La Jornada 9 de junio de 1996

Realizó China una de sus dos últimas pruebas nucleares; críticas mundiales

Reuter, Afp, Dpa, Ansa y Afp, Pekín, 8 de junio China realizó este sábado una prueba nuclear subterránea en el desierto de Lop Nor, la primera de dos que tiene programadas para este año antes de sumarse a la moratoria mundial de los experimentos nucleares, en septiembre próximo.

La detonación se produjo dos días después de que el régimen chino desistiera de su demanda de que el tratado para prohibir las pruebas atómicas, que se negocia actualmente en Ginebra, exima las explosiones ``pacíficas'' o no militares.

La explosión produjo una serie de condenas y críticas alrededor del mundo, y algunos dirigentes políticos expresaron sus dudas sobre la sinceridad del gobierno de China sobre su oferta, hecha hace dos días, para unirse al Tratado Total de Pruebas Nucleares (TTPN).

De acuerdo con el Centro Australiano de Sismología, el ensayo nuclear ocurrió a las 10:65:65 horas local en Lop Nor, región semidesértica de Xinjiang, en el noroeste del país.

Su potencia se estimó entre los 20 y 80 kilotoneladas, lo que provocó una sacudida de 5.7 grados en la escala de Richter.

En su informe para dar a conocer el ensayo atómico, China no especificó la potencias de la explosión ni lugar donde fue realizada.

La agencia oficial Xinhua publicó un comunicado de la cancillería en el que señaló que esta prueba formó parte de un intento por actualizar su arsenal antes de la prohibición de los ensayos, y añadió que el número limitado de armas nucleares en posesión china se destina sólo a su propia defensa y no constituye una amenaza para los otros países.

La declaración precisó que Pekín realizará otro experimento antes de septiembre próximo para confirmar la seguridad de sus armas, tras lo cual se unirá a la moratoria.

Se trata del 44 ensayo desde la explosión de la primera bomba atómica china en 1964. China es el última de las potencias nucleares en probar sus armas, que se calculan entre unas 250 y 300, según los expertos occidentales.

Como en otras ocasiones en que se han realizado pruebas de este tipo, una ola de manifestaciones, condenas y protestas se produjo en varios países.

El gobierno de Estados Unidos deploró el ensayo nuclear y llamó al gobierno chino a detener las pruebas. En un comunicado, la Casa Blanca pidió a Pekín abstenerse en el futuro de proceder con nuevos ensayos nucleares y observar una moratoria hasta la firma del acuerdo global de prohibición, en septiembre próximo.

Japón pidió a China que cese de inmediato sus pruebas, y el canciller Yukihiko Ikeda convocó al encargado de negocios chino, Wu Dawei, para protestar por el ensayo de Lop Nor y anunciar la prosecución del congelamiento de donaciones japonesas a China.

Igualmente, el alcalde de Hiroshima, Takasshi Hiraoka, condenó el experimento. ``Siento un profundo resentimiento frente a la precipitación de China para realizar una pruebas, mientras los países hacen esfuerzos para su prohibición'', dijo.

El primer ministro de Australia, John Howard, cuyo país fue el primero en registrar la prueba, afirmó que dado el vigor de la reacción mundial contra el programa nuclear francés, China demostró una falta de sensibilidad con este experimento.

Canadá juzgó que la prueba de Lop Nor es más deplorable pues se realiza en momentos en que la conferencia sobre desarme está en sus últimas semanas de negociación, mientras el jefe de la diplomacia alemana, Klaus Kinkel, lamentó el ensayo que, a su juicio, resta credibilidad a la reciente flexibilidad de la posición China.

Igualmente, Finlandia, Noruega, Bélgica, Dinamarca, Islandia, Suecia y Luxemburgo se sumaron a las protestas.

Por su parte, los activistas ambientalistas de Greenpeace preparan el barco que lleva el mismo nombre de la organización, para salir rumbo a Shangai, a fin de llevar un mensaje antinuclear al gobierno chino y tratar de convencer al gobierno de ese país de que deben cesar sus experimentos, dijo el portavoz Xavier Pastor.