La Jornada 8 de junio de 1996

Dos asaltantes narcotizaron a sus miembros, mataron a un joven e hirieron a su hermana

Miriam Posada García Secuestrados dentro de su propia casa y narcotizados por dos asaltantes, los integrantes de la familia Díaz Silva vivieron casi 10 horas de violencia que culminaron con la muerte del hijo menor, su hermana herida con arma blanca, un botín de 3 mil pesos y la fuga de los delincuentes.

El jueves pasado, alrededor de las 15:00 horas, la familia Díaz recibió en su casa a un supuesto radiotécnico que se encargaría de la reparación de un aparato. El hombre, quien hasta el momento ha sido mencionado sólo como Enrique, llegó al domicilio ubicado en Juchique 153 en la colonia Jalalpa, delegación Alvaro Obregón, acompañado por otro sujeto quien presumiblemente ya ha sido identificado por la policía capitalina.

En ese momento sólo se encontraban la esposa de Emilio Díaz Espinosa y sus dos hijos, Héctor Eduardo, de 20 años de edad, y Martha, de 22.

Los hombres fingieron estar entretenidos en la reparación del aparato y después de largo rato amagaron a los tres miembros de la familia.

Posteriormente encerraron en un cuarto a la madre y a los dos hijos, los amarraron de pies y manos y enseguida se dieron a la tarea de buscar los objetos de valor que pudiera haber en la casa.

De acuerdo con la averiguación previa 45/1928/9606, horas más tarde llegó Emilio Díaz, jefe de la familia, a quien los delincuentes también encerraron en la habitación en donde estaban sus familiares. Para asegurarse de que podrían cometer con mayor tranquilidad el atraco, el falso radiotécnico y su acompañante les inyectaron una droga que los mantendría dormidos por varias horas.

En efecto, la familia entera durmió hasta la medianoche, mientras los dos hombres registraron la casa y agruparon los objetos que pretendían robar.

Sin embargo, al pasar el efecto de la droga los hijos del matrimonio Díaz Silva lograron desatarse e intentaron detener a los delincuentes, quienes después de casi 10 horas de haber llegado a la casa continuaban en ella sin haber sacado ningún objeto.

Martha intentó golpear a uno de los ladrones, pero el sujeto la detuvo y la lesionó varias veces con un cuchillo. Su hermano también trató de someter a uno de los sujetos, pero éste le disparó en la cabeza, por lo que el joven de 20 años murió casi al instante.

Enseguida los hombres escaparon sin ningún problema. Lo único que pudieron sustraer de la casa fueron 3 mil pesos en efectivo pero ningún aparato o algún otro objeto de valor.

Cuando los padres lograron desatarse y salir de la habitación encontraron a su hija Martha, quien presentaba varias lesiones causadas por arma blanca. Su otro hijo, Héctor Eduardo, yacía muerto con un disparo en la cabeza.

Emilio Díaz acudió a la agencia 45 del Ministerio Público, donde se inició la averiguación del lugar en donde se ubica el negocio del supuesto radiotécnico y proporcionó su media filiación.

Más tarde, la averiguación fue trasladada a la agencia 53 especializada y poco después a la Coordinación de Homicidios.