Ricardo Alemán Alemán
Itinerario político

Ernesto Ruffo, gobernador por encima de la ley

El primer mito genial documentado

Llevadas al escenario político a causa del controvertido caso de Huejotzingo, las concertacesiones son nuevamente tema de debate, de acusaciones mutuas, ante las cada vez más frecuentes evidencias de esos acuerdos. Por eso, conviene documentar la primera de esas concertacesiones, que se dio en Baja California, desde el momento mismo en que Ernesto Ruffo Appel se postuló como candidato del PAN a la gubernatura. En rigor, Ruffo Appel no debió ser registrado como aspirante al gobierno bajacaliforniano, ya que no cumplía con los requisitos de la legislación local. Sin embargo, desde el gobierno priísta local, y por instrucción de la federación, se torció la ley para permitir contender a Ruffo Appel, a quien luego se le facilitaron las cosas para finalmente llegar al Ejecutivo local. Ahí va la historia, documentada por primera ocasión, en un voluminoso expediente.

El 25 de abril de 1989, Oscar Valenzuela Avila, destacado priísta bajacaliforniano y subsecretario A de Gobierno en la administración de Oscar Baylón Chacón, hizo llegar al gobernador y a la estructura priísta un extenso oficio que en sus conclusiones decía: ``Se considera conveniente no poner trabas al registro del candidato del PAN, Ernesto Ruffo Appel, tomando en consideración los aspectos legales y políticos mencionados anteriormente''. Los días previos, el PRI bajacaliforniano había preparado un alegato en el que demostraba la ilegalidad del registro del panista.Sin embargo, Valenzuela Avila era el principal enlace del gobierno de Baja California, jefaturado por Baylón Chacón, y el gobierno federal, especialmente la Secretaría de Gobernación. A primera vista, las conclusiones del oficio citado parecerían un documento más, pero en realidad es una de las muchas evidencias de que la candidatura de Ruffo Appel al gobierno de Baja California se hizo posible pasando por encima de la ley.Resulta que el artículo 41 de la Constitución local, dice que para ser gobernador se requiere ``ser ciudadano mexicano por nacimiento e hijo de padres mexicanos por nacimiento'', con la salvedad de que ``aquellos ciudadanos candidatos al gobierno del estado, cuyo nacimiento haya ocurrido en el extranjero, deberán acreditar su nacionalidad mexicana, invariablemente con el certificado que expida en su caso, la Secretaría de Relaciones Exteriores del gobierno federal, fechada con anterioridad al día que se cumplan 21 años de edad''. Sólo que era difícil que Ruffo Appel demostrara plenamente su nacionalidad mexicana, pues por principio de cuentas existían dos actas de nacimiento, una expedida en Tijuana con fecha 16 de junio de 1996, en donde se dice que (sic) Ernest Ruffo Appel nació en San Diego, California, el 25 de junio de 1952, y otra expedida en Ensenada, con fecha 19 de noviembre de 1953, en la que consta que (Sic) Ernesto Ruffo Appel nació en Ensenada el 25 de junio de 1992. Cuál de las dos actas debía tomarse como efectiva?Para efecto de su registro, Ernesto Ruffo presentó la primera, en donde consta que es originario de San Diego, California lo cual consta en los diarios de los debates de la Comisión Estatal Electoral, pero resulta que la Secretaría de Relaciones Exteriores emitió el certificado de nacionalidad mexicana a Ruffo, número 29 46, con fecha 20 de junio de 1986, esto es, cuando Ruffo tenía 34 años. No cumplía con la Constitución local.

No sólo eso, el expediente contiene una copia de la cartilla del Servicio Militar, No. 7416327, en la que se dice que Ernesto Ruffo Appel nació en la ciudad de Ensenada. Si como se ve arriba, Ruffo obtuvo el certificado de nacionalidad mexicana el 20 de junio de 1986, y ese certificado sirvió de base para el registro de candidato a la gubernatura, cómo entonces realizó el Servicio Militar, acreditándose como ciudadano mexicano?Como se dijo antes, Ernesto Ruffo tramitó y obtuvo una segunda acta de nacimiento el 16 de junio de 1986, en la que consta que nació en San Diego. Pero sorprende que el propio Ruffo se acreditó como mexicano, nacido en Ensenada, poco tiempo antes, cuando inscribió a sus hijos en el Registro Civil. Las actas de nacimiento de los tres hijos de Ruffo lo señalan como mexicano y con un tercer nombre: Ernesto Guillermo Ruffo Appel y datan del 4 de mayo de 1977, 6 de junio de 1979 y 23 de enero de 1982. Si el certificado de nacionalidad mexicana se otorgó en 1986, y supone a Ruffo como originario de San Diego y con el nombre de Ernest, cómo es que en esas tres fechas se dijo nacido en Ensenada?En realidad, Ernesto, Ernest o Ernesto Guillermo Ruffo Appel, no cumplía los requisitos para ser registrado como candidato al gobierno de Baja California, pero como resultado de las concertacesiones, el gobierno federal, a través del gobierno estatal y del propio PRI, torcieron la ley y le otorgaron el registro.

Y si no, véase otra parte del texto que el 25 de abril de 1989 preparó Oscar Valenzuela Avila, secretario A de gobierno del Ejecutivo estatal, a Oscar Baylón Chacón: ``Es peligroso en la situación actual, manejar la irregularidad del acta de nacimiento de Ensenada, de su cartilla del Servicio Militar, en cuyos documentos se asienta que nació en Ensenada, B.C., pues a la postre el PAN haría valer el acta de nacimiento expedida en Tijuana, la cual si bien no tiene número de libro, reúne los requisitos de ley.

``Además es necesario tomar en cuenta que la administración anterior incurrió en el error de hostigar al Sr. Ruffo, cuando era presidente de Ensenada, lo cual motivó que se le brindara el apoyo popular necesario para magnificar su personalidad política, ahora a nivel estatal. Además, debemos agregar que la opinión popular ya está viendo con malos ojos la publicidad que se ha hecho sobre las irregularidades de su documentación...''.

Y concluye Oscar Valenzuela Avila, con la recomendación de ``no poner trabas al registro'' del candidato Ruffo. Ya gobernador, Ernesto, Ernest o Ernesto Guillermo Ruffo Appel, hizo presidente del Tribunal de Justicia del Estado a Oscar Valenzuela Avila. Y aun así, dice Diego Fernández de Cevallos que las concertacesiones son ``un mito genial''. No dijo lo mismo Pedro Aspe?