El 13 de abril de este año fue entrevistado y filmado, en el Campamento Militar de San Cayetano, en la zona de Oventic, un mayor del Ejército federal (gordito y mofletudo) que no quiso dar su nombre, aunque sí su grado. Este militar aceptó que si hubiera algún sembradío de mariguana ellos estarían informados, al igual que si hubiera alguna operación para destruirlos. Aclaró también que no sabía que se hubiera encontrado algún plantío de la hierba, ni que hubiera orden de destruirlo (véase el Video-testimonio de Rocío Reza A., Contrainsurgencia, mayo de 1996). Un mes después, el 19 de mayo, el coronel Ledín del Ejército federal, también en Oventic, ``insistió en explicar que las plantas se habían sembrado hacía apenas unos dos meses. Su altura, agregó, es de aproximadamente un metro con diez centímetros'' (La Jornada, 20/5/96). Tanto el mismo 13 de abril, como el 20 de mayo, el comandante Moisés y el capitán Noé, respectivamente, declararon que entre las comunidades zapatistas está prohibido sembrar mariguana e ingerir alcohol (video mencionado y La Jornada 21/5/96).
No hay motivo para dudar de la veracidad de ninguno de los cuatro testimonios citados. Sería ridículo, descabellado e idiota, que en zona de influencia zapatista, donde está prohibida expresamente la ingestión de alcohol, incluso cerveza, y el uso de drogas, se sembrara mariguana. Esto es tan obviamente tonto como que Fernando Yáñez, señalado por el gobierno federal como el supuesto comandante Germán, trajera en su automóvil un cuerno de chivo y X gramos de cocaína en plena ciudad de México y a la luz del día (sólo le faltó una prostituta desnuda en el asiento contiguo). Es claro en ambos casos que se ha tratado de evidencias sembradas por elementos del gobierno. La pregunta es para qué?Y la respuesta es relativamente simple: el gobierno de Zedillo necesita pretextos para lanzar a las fuerzas del orden en nuevas acciones de contrainsurgencia que aprieten todavía más la cuerda en torno del cuello de las zonas zapatistas. Para qué? otra vez. Para no perder la guerra de tinta e internet con el EZLN, porque es evidente, esto también, que el gobierno la está perdiendo. Me explico: las iniciativas del EZLN por la paz y por cambios en favor de los más han sido tan audaces como efectivas, mientras que el gobierno siempre queda como lo que se ha empeñado en parecer: torpe y rinoceróntico.
Podría hacer una relación de los éxitos que ha tenido el EZLN desde que se levantó en armas, pero será suficiente recordar sus más recientes triunfos: a) el número y la calidad de sus asesores e invitados para la Mesa II sobre Democracia y Justicia; b) el Encuentro Americano contra el Neoliberalismo y por la Humanidad (además de los encuentros en otros continentes); c) las visitas especiales de figuras mundiales a la Selva, y sus repercusiones también mundiales; d) la respuesta e interés que ha provocado, ya, la convocatoria al Encuentro Intercontinental contra el Neoliberalismo y por la Humanidad programado para finales de julio y principios de agosto de este año, y e) el desplegado firmado por miles de personalidades sociales y políticas y organizaciones de los cinco continentes publicado en este diario el martes pasado. Por contraparte, el gobierno se ha visto mal, tanto en San Andrés (con su silencio y la ausencia de asesores), como en la visita de sus delegados al Parlamento Europeo, que no tuvo repercusiones salvo el reconocimiento implícito de que la influencia del EZLN llega hasta Europa. Peor aún, con la absurda sentencia a Elorriaga y a Entzin, que se traduce en una fórmula inaceptable para el mismo gobierno y la opinión pública mundial (EZLN=terrorista, y lo que esto implica), el gobierno ha hecho alarde, una vez más, de impericia, de ser un pésimo jugador de ajedrez.
Aparentemente, el gobierno se ha anotado un triunfo al lograr la suspensión del Foro Nacional sobre la Reforma del Estado, programado para el 28 de este mes como preámbulo de la tercera fase de la Mesa II del Diálogo. Pero, en realidad, este aparente triunfo es otra derrota, pues el gobierno ha demostrado su enorme temor a lo que digan y propongan los asesores del EZLN que, previsiblemente, superaría a los acuerdos a que puedan llegar los partidos políticos entre sí y con Gobernación, por la naturaleza misma (los intereses partidarios y de gobierno en juego) de estas negociaciones.
La tirada del gobierno es transparente: dada la inconveniencia para todos, incluido el gobierno, de realizar un genocidio en Los Altos y en la Selva chiapanecos (pues no otra cosa significaría la guerra), trata de evitar que el EZLN tenga más triunfos y, por lo mismo, todavía mayor aceptación y simpatía del pueblo mexicano y de otros pueblos del mundo. Para ello no ha vacilado en llevar a cabo todo tipo de provocaciones (chinchulines incluidos), campos de mariguana que hace un mes no existían, cercos militares que en poco tiempo van a quedar atrapados por los lodazales y lo que se les ocurra en adelante. Lo único que no se le ha ocurrido al gobierno es usar la inteligencia, quizá porque sus asesores, que debe tenerlos, carecen de ésta.