Ahora en una reunión con estudiantes, el gobernador panista de Guanajuato y posible candidato presidencial por su partido para el año 2000, reiteró y a la vez matizó su planteamiento de que Pemex sea vendido. De hecho, se han dado dos polémicas simultáneas, en dos planos distintos pero muy relacionados: por un lado, se plantea la venta de Pemex por partes, en este momento las plantas petroquímicas. Por otro, se plantea la venta de Pemex en su conjunto. En ambos casos ha habido planteamientos que se oponen a esas medidas. En ambos casos, ante la oposición tan fuerte, se ha matizado en un segundo momento el planteamiento, diciendo que la venta se haría a mexicanos, o con preferencia para mexicanos. En los dos casos tiene problemas la ejecución real del ofrecimiento, en este último, de la venta total, uno de ellos es que no hay mexicanos que tengan la cantidad de dinero que pueda comprar Pemex.
El gobernador Fox ya había dicho, en una anterior aclaración, que ``para nada hablamos de que el recurso natural, el petróleo, se privatice''. De ahí se implica que lo demás sí es privatizable, lo que no es el recurso natural, lo que no es el petróleo mismo. Es privatizable la industria petrolera, lo que Pemex es. Es privatizable la actividad de exploración y extracción del petróleo, incluido el gas. Es privatizable la refinación del petróleo crudo. Son privatizables los ductos en los que se transporta, las instalaciones en las que se transforma, la comercialización de primera mano de todos los productos.
Por qué se puede decir que el planteamiento de venta de las plantas petroquímicas de Pemex es parte de un proceso más general? Es indispensable aclarar esto y por qué lo podemos decir, pues la respuesta ya dada públicamente ha sido que no, que ahora sí la petroquímica es lo último que se privatiza.
Lo que no podemos ignorar son todos los pasos anteriores, de los cuales vamos a recordar aquí algunos, de privatización, y no precisamente en términos muy transparentes, de actividades que la Constitución y su Ley Reglamentaria ubican expresamente dentro de la industria petrolera, que la reservan en exclusiva a la Nación, que plantean que ésta explotará directamente los recursos a través de Pemex, y prohíbe expresamente en ellas las concesiones y los contratos.
1. Contratismo en la perforación de pozos petroleros, sean estos de exploración o de desarrollo. La entrega de la perforación de pozos a contrato a particulares a veces mexicanos, a veces mexicanos con extranjeros detrás y a veces directamente a extranjeros se dio primero en el sexenio de Miguel Alemán; luego, esos contratos se dieron por terminados anticipadamente cuando era director de Pemex Jesús Reyes Heroles, hace poco más de 25 años. Los contratos se volvieron a otorgar desde 1977, bajo la dirección de Díaz Serrano en Pemex, en ese momento a empresas mexicanas, aunque se hizo público que, por lo menos en el caso del accidentado pozo Ixtoc I, la propietaria de la plataforma de perforación era la empresa tejana Sedco, cuyo personal dirigía los trabajos, aunque quien hubiera firmado el contrato con Pemex hubiera sido la mexicana Permargo, fundada por cierto por el propio Díaz Serrano. En el pasado sexenio, se empezaron a otorgar esos contratos directamente a empresas extranjeras, aunque este matiz no es relevante para fines legales, pues están prohibidos todos los contratos con particulares, sean éstos nacionales o extranjeros.
2. Sustitución de buquestanque de Pemex por otros de particulares. Tuvo especial resonancia pública el caso Beteta-Isidoro Rodríguez, en el que el primero, como Director de Pemex, no sólo contrató el flete por muchos años con las naves del segundo, sino que le localizó esos buques, se los financió, Pemex fue su aval en el crédito y luego se lo pagó como parte del alquiler. En este caso se formó incluso una comisión especial de la Cámara de Diputados para investigar el asunto, y ésta documentó ampliamente el caso, que llevó a la salida del entonces director de Pemex.
3. Empleo de otros vehículos, además de los buquestanque, de particulares, para transporte de hidrocarburos incluso entre una y otra instalaciones de Pemex.
Todas estas actividades están dentro de lo que el artículo 3o. de la ley del petróleo define como partes de la industria petrolera. De modo que en los hechos la defensa de Pemex se está dando en los dos niveles: que no se venda ni en abonos ni al contado.