Uso ``racional'' de la fuerza pública, ofrece Espinosa
Alberto Nájar y Miriam Posada Al tomar protesta al nuevo secretario de Seguridad Pública, el regente Oscar Espinosa Villarreal advirtió ayer que, en adelante, la fuerza pública se utilizará ``racionalmente'', sin caer en abusos ``que ofenden a la sociedad y dañan a las instituciones''.
Ante los integrantes de su gabinete y con la ausencia de representantes a la Asamblea, el jefe del DDF insistió en que el general de División Tomás Salgado Cordero fue designado a propuesta suya, y con el aval del presidente Ernesto Zedillo y, por lo tanto, dijo, cuenta con todo el apoyo de las autoridades.
Por lo pronto, ayer mismo lo instruyó para que evalúe el trabajo que la SSP ha realizado en lo que va de la administración, y que ``cambie lo que haya que cambiar''.
Reunidos en el salón de usos múltiples de la regencia, el regente afirmó que desde ayer inició una nueva etapa en la policía capitalina, en la que, recalcó, será necesaria una estrecha coordinación con la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) pero, sobre todo, extrema responsabilidad en el uso de la fuerza pública, pues aunque es necesario poner freno al crecimiento de la delincuencia, esto ``no puede reducirse a levantar frente a aquella otra violencia de mayor magnitud''.
Las corporaciones policiacas ejercerán su autoridad con fundamento ``en el adiestramiento, la institucionalidad, la disciplina, la lealtad y el nacionalismo''. Afirmó que si bien ``mucho se ha trabajado'' en lo que va de su gobierno, lo cierto es que los avances alcanzados en materia de seguridad pública no son suficientes. Insistió en la coordinación de la SSP con la PGJDF, porque de nada sirve una ``eficaz'' acción preventiva si no existe la correspondiente persecución y castigo para quienes delinquen. Luego, recordó el llamado presidencial a buscar y fortalecer las vías del diálogo, lo que para Espinosa significa hacer entender a los capitalinos que la paz social sólo podrá alcanzarse ``bajo el imperio de un orden jurídico acatado por todos''.
El laberinto del general
Mientras en la regencia el general Salgado Cordera rendía protesta como nuevo secretario de seguridad, todos los altos mandos de la corporación se reunieron en el piso 12 de las oficinas centrales de la SSP donde el regente les presentaría al nuevo titular.
A bordo de sus patrullas, desde las 10:30 horas, jefes de sector, directores de región, jefes de agrupamiento y funcionarios se concentraron en las nuevas oficinas del general Salgado Cordero. Vestidos con uniformes de gala, tensos, en voz baja intercambiaban impresiones y recuerdos de su nuevo jefe; todos coincidieron en expresar dudas y temores ante el futuro que les depara con un secretario de extracción militar.
Durante hora y media permanecieron así, con el semblante adusto y renuentes a hacer comentarios a los reporteros. Los pocos que se animaron sólo reiteraron su disciplina, lealtad a la institución, y se comprometieron ``a seguir en la línea''.
José Luis Castellanos, director de la Policía Auxiliar, señaló que confía en que el secretario de seguridad tenga una política de consenso y de conciliación. Nada más.
Media hora antes del arribo de Espinosa y el general Salgado, el jefe de agrupamientos Darío Chacón Montejo empezó a organizar el escenario. Los directores, ordenó, se ubicarían a la derecha del regente; los jefes de sector a la izquierda, y frente al funcionario acomodó a los encargados de agrupamientos.
A las 12:20 horas una camioneta Suburban y siete vehículos más trataron de ingresar al estacionamiento subterráneo de la secretaría, pero los vigilantes les marcaron el alto y exigieron que se identificaran. En esa unidad viajaban el nuevo jefe de la policía capitalina y el regente, pero los uniformados no lo sabían. Apenas se percataron de quien se trataba franquearon el paso a la comitiva.
A puerta cerrada con los responsables de la policía capitalina, Espinosa Villarreal fue el único que habló y dijo que el militar reconoce que dentro de la corporación hay quienes honran, ``sin lugar a dudas'', la institucionalidad, la lealtad a las instituciones, al Presidente de la República, al gobierno del Distrito Federal, que por lo tanto estarán dispuestos a acatar las órdenes que se dicten.
``Estoy cierto que ustedes confían en las decisiones que se han tomado'', les dijo el regente, pero no tuvo respuesta de los oficiales, quienes permanecieron en silencio. Remató: ``Les pido con el afecto y la autoridad que nos correponde en esta etapa en que nos hemos conocido y compenetrado tanto, su total disposición para apoyar las tareas del general Salgado''.
Ayer, en su primer día de trabajo, el militar tuvo una jornada agitada, pues además de rendir protesta, conocer a sus subalternos y conceder una entrevista a la prensa, también recibió la visita de seis amigos suyos que durante tres horas hicieron antesala para saludarlo.
Las oficinas de la SSP lucían ayer como nuevas: las paredes fueron pintadas, lavaron las escalera, limpiaron los baños, sacudieron alfombras y sillones y algunas oficinas empezaron a desocuparse. La primera fue la de Rafael Avilés Avilés, quien ÑtrascendióÑ desde la madrugada del sábado retiró archiveros y escritorios su equipo y pertenencias