La Jornada 5 de junio de 1996

Nace en el DF una asociación pro derechos de personas asaltadas

Alberto Nájar Ante el incremento ``descomunal'' de los asaltos en la ciudad de México y ``la ineptitud'' de las autoridades para brindar seguridad y ayuda a los capitalinos, nació una asociación que agrupa a las personas que fueron víctimas de algún robo y que pretende, en principio, rescatar los derechos ciudadanos que a diario ``son violados por policías y delincuentes''.

Julieta Treviño, presidenta de la Asociación Pro Derechos de Personas Asaltadas, informó que desde el año pasado aumentaron ``terriblemente'' los índices de inseguridad en la capital y, como muestra, comentó que a diario reciben 20 llamadas de capitalinos que sufrieron algún robo, generalmente con violencia, ``a pesar de que la agrupación es poco conocida''. Quienes solicitan ayuda coinciden en un punto, que se sienten totalmente desprotegidos: ``Llegan cansados de que nadie los escucha ni los atiende, y encima hasta tienen miedo a sufrir represalias de los delincuentes''.

Por eso, hace ocho meses surgió la asociación, después de que Julieta Treviño fue víctima de un asalto con lujo de violencia. ``Pasé entonces por el viacrucis que sufrimos todos quienes tenemos este problema, desde el segundo asalto que es el Ministerio Público porque te piden dinero para levantarte un acta, hasta la impunidad de los delincuentes, que no son castigados''. No se pretende, aclaró, suplir a las autoridades ni propiciar la justicia por propia mano: se trata, dijo, de obligar al gobierno a que cumplan con su responsabilidad.

Actualmente cuenta con 500 socios y todos los días reciben nuevos integrantes. Entre todos los afiliados los sentimientos comunes son la frustración, ira e impotencia ante la impunidad con que actúan los delincuentes, ``quienes saben que pueden hacer con un ciudadano todo lo que les venga en gana, porque evidentemente que se sienten protegidos por las autoridades''.

Como ejemplo, señaló el caso de Mama's Pizza, que de acuerdo con sus propias estadísticas ha sido asaltada 23 veces en lo que va del año. ``A diario nos enteramos de negocios que están cerrando porque ahora es común que los asalten varias veces, incluso por las mismas personas''. En estos momentos, añadió, no existe ningún capitalino que no haya sido asaltado o que no conozca a alguien que tuvo ese problema; esta cantidad de robos, explicó, no se refleja en las estadísticas de las autoridades porque son muy pocos quienes se deciden a presentar denuncias.

Asimismo, cada vez son más comunes los robos de autos a mano armada, o las familias que pierden algún integrante porque los ladrones acostumbran asesinar a las víctimas. Julieta Treviño rechazó que el incremento de la delincuencia tenga su origen en la crisis, como se afirma, porque ``quienes asaltan están entrenados para hacerlo, además, si tuvieran hambre vendían la pistola y con eso comerían un mes''; se trata, insistió, de bandas organizadas que cuentan con la protección o indiferencia de las autoridades.

Hasta ahora la respuesta del gobierno capitalino es ``rídícula'', porque en términos generales lo único que hacen es pedir a los ciudadanos que se protejan como puedan. ``Entonces -se preguntó- de qué sirven los impuestos, si nosotros les estamos pagando su sueldo''. Y señaló el caso de un socio a quien tres individuos robaron su auto y horas después los asaltantes fueron atrapados por la policía.

Pero los uniformados cometieron un error: llevaron a los presuntos ladrones hasta el domicilio de la víctima para pedirle que los identificara. ``Por supuesto que no lo hizo porque los asaltantes ya sabían dónde vivía; imagínese lo que hubiera pasado si los denuncia y luego salen libres, como casi siempre ocurre''.

Algo similar ocurrió con otra afiliada a quien asaltaron en Magdalena Contreras: agentes judiciales la pusieron frente a un grupo de individuos, entre ellos uno de sus agresores, y le exigieron que lo identificara. ``El ladrón se llevó sus credenciales y sabía dónde vivía. A la señora le dio pánico pensar que le pudieran hacer algo a ella o a su familia. La verdad fue una estupidez de los policías''.

Por esta razón, explicó Treviño, es que muy pocos asaltos se denuncian, porque las víctimas saben que perderán tiempo y dinero en las agencias del Ministerio Público y no recibirán justicia. Es por eso que las llaman el segundo asalto, porque los ciudadanos ``llegan sintiéndose gusanos por el asalto y así los tratan''.

Cuando alguna persona solicita apoyo de la asociación, lo primero que hacen es convencerla de que presente una denuncia, y luego le brindan ayuda para conseguir asesoría legal y sicológica totalmente gratuita. Ante todo, dijo Treviño, se trata de animar a las víctimas para que defiendan sus propios derechos constitucionales y exijan a las autoridades atención y resuelvan los casos.

Para la presidenta de la Asociación Pro Derechos de Personas Asaltadas, la única solución es erradicar viejos vicios y corruptelas, y cambiar la forma de pensar de los capitalinos para que entiendan que sólo la unidad y fuerza ciudadana podrán cambiar el actual sistema. ``La gente está muy enojada porque no nos están dejando vías de salida; nos asaltan en la calle, en los peseros, en el auto, en la casa. Es una combinación muy peligrosa que puede causar estallidos de violencia'', finalizó