``El estudio de la plasticidad se puede abordar de muchas maneras y en varios niveles. Los psicólogos, por ejemplo, se ocupan del aprendizaje del individuo como un todo. En cambio, con base en mi trabajo de investigación, pretendo entender los mecanismos celulares de la plasticidad del sistema nervioso.
El doctor Morales Mendoza señaló que una característica fundamental del sistema nervioso es su capacidad de movilizar impulsos bioeléctricos. Este sistema, agregó, es un gran integrador de señales internas y externas ante las cuales se emite una respuesta. La comunicación entre las neuronas se da a través de sustancias químicas denominadas transmisores; éstas se encargan de regenerar las señales bioeléctricas al acoplarse a las neuronas contiguas en los puntos de contacto o sinapsis.
El neurocientífico aseguró que la comprensión de la comunicación neuronal es importante para estudiar la plasticidad. ``La riqueza de posibilidades de modificación funcional está en la comunicación neuronal porque cada neurona hace contacto con otras veinte neuronas por lo menos, y cada neurona recibe la señal de otras tantas''.
El investigador comentó que se llegó a pensar que cada neurona tenía solamente un tipo de transmisor; si era dopamina se decía que la célula era dopaminérgica; si acetilcolina, colinérgicas, etcétera. Empero, en los setenta se encontraron otras sustancias que al igual que los transmisores estaban en las partes terminales de las neuronas. Se observó que estas sustancias regulan finamente el paso de la señal bioeléctrica. A éstas se les dio el nombre de cotransmisores, porque acompañan al transmisor, o neuromoduladores.
Se ha observado que la mayoría de las sustancias neuromoduladoras son péptidos. Hasta ahora se han identificado más de cien péptidos en diferentes áreas del sistema nervioso. Estamos estudiando, dijo, la localización de estos péptidos y su función.
El especialista, quien inició esta línea de investigación hace quince años con el doctor Alonso de Florida, señaló que si aumenta la rapidez del patrón de estímulo a un grupo de neuronas entonces éste se vuelve más eficiente en sus respuestas. ``Ocurre una potenciación a largo plazo, es decir, que perdura por mucho mayor tiempo que el estímulo desencadenante. Esto se puede asemejar al aprendizaje'', acotó. Estamos estudiando, dijo, este fenómeno en los ganglios periféricos que controlan el sistema nervioso autónomo (el que hace que funcionen nuestras vísceras). Y no es que el estómago o el riñón o el corazón aprendan algo, sino que su funcionamiento adecuado requiere de este tipo de coordinación. Es posible, agregó el entrevistado, que para que se dé un buen funcionamiento se recurra a estos sistemas de ``aprendizaje''. Los sistemas de potenciación duradera pueden explicar el funcionamiento adecuado del sistema visceral. En cambio, la disfunción de la cotransmisión puede estar asociada a enfermedades viscerales, como algunos tipos de hipertensión arterial. En este sentido, comentó que los resultados de estos estudios pueden ser útiles para el manejo terapéutico de trastornos del funcionamiento orgánico.