La Jornada 23 de mayo de 1996

Conmina a Washington a utilizar los recursos de solución de diferendos de la OMC

Afp, París, 22 de mayo Estados Unidos fue sentado hoy en el banquillo de los acusados por sus grandes socios comerciales, Japón y Europa, al obtener que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico condene oficialmente cualquier recurso a sanciones comerciales unilaterales, que contradicen las reglas de la Organización Mundial de Comercio.

En caso de conflictos comerciales, los países miembros de la OMC --nacida en 1995 de los acuerdos de la Ronda Uruguay-- deben ``utilizar los sistemas de solución de los diferendos a su disposición'', afirma la declaración final de la conferencia, adoptada por los 25 países miembros de la OCDE, entre ellos México.

En otros términos, según la declaración, los países deben evitar hacer justicia ellos mismos mediante el recurso de represalias unilaterales, arma que está --al menos en teoría-- prohibida a las naciones integrantes de la OMC.

Por presión de Washington, el texto adoptado por el Consejo Ministerial no incluye ninguna condena clara a las represalias unilaterales.

La declaración final de la OCDE, tiene por objetivo las nuevas sanciones estadunidenses: la Casa Blanca amenaza con adoptar represalias en contra de todos los países que comercian con Cuba, quiere imponer a China derechos prohibitivos sobre algunos productos y adoptará una nueva legislación contra los que tienen intereses en Irán.

Este activismo, que va en aumento a pocos meses de las elecciones presidenciales estadunidenses, irrita cada vez más a sus socios comerciales. Canadá, México, España y el Reino Unido, están molestos por las medidas adoptadas contra Cuba. Los franceses se muestran también preocupados por el texto que prepara Washington contra Irán, donde tienen fuertes intereses.

Denunciado por todos sus socios, Estados Unidos --que desde hace varias semanas intenta que la declaración final no incluya una condena oficial de las sanciones comerciales-- logró pese a todo preservar sus intereses, porque la advertencia de la OCDE no tiene valor obligatorio.

Es además demasiado vaga para ser verdaderamente agresiva, subrayaron observadores. Sin embargo, al lanzar esta advertencia, la conferencia de la OCDE ``envía una señal política fuerte a Estados Unidos'', consideró un diplomático europeo.

Gracias al derecho de veto del que dispone cada país miembro de la OCDE en el seno de la organización, Washington evitó que se formulara un texto más fuerte y una condena más explícita de las sanciones unilaterales, como querían sus socios.

``Estamos contentos de la fórmula. La energía que hemos desplegado en estas negociaciones sobre la declaración debió más bien ser utilizada para criticar el terrorismo'', afirmó el asesor del presidente Bill Clinton, Joe Stiglitz.

Además del tema de las sanciones unilaterales, el punto de la cláusula social (prohibición del trabajo de los niños y del trabajo forzado en los países exportadores) fue duramente discutido en la reunión.

Los franceses y estadunidenses no lograron obtener que sus socios aceptaran que esta cláusula figurase formalmente en la agenda de la próxima conferencia ministerial de la OMC, en Singapur. Pero deberá ser discutida ``con los países no miembros de la OCDE'', según el texto final de la conferencia.

Además, los franceses no lograron que se incluya en la conferencia de Singapur el futuro acuerdo sobre inversiones, que debe establecer las reglas comunes para la inversión en el extranjero.

El tema seguirá siendo debatido al interior de la OCDE, pese a que la mayoría de las inversiones se hacen en los países emergentes.

En cambio, tal como se preveía desde la primera jornada de la conferencia, hubo un consenso total sobre las políticas económicas, necesidad de austeridad presupuestaria para reducir los déficit públicos y de reformas del mercado de trabajo para luchar contra el desempleo.