México sufrió el mayor desplome de la inversión en AL en 95: BID
Roberto González Amador Una década y media después de que empezaron los cambios estructurales en América Latina, la crisis económica de México ha demostrado las serias deficiencias en las economías de la región, sostuvo el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en un documento divulgado ayer.
Los países latinoamericanos son todavía vulnerables a las suspensiones del flujo de capital internacional; sus bajos niveles internos de ahorro e inversión no pueden generar crecimiento económico sostenido y expandir el empleo, apunta. Otros problemas, dice, son las regulaciones laborales anticuadas y la gran disparidad en la distribución del ingreso.
El BID destacó que en el último año México sufrió el mayor desplome de la inversión en América Latina, con una caída real de 25 por ciento. Después se ubicaron Argentina, con un retroceso de 12.8, y Venezuela, con 8.6 por ciento.
En el primer sitio se colocó Haití, con un crecimiento real de la inversión en 1995 del orden de 525 por ciento, seguido por Colombia, con 21.8; Perú, con 20 y Brasil, con un aumento de 20 por ciento.
``A medio camino en lo que de algún modo pudo ser llamado la década de las reformas en América Latina, la crisis del peso mexicano sometió a las políticas económicas de la región a una prueba de fuego'', apunta el BID, que en 1995 otorgó a México créditos por mil 500 millones de dólares empleados para fortalecer el sistema bancario.
El organismo consideró, no obstante, que la dura prueba a que se vio sometida América Latina después de que estalló la crisis mexicana a finales de 1994 no fue una reedición de la debacle de la deuda externa ocurrida en los años ochenta.
``El gobierno mexicano y la comunidad internacional contuvieron la crisis, cuyos efectos se limitaron mayormente a México y Argentina'', observa. En el resto de los países de la región el crecimiento económico llegó al 4.2 por ciento anual, lo que significó un ligero retroceso con relación a 1994. Mientras tanto, la inflación seguía cayendo y América Latina continuaba integrándose a los mercados mundiales.
Pero aunque el año terminó con una tendencia positiva, la crisis mexicana reveló ciertas deficiencias en las economías de la región, consideró el BID.
Entre ellas citó que los países latinoamericanos son todavía vulnerables a los cortes en el flujo de capital internacional, como ocurrió en el caso de México, donde una interrupción de la inversión extranjera impidió al gobierno contar con los recursos para liquidar vencimientos de deuda interna que en 1995 alcanzaban los 30 mil millones de dólares.
Añade que los bajos niveles de ahorro interno e inversión no pueden generar crecimiento económico sostenido y ampliar el empleo, además de que existen otros problemas como las regulaciones laborales ``anticuadas'' y la gran disparidad en la distribución del ingreso. (En México, por ejemplo, el 20 por ciento de la población concentra el 70 por ciento del ingreso).
El Banco Interamericano de Desarrollo apunta que a pesar de las deficiencias, las reformas impulsadas por los gobiernos y los organismos financieros internacionales en la última década y media han dado fortaleza a las economías de la región.
Los inversionistas se alejaron de México y Argentina, pero hacia finales de 1995 ``parecían dispuestos a dar el beneficio de la duda al resto de la región. Más aún, hasta México y Argentina ya se encuentran en vías de recuperación''.
El balance del BID señala que no obstante las dificultades a que se vieron sometidas las economías latinoamericanas el año pasado ``claramente puede decirse que muchas cosas salieron bien en 1995''.
El BID, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, junto con el gobierno de Estados Unidos, dieron ``un crucial'' apoyo a México y Argentina para que cumplieran con sus compromisos a corto plazo, agrega. A su vez, ambos países tomaron ``enérgicas medidas'' para ajustarse al menor flujo de capital foráneo, para lo cual aumentaron gravámenes y precios del sector público y bajaron los salarios, en el caso de Argentina.
Esas medidas, dice, permitieron controlar el pánico pero el ajuste ``no fue indoloro'' y ambos países sufrieron una recesión.
La institución multilateral apuntó que otro factor positivo de 1995 fue la rápida expansión de las exportaciones, tanto en México como en Argentina, de tal suerte que no ocurrieron desbalances importantes en la cuenta corriente de ambas economías.
Puntualiza los factores externos que contribuyeron a paliar la crisis. Uno de los que cita fue el entorno económico internacional abierto y ``relativamente saludable'', así como la creciente apertura y competitividad de las economías de América Latina fruto, dice, de la liberalización del comercio y de la integración mundial. ``México y Argentina no hubieran podido expandir sus exportaciones tan rápidamente si sus economías hubieran estado protegidas. Otro factor positivo fue la influencia estabilizadora del TLC y el Mercosur''.