Krauze: sin reforma democrática las soluciones a la crisis serán frágiles /II
Arturo García Hernández/ II y última El historiador Enrique Krauze asegura en entrevista: el levantamiento del EZLN, que ``tenía muchos elementos de legitimidad'', fue una ``inmensa llamada de atención sobre la urgencia de democracia que existe en el país. A lo mejor sin el zapatismo no nos hubiéramos dado cuenta los mexicanos de la situación política y social que teníamos (...) El zapatismo ayudó a eso. Pero pienso que ya el tiempo está contado para ellos también; necesitan encontrar una salida en un marco estrictamente democrático (...) Ya se han llevado mucho tiempo y digan lo que digan el Internet y la prensa internacional, hay un desgaste que va seguir creciendo''.
``Chiapas redención o democracia?'', así titula Krauze uno de los seis apartados en que se divide su nuevo libro, Tiempo contado (Océano). En ese apartado se reproducen, entre otros textos, dos cartas del historiador dirigidas al subcomandante Marcos, en las cuales reflexiona y fija su posición frente al conflicto.
Convencido de que ``la vía guerrillera tradicional'' no es un opción en México ni en el mundo, el autor de Siglo de caudillos no cree en el eslogan que dice que ``todo Chiapas es México'', porque ``Chiapas es una isla histórica y geográfica, una isla en la vida de México. Uno de los pocos lugares en donde no se llevó a cabo lo que es a mi juicio la mayor contribución de México a la historia mundial: el aporte moral y social del mestizaje. Chiapas es un lunar, es una llaga en la historia de México. Y por eso muchos de los agravios que ha presentado el zapatismo son genuinos, son auténticos y haremos bien todos los mexicanos en procurar aliviarlos. Pero conforme pasa el tiempo pienso que se trata de un caso de excepción y que lo que mejor puede ocurrir es que, en poco tiempo, quizá en el marco de una democratización general del país en el año del 97, el zapatismo ingrese con todo y subcomandante Marcos a la vida política normal con un partido que además podría ser un partido muy poderoso. Podría ligarse con el PRD o podría ser un partido realmente muy poderoso, regional, del sur de México, o a nivel nacional (...) Creo que el EZLN cuenta ya con una simpatía bastante amplia de la población por el modo de presion cívica que han encontrado; es casi un movimiento de presión cívica, es una forma que recuerda más a Gandhi que a los guerrilleros de Centroamérica''.
--Tu visión sobre la izquierda es crítica, señalas muchos errores le reconoces algunas aportaciones en el periodo registrado en Tiempo contado?
--Pero por supuesto que sí. Critico a la izquierda en el sentido de que no ha sido históricamente una fuerza democrática; pero esto ya no puede decirse de la izquierda de muchos años para acá. A partir de la reforma política del 78, 79, y mucho más claramente a partir del 88, ha sido un factor positivo, un catalizador indudable de la democratización de México. A mí me gustaría, por el bien de México y por el bien de la izquierda misma, que fuera más pragmática sin tenerle miedo a la palabra pragmático. Porque siento que aún hay muchos resabios ideológicos (...) Es muy hábil para criticar, para denunciar, incluso para alertar. Y esa función crítica está bien. Pero muchas veces se ahoga en su propia negatividad y le falta la otra parte. Es decir: qué camino ofrece como alternativa y como podemos transitar por él.
``Pero, repito: la presencia de la izquierda en las cámaras, la presencia de la izquierda en las universidades, y sobre todas las cosas la presencia de la izquierda en la prensa, ha sido un factor indudable de avance político y democrático en México. Además, como yo he vivido, convivido y me he peleado, y he combatido digamos con muchos de ellos desde los años 70, puedo decir decir una cosa: me siento infinitamente más a gusto debatiendo con la izquierda que con la más cerrada y dogmática derecha''.
En la entrevista, Krauze desea destacar el contenido de una de los capítulos del libro, ``Problemas y no-problemas'', en el cual señala que ``los mexicanos somos muy dados a pensar que México es un infierno. Perdemos el sentido de las proporciones y no tenemos una idea clara de cuáles son nuestros verdaderos problemas y cuáles son nuestras fuerzas. Pero México no es Líbano, no es Bosnia, ni es Perú, y está, en comparación con muchos países, en una situación de ventaja y en otra de desventaja. Por ejemplo: cuántos países quisieran estar en la situación de no tener problemas étnicos? Dígase lo que se diga y pregúntenles a los judíos europeos o a los musulmanes de Bosnia. Este no es un país racista; es un país donde el mestizaje nos libró de las verdaderas tensiones étnicas y raciales. Este no es un país de tensiones religiosas. Este no es un país con territorios irredentos.
--Entre los múltiples factores que inciden en la vida política mexicana de este tiempo, veo lo que juzgo una ausencia en el libro: la reflexión sobre los grandes medios de comunicación.
--Mira, la he hecho... Hay algunas partes del libro en que lo hago. Y tienes absoluta razón. Sigo pensando que el radio se ha abierto de un modo no total pero que buena medida ha ayudado inmensamente a la libertad de expresión y a la libertad de debate en México. Creo que ya fue y va a seguir siendo un factor central en la concientización política del mexicano. Los cambios en la prensa han sido notables. Para cualquiera que haya vivido los sesenta y los setenta en México, este es un paisaje político irreconocible (...) Si esa libertad no se respira aún en la televisión creo que es porque existen elementos de censura y autocensura. El gobierno mismo en sus inercias no está dispuesto a la apertura plena de los medios de comunicación. Y eso a mí me parece lamentable. En 1994, cuando se hizo el debate entre los candidatos presidenciales, parece que el raiting más alto en la historia de México (...) entonces no abrirse es un error en términos de mercadotecnia, un error comercial y desde luego un error político porque ya el mexicano además de entretenimiento lo que busca es información fidedigna y lo que busca es orientación. Pero la tendencia hacia la apertura yo creo que es muy clara y que nada va a poder detenerla. Ya ocurrió en la prensa y en la radio, tiene indefectiblemente que ocurrir en la televisión. Quiérase o no.
``Con toda franqueza, ya estamos viendo elementos de eso en los distintas empresas de televisión, TV Azteca, Televisa y desde luego en algunos canales de cable (...) Creémelo: de manera mucho más lenta de la que yo quisiera, la tendencia va hacia liberalización de los medios masivos de comunicación.''