El presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), Jorge Madrazo, rindió su informe anual el jueves pasado y propuso al gobierno y a la sociedad una campaña nacional de unidad contra la violencia, que fue inmediatamente asumida por el Presidente de la República, quien se comprometió a combatir ``las causas profundas de la violencia'' en el país.
La cosa no es fácil, puesto que la violencia tiene múltiples manifestaciones y sus causas profundas pueden ser varias. Madrazo habló de una subcultura de la violencia que hay que erradicar, se mencionaron factores psicológicos enraizados en la personalidad, y se señaló también claramente la responsabilidad que tienen los medios de comunicación masiva al difundir programas que ensalzan o trivializan la violencia.
En efecto, si bien puede haber coincidencia en señalar que ha aumentado y se ha extendido la violencia en el país, y que el clima de inseguridad llega a niveles intolerables en algunas partes, también es cierto que la Unidad Nacional contra la Violencia, propuesta por el presidente de la CNDH, sólo llegará a ser efectiva si enfoca con criterios claros y selectivos los distintos órdenes y niveles en que ésta se presenta. Veamos algunos de ellos.
a) La violencia criminal vinculada a la comisión de delitos diversos, tales como asaltos, robos y secuestros. Esta es difusa, errática, impredecible. Es la que mayormente preocupa a la ciudadanía, porque todo parece indicar que ha sufrido un crecimiento exponencial. Antes era más que nada individual; hoy es cada vez más asunto de bandas bien organizadas. Antes se ejercía con armas blancas o ligeras; hoy se manejan armas de fuego de alto poder (muchas veces sólo de uso reglamentario). Causas? Habrá aumentado el número de individuos con propensión criminal o violencia? Lo dudamos. Tal vez se ha incrementado el número de personas que provienen de hogares desorganizados y de familias desintegradas, lo cual genera comportamientos violentos. Posiblemente. Y cuando aumenta el desempleo, no hay alternativas de trabajo y crece la pobreza? Cuando hay que alimentar a los hijos y no se tiene con qué? Sería bueno que nuestras autoridades pensaran un poco más en esta causa profunda.
b) La violencia que se da entre grupos armados organizados, vinculados a la actividad criminal (narcotráfico sobre todo). Ejecuciones, ajustes de cuentas, eliminación de personajes incómodos, etcétera. Un medio para conquistar, ejercer o conservar el control sobre jugosos negocios (con o sin participación de autoridades de distintos niveles). Es selectiva, intencionada, brutal, sin piedad. El ciudadano común y corriente se puede ver involucrado accidentalmente.
c) La violencia organizada de grupos paramilitares, sobre todo en el medio rural, para proteger los intereses políticos y económicos de las oligarquías provincianas, los latifundistas, los caciques (aunque se diga lo contrario, todavía existen, aun en un país ``moderno'' como el que queremos ser). Ejemplo: las llamadas guardias blancas en ciertas regiones del país. Principales víctimas: los campesinos que reclaman sus derechos, los indígenas que se inconforman, los activistas sociales que incomodan.
d) La violencia represiva de los cuerpos policiacos y militares en el ejercicio de su actividad legítima, con el propósito de controlar, suprimir o eliminar a quienes hacen peligrar la estabilidad política y social. Es selectiva y enfocada: pretende reprimir, disuadir y atemorizar. Es una forma de terrorismo, como la matanza de Aguas Blancas, la golpiza de los maestros en el Distrito Fedral, o la eliminación de líderes indígenas, campesinos y políticos (sobre todo en el medio rural).
e) La guerra sorda (con creciente número de víctimas) entre distintas facciones de la élite gobernante. Expresa la desintegración histórica de un régimen político, la lucha por los privilegios y por el poder, el reacomodo de fuerzas políticas en el tablero del ajedrez nacional.
f) La violencia interpersonal, intra o inter-comunitaria a nivel de pequeñas localidades o barrios, basada en conflictos locales, disputas, resentimientos, venganzas, o riñas, donde impera, ahora sí, una cultura de la violencia enraizada en tradiciones históricas y familiars, vinculada al concepto del ``honor'', el ``respeto'' y el machismo.
g) La contra-violencia campesina e indígena, expresión de la resistencia a la opresión y la explotación. El ``Basta!'' de los oprimidos y los marginados, el grito desesperado de quienes carecen de alternativas. Nuevamente, las causas profundas se hallan en la miseria y la carencia generalizada, en la negación de las libertades y de la dignidad humana.
h) La violencia familiar, con frecuencia reflejo y no causa de la violencia social, está mucho más enraizada de lo que se cree. Machista por antonomasia, sus principales víctimas son las mujeres y los niños, y constituye uno de los problemas sociales más agudos del país. Causas profundas: la desorganización social vinculada a la pérdida de valores básicos comunitarios y de solidaridad. El individualismo consumista, producto de las políticas económicas neoliberales, genera actitudes y comportamientos que fácilmente conducen a la violencia interpersonal, la cual a su vez tiene salida en el ámbito familiar.
i) Finalmente, la violencia estructural, la que se da todos los días, a todos los niveles, en el autoritarismo, la injusticia, la explotación económica, la discriminación racial, social y de género, la intolerancia, los prejuicios, la exclusión social y cultural, el pisoteo de la dignidad de los seres humanos.
Cómo combatir éstas, y otras formas de la violencia? He allí una enorme tarea para la campaña que se acaba de lanzar.