helicópteros UH-1H, realizado el pasado 16 de abril, también abarcan la anterior asistencia proporcionada a la PGR y otras iniciativas de cooperación.

Así el documento -cuya copia fue obtenida por La Jornada- ofrece la descripción más completa hasta el momento de la reciente asistencia estadunidense a México, en el rubro de la lucha antinarcóticos de ambos países.

Entre lo más relevante, las respuestas documentan que la asistencia de Washington tiene el propósito de incrementar la capacidad aérea de las fuerzas de seguridad mexicanas. Por otra parte, estos traslados de equipo y programas de capacitación son más necesarios actualmente, ya que el programa de modernización de las Fuerzas Armadas mexicanas fue, de alguna manera, interrumpido por la crisis económica.

El documento también informa sobre los siguientes puntos principales, en respuesta a las interrogantes de Helms, presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado:

-Los primeros 20 de un total de 73 helicópteros UH-1H, serán enviados a nuevas ``unidades de reacción rápida'' de las Fuerzas Armadas mexicanas a fin de respaldar a las agencias de seguridad pública en sus misiones antinarcóticos. La solicitud formal de los helicópteros fue presentada por la Secretaría de Relaciones Exteriores a la embajada de Estados Unidos en México.

-Desde 1989, Estados Unidos ha arrendado a la PGR un total de 33 helicópteros UH-1H (21 en 1990 y 1992; 12 más en 1995), de los cuales cinco están fuera de comisión, 19 están en condiciones de operación y nueve en reparación. Además de los UH-1H, la PGR compró 18 helicópteros Bell 206, que está trasladando a la Fuerza Aérea.

-Según el Informe de Uso Final de 1994, anexado a las respuestas a Helms, la PGR tenía una flota aérea de equipo donado o arrendado de Estados Unidos con los siguientes elementos: 21 helicópteros Bell 206B-111; siete helicópteros Bell 212; un helicóptero Bell UH-LN; 18 helicópteros Bell UH-1H, y 13 aviones Cessna 206/210.

-En respuesta a la pregunta de Helms sobre si los 20 helicópteros que están por trasladarse a la Secretaría de la Defensa Nacional están artillados, el Departamento de Estado responde que no. Sin embargo, añade que no hay nada en el acuerdo que prohiba al gobierno mexicano artillarlos.

Señala, además, que los helicópteros están construidos con ``puntos duros'' que pueden soportar la instalación de armamento. ``Dado los peligros inherentes asociados con las operaciones de interdicción es práctica común, a través del mundo, que los gobiernos artillen los helicópteros en misiones antinarcóticos'', explica el Departamento de Estado.

-De acuerdo con el Departamento de Estado, la Fuerza Aérea mexicana contará con unos 190 pilotos de helicóptero a partir de septiembre de 1996. Actualmente cuenta con 200 mecánicos de estos aparatos y otros 125 en entrenamiento; 24 más serán entrenados en Estados Unidos, particularmente para trabajar en la nueva flota de UH-1H.

-El 25 por ciento de las Fuerzas Armadas de México participa en operaciones de destrucción de droga en temporadas ``altas'' de cosecha.

-Se está ampliando el papel de las Fuerzas Armadas en operaciones de interdicción, siempre en apoyo de las agencias civiles encargadas del combate al narcotráfico, particularmente la PGR. La Fuerza Aérea opera el sistema de radar en el sureste mexicano.

-El programa de modernización de las Fuerzas Armadas mexicanas incluyó, entre 1989 y 1994, la compra por parte de la Fuerza Aérea de 48 helicópteros: 18 Bell 212 y dos 206L3; seis Blackhawk de transporte medio; 22 MD-530 de observación. Durante ese periodo también se compraron 23 aviones pequeños, todos a propulsión de hélice.

Las fuerzas navales también compraron 12 helicópteros rusos Mi-8 HIP. La Fuerza Aérea ha solicitado información sobre ese tipo de equipo sin un compromiso de compra. Bell también ha propuesto a la PGR, la venta de 32 helicópteros manufacturados en Canadá, pero la venta todavía no ha terminado. Según el Departamento de Estado, la crisis del peso de 1994 y el desplome de la economía nacional han limitado severamente la continuación de este programa de modernización y, en parte, esto es una de las razones del ofrecimiento de donación del equipo usado propuesto por Estados Unidos, empezando con los UH-1H y repuestos.

-En sus respuestas a Helms, el Departamento de Estado informó por primera vez que ``el gobierno mexicano permite el sobrevuelo (de su territorio) de agencias de seguridad pública de Estados Unidos. Estamos satisfechos con el progreso y la creciente cooperación en esta área, particularmente en torno a las solicitudes de sobrevuelo del Servicio de Aduanas de Estados Unidos''.

Añade que México ha aprobado la mayor parte de estas solicitudes y que Estados Unidos sigue buscando que el gobierno mexicano considere otorgar más flexibilidad para toda aeronave o embarcación estadunidense de detección y monitoreo.

Para Helms y otros legisladores que han cuestionado el traslado de los helicópteros a la Fuerza Aérea mexicana, el punto sobre el ``monitoreo'' estadunidense del uso del equipo, está entre los más preocupantes. Aunque el Departamento de Estado ha asegurado reiteradamente -como lo hace en estas respuestas por escrito- que México tendrá los mismos requisitos impuestos a cualquier país que acepte la donación o el arrendamiento de equipo estadunidense, dos aspectos continúan provocando preguntas: la declaración de que el equipo será utilizado ``principalmente, pero no exclusivamente'' para la lucha antinarcóticos de México y el uso, en una ocasión, de helicópteros arrendados a la PGR en Chiapas, durante los primeros días de la insurrección zapatista.

Según el Departamento de Estado, en su documento entregado a la oficina de Helms, el monitoreo estadunidense de todo equipo trasladado a México (sea donado, arrendando o vendido), está a cargo de la embajada de Washington en ese país, la cual tiene tres secciones responsables para evaluar y vigilar el ``uso final'' del equipo: la Sección de Asuntos Narcóticos, el Equipo de Evaluación de Efectividad Operacional y la Oficina de Enlace Militar. Está última será la responsable principal para monitorear el equipo donado a la Fuerza Aérea.

Para el equipo utilizado por la PGR, el mecanismo principal de información sobre su uso es un informe anual de Monitoreo de Uso Final, preparado por la Sección de Asuntos Narcóticos de la embajada de Estados Unidos, el cual es preparado con base en visitas a instalaciones de la PGR, informes de visitas de campo, informes semanales de la PGR sobre el estado y ubicación del equipo y reuniones bilaterales de los encargados sobre el asunto.

En este rubro se insiste que Estados Unidos informó a México -y se constató en una carta anexada al acuerdo-, que el monitoreo no incluirá en ninguna instancia la presencia o participación del personal estadunidense en cualquier aspecto operativo de misiones antinarcóticos.

Al mismo tiempo, por intercambio de notas diplomáticas se afirma que se ha llegado a un ``entendimiento explícito de que estos helicópteros no serán utilizados para otros propósitos (más que lucha antinarcóticos). No tenemos ninguna indicación de que serán utilizados para cualquier actividad no relacionada con (la lucha) antinarcóticos'', destacó el Departamento de Estado en sus respuestas a Helms.