La Jornada 21 de mayo de 1996

El descenso de 1% en enero-marzo, inferior a muchas previsiones, señala

Roberto Garduño Espinosa El producto interno bruto (PIB) muestra una tendencia hacia la recuperación que en el trimestre que estamos viviendo ``habrá de reflejarse en un crecimiento cercano al cinco por ciento, en comparación con el mismo periodo de 1995'', manifestó el presidente Ernesto Zedillo.

Al inaugurar la séptima Convención Nacional de Aseguradoras organizada por la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS), el mandatario repasó los avances en la estrategia económica gubernamental, sin la cual ``las perspectivas que ahora tenemos no existirían sin una rigurosa política monetaria''. Asimismo expuso que un incumplimiento de las obligaciones de pago con el exterior hubiese propiciado el aislamiento del país, con un grave riesgo para millones de empleos.


José Sidaoui, Alfonso Toledo y el presidente Ernesto
Zedillo, durante la inaguración de la séptima Convención
Nacional de Aseguradoras.
Foto: Frida Hartz

En el salón Adolfo López Mateos de la residencia oficial de Los Pinos, ante 300 dueños y ejecutivos de seguros, el Ejecutivo señaló que la estrategia, la unidad y la disciplina están dando resultados en una perspectiva de recuperación firme y alentadora.

Comparó la pronunciada caída del PIB en el segundo y tercer trimestre de 1995, con el menos uno por ciento registrado entre enero y marzo de este año, cifra menor incluso a lo que muchos analistas habían previsto.

El Presidente subrayó que el papel del sector exportador es muy importante en la recuperación, y resaltó el crecimiento de 20 por ciento en las ventas de México hacia el exterior. Muestra de ello, abundó, es el saldo positivo de 730 millones de dólares en la balanza comercial del país.

Frente a dirigentes empresariales y financieros --entre ellos Carlos Abascal, Héctor Larios Santillán, José Madariaga y Claudio X. González--, Zedillo dijo que la recuperación dependerá del monto de la inversión privada durante los próximos meses.

``En buena medida el impulso a la recuperación provendrá del importante incremento de la inversión privada, tanto nacional como extranjera, para ampliar la capacidad de producción de bienes exportables. A su vez, las mayores exportaciones y la inversión en este sector irán incrementando el empleo y la tasa salarial, lo que paulatinamente generará la recuperación del consumo'', consideró.

Favorables perspectivas económicas

El Presidente remarcó las expectativas económicas del país, ``que ya son apreciadas en el ámbito internacional y prueban que hemos escogido un camino de mucho esfuerzo, sí, pero un camino que es el más corto y que frente a otras opciones implica menores sacrificios''.

El camino que lleva la economía mexicana, dijo, no existiría si no se hubiera diseñado un ``programa adecuado de ajuste, y con base en él negociando un paquete de respaldo financiero, aprovechando la pertenencia de México a los organismos financieros internacionales (multilaterales) y el apoyo de los socios comerciales.

``Haber repudiado los compromisos contraídos con el exterior no nos habría dado recursos, nos los habría quitado. El incumplimiento no significaba ahorro, significaba aislamiento con grave riesgo para millones de empleos y para la planta productiva del país'', aseveró.

Las perspectivas de avance no se hubieran vislumbrado, expresó, si no se tomaban medidas drásticas para fortalecer las finanzas públicas y canalizar recursos sanos a programas que han atenuado los efectos sociales de la crisis.

``Haber gastado más de lo que teníamos habría implicado una artificial emisión de dinero o una emisión adicional de deuda pública. Gastar más habría significado una inflación más elevada, mayor endeudamiento y menos recursos para los sectores productivos''.

En la defensa del modelo económico gubernamental, el mandatario justificó la ``rigurosa'' política monetaria, orientada a la estabilización gradual de la economía:

``Haber inyectado a la economía una liquidez ficticia, supuestamente para forjar una baja prematura en las tasas de interés, en realidad habría producido una mayor inflación, una depreciación más acelerada del tipo de cambio y, en consecuencia, una presión alcista mucho mayor sobre las propias tasas de interés''.

También señaló que no existirían señales de evolución si no se hubiera aplicado una política de ``ajuste flexible'' en el tipo de cambio de la moneda, para que esté determinado por la demanda y la oferta reales de divisas.

Aseguró que si su gobierno hubiera decidido ``manipular en cualquier sentido la paridad'', habría significado el abaratamiento artificial de los productos mexicanos, lo que a la larga implicaría un subsidio al exterior y una mayor inflación.

Reafirmó su compromiso de mantener la ``creciente liberalización comercial'', que ha permitido obtener insumos, bienes de capital y nueva tecnología.

``Haber revertido la apertura comercial habría significado propiciar barreras a nuestros productos, atrofiar las ventajas comparativas del país, reprimir su creciente productividad y fomentar un mercado cerrado por tutelajes anacrónicos y privilegios en perjuicio de los consumidores nacionales.

``Las perspectivas que ahora tenemos son resultado de una estrategia responsable, congruente, y que está sentando bases sólidas para una recuperación sana y plena, así como para avanzar a un crecimiento suficiente, firme y sostenido''.