Conasupo no podrá garantizar el precio subsidiado de la tortilla
Matilde Pérez U. En etapas críticas como la actual, con baja producción de granos en el país y escasez mundial, Conasupo tendría que dejar de ser el comprador de última instancia de maíz y frijol y convertirse en el principal adquirente porque "el problema del desabasto pone en riesgo demasiadas cosas", consideró el director de Comercialización de la paraestatal, Guillermo Castellanos Guzmán.
Al destacar que el abasto de los principales granos para la dieta de los mexicanos no se puede dejar a las "libres fuerzas de la oferta y la demanda porque la realidad muestra que los precios se manejan a través de especuladores", Castellanos Guzmán insistió en que Conasupo debe seguir desempeñando un papel estratégico en el abasto de esos dos granos superbásicos.
"No propongo que Conasupo regrese a los esquemas anteriores, sino que readecue su papel estratégico, desarrollándose por regiones, para que responda a condiciones como las actuales".
Por ser comprador de última instancia, Conasupo sólo podrá captar 800 mil toneladas de maíz, cuando sus requerimientos son de 2.5 millones de toneladas para cumplir con su mandato de vender el grano a las industrias molinera-nixtamalera y Diconsa, para garantizar el precio subsidiado de la tortilla.
Explicó que de los 2.5 millones de toneladas, un millón 600 mil son para la industria molinera, y arriba de 800 mil toneladas para Diconsa, más una reserva técnica de 650 mil toneladas suficiente para tres meses.
En el caso del frijol cuya demanda nacional de consumo es de 100 a 120 mil toneladas mensuales, Conasupo sólo captó una parte de las bajas cosechas pero tuvo que utilizar 300 mil toneladas, parte de su reserva técnica, para frenar "la ola especulativa que provocó precios de entre 12 y 15 pesos por kilo en semanas pasadas".
La Secretaría de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, de la cual depende ahora Conasupo, y la Secretaría de Comercio y Fomento Industrial ordenaron que se hiciera un programa para frenar esas especulaciones.
Se estableció entonces el Programa de Abasto y Estabilización de Precios del Frijol por lo que resta del año, que consiste en la firma de convenios con la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales, Asociación Nacional de Abarroteros, Centrales de Abasto y empacadores de la sección 91 de la Canacintra. Los empacadores se comprometieron a que al precio al que adquirían la leguminosa a Conasupo podría agregarle sólo 1.60 pesos por kilo en venta consumidor. En el caso de las tiendas de autoservicio, abarroteros y centrales de abasto se estableció un margen de comercialización máximo de 9 por ciento.
Además, para cubrir la demanda nacional, el gobierno federal autorizó cupos de importación para frijol por 250 mil toneladas para los privados. "Esto será un complemento para Conasupo y permitirá una estabilización de los precios, es decir el kilo del frijol preferente, calculamos, será de 7 pesos".
Por ello, reiteró el director de Comercialización de Conasupo, el gobierno federal tiene que reconsiderar el peligro que significa para la paraestatal ser comprador de última instancia en épocas de escasez de maíz blanco para consumo humano. "El problema que se tiene que analizar, de aquí a octubre, cuando inician las cosechas fuertes, es el de racionalidad y de que Conasupo pueda pagar bien a los productores".