Ricardo Alemán Alemán
Itinerario político

Contradicciones y dobles lenguajes en Canadá
Entrevistas a la prensa extranjera, desdén y enojo a los mexicanos

Vancouver, Canadá Sin duda, la visita que realizó el presidente Ernesto Zedillo por Canadá y que concluyó la tarde de ayer producirá resultados positivos al gobierno mexicano, sobre todo en los campos diplomático, comercial y de inversión. Sin embargo, también dejó ver aspectos que se percibían en México, pero que debieron confirmarse en Canadá.El primero, por la trascendencia que ha tenido en casi todas las naciones del continente, es el relativo a la Ley Helms-Burton, que fue criticada por los gobiernos de México y Canadá, pero mostró que el gobierno mexicano parece tener un doble discurso sobre la controvertida legislación estadunidense, a todas luces intervencionista.En este caso, debe señalarse que pese al marcado interés que para el gobierno canadiense tiene la postura mexicana sobre la Helms-Burton, funcionarios mexicanos pretendieron minimizar el tema, mientras que el propio Ejecutivo federal ofreció dos posturas al respecto. Una, expresada ante el Parlamento canadiense, de abierto rechazo, y que debiera ser contrarrestada mediante una alianza entre las naciones afectadas. La segunda posición, también muestra rechazo, pero sin la contundencia de la primera y, lo que es peor, presupone que es poco lo que se puede hacer para impedir su aplicación. Esto es, dejar todo a la voluntad del gobierno de Washington.

El de la privatización de la petroquímica secundaria mexicana es otro de los asuntos que debieron ser aclarados muy lejos del territorio mexicano. Resulta que entre la delegación mexicana que acompaña al presidente Ernesto Zedillo, se insistió en que no había interés de empresarios mexicanos por invertir en ese sector. Consultados al respecto, importantes empresarios de este país señalaron que esa apreciación ``es falsa'' y dieron pistas que luego fueron confirmadas por funcionarios mexicanos.

Esto es, que el gobierno mexicano debió suspender el proceso de licitación de los complejos petroquímicos debido a problemas políticos, sindicales y legales. Más aún, los responsables de la privatización habrían cometido errores al operar el proceso, encontrado severas resistencias y descubierto ``imperfecciones'' en la ley. En realidad, la privatización de la petroquímica está suspendida, salvo el caso de la planta productora de amoniaco de Cosoleacaque, y eso lo saben ya los países interesados en comprarlas, pero no se ha reconocido públicamente debido a los compromisos de México con el extranjero.

Otro aspecto que también enseña contradicciones, es el relativo al interés en el extranjero sobre lo que ocurre en México. Un grupo de organizaciones no gubernamentales canadienses hicieron llegar a la delegación mexicana una carta en la que se dicen preocupadas por los derechos humanos, los derechos religiosos, por la democracia y la transparencia de los procesos electorales.

Rápidamente, la Secretaría de Relaciones Exteriores dio respuesta y el propio Ernesto Zedillo se reunió con los representantes de una veintena de esos organismos, a quienes respondió sus inquietudes. Sólo que en México nunca han existido este tipo de atenciones y mucho menos se responde a la preocupacin de los ciudadanos agrupados en organizaciones similares. Otra vez, parece que debe denunciarse en el extranjero lo que pasa en México, para que los mexicanos tengan respuesta.El de la preferencia presidencial por los medios de comunicación extranjeros, parece ya un lugar común. En Canadá, otra vez entrevistas con medios locales, en donde se preguntan los temas que interesan a los mexicanos, en donde el Presidente responde todo, pero ni una sola oportunidad para que los periodistas mexicanos pregunten.En el caso de la gira por Canadá esa situación alcanzó, incluso, niveles de insulto. El periodista y conductor de Multivisión, Javier Solórzano, solicitó repetidamente una entrevista con el Presidente. No pedía, ni siquiera, una exclusiva, sino que participaran los medios televisivos que acompañan al jefe del Ejecutivo. Luego de mucho insistir, finalmente se acepta que se ofrecerá la entrevista. Movilización de equipos, desplazamiento de personal, cancelación de vuelos, modificación de horarios, y una larga, larguísima espera.

Al final, un ``no fue posible, por razones de agenda'', dejó otra vez a la prensa mexicana sin posibilidades de entrevistar al Presidente. Eso sí, se puede entrevistar a los secretarios, como José Angel Gurría o Herminio Blanco. Pero también éstos se enojan cuando se les pregunta, o de plano no reponden lo que quieren saber los mexicanos, en el mejor de los casos, pero ayer hasta se incurrió en la censura de una respuesta del canciller Gurría, cuando se le preguntó sobre el despido del embajador Agustín Gutiérrez Canet.

Y el ejemplo de esto se dio cuando la tarde de hoy se les preguntó sobre el costo de la gira y el número de participantes, entre comitiva y equipo de apoyo. No hubo respuesta directa sino enojo. Pero el enojo pasó a la indignación, cuando se les preguntó a los dos secretarios sobre su salario, a propósito de que el Presidente hizo pública su percepción. La respuesta fue un expresivo: Ah que la chingada!, de Herminio Blanco, y un gesto de fastidio de José Angel Gurría.

En el camino

Por cierto, también en Canadá se confirmó que en los próximos días dejará su cargo el fiscal especial Pablo Chapa Bezanilla. Al estilo priísta, el panista Antonio Lozano Gracia le dará una salida elegante, pero todos saben que se va por incapaz.