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Anunció Limón reformas al sistema de formación de maestros y la disminución de cargas administrativas Bajo severo cuestionamiento, la educación pública: Dávila Esquivel
Rosa Elvira Vargas y Ricardo Alemán El secretario de Educación Pública, Miguel Limón Rojas, anunció ayer en Los Pinos el inicio de la reforma al sistema de formación de maestros, la disminución en la carga administrativa de inspectores y directivos escolares y el reforzamiento de la formación ética de los estudiantes del país, para inculcar valores y crear actitudes que se conviertan en conductas y prácticas sociales para una más justa y digna vida colectiva.
Informó, asimismo, que a partir de septiembre todas las secundarias generales y técnicas del país tendrán aparatos de video para reforzar la labor de enseñanza-aprendizaje y que, para fines del año, se ampliará la red satelital de televisión Edusat a dos mil escuelas más de educación básica, a todas las normales y a los centros del maestro.A su vez, el líder del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), Humberto Dávila Esquivel, afirmó que actualmente el valor de la educación y sus logros están bajo cuestionamiento, por los rezagos no superados y las nuevas desigualdades en la enseñanza.
Oscar Joffre, Miguel Limón y Diódoro
Guerra en la
entrega de la presea Juan de Dios Bátiz a profesores
del Politécnico. Foto: Guillermo Sologuren
Advirtió entonces que en la educación no puede correrse el riesgo de sufrir las mismas consecuencias de la crisis de los años 80, que devastaron al sistema y trajeron costos ``que aún ahora seguimos arrastrando''.
En la ceremonia central por el Día del Maestro en el salón López Mateos de la residencia oficial, el dirigente magisterial alertó también que las inequidades entre regiones y en la distribución del ingreso nacional ``están cuestionando el valor de la educación''.
Añadió que, en aquellas comunidades donde es más urgente que la educación cumpla sus objetivos de justicia y equidad, es precisamente donde los rezagos se han profundizado. Allí, las escuelas son escasas, de organización incompleta y con graves limitaciones en sus condiciones físicas, inventario de equipo, de materiales didácticos y de apoyo educativo. En ellas, dijo, los maestros son insuficientes, carecen de condiciones mínimas para su actualización, y no están garantizadas las condiciones de salud y bienestar.
Enfatizó que el reto es asumir la equidad como principio de la educación y asegurar igualdad de oportunidades y calidad de la enseñanza. La marginación y la pobreza, estableció, son incompatibles con los principios del Estado mexicano. La educación pública debe ser prioridad nacional y recuperar su potencial como medio por excelencia de movilidad social, así como responder a las expectativas de mejores condiciones de vida que existen en el pueblo.
En la pérgola de Los Pinos, por la mañana, 31 maestros con más de 50 años de servicio en la docencia recibieron la medalla de oro Ignacio Manuel Altamirano, la que también les representó 21 mil pesos en efectivo.Más tarde, el premio que lleva también el nombre de ese educador y que se otorga por desempeño en la Carrera Magisterial fue entregado por el presidente Zedillo a 32 de los 96 maestros que se hicieron acreedores al mismo. En la ceremonia, por vez primera, también se entregó una distinción creada por el SNTE para premiar la labor en la educación rural.
Dávila Esquivel nunca se refirió en concreto a la respuesta salarial que obtuvo el magisterio apenas el martes. Sólo insistió en que la educación pública reclama mejorar las condiciones de vida y profesionales del magisterio y respuesta a las demandas de los educadores. Habló también del mandato de su gremio de llegar, al término de su gestión, a seis salarios mínimos como percepción base de la plaza inicial.
Asimismo, indicó que la falta de una sólida cultura democrática hace desconfiar a la sociedad de la política, y dijo que la degradación de ésta puede llevar al resquebrajamiento de la moral pública, a la incertidumbre y a la confirmación ciudadana de prejuicios en torno a ella. Frente a esto, subrayó que la educación debe comprometerse a formar, desde la escuela, los valores de la democracia, la tolerancia, la convivencia pacífica y plural y el respeto y promoción de los derechos humanos.
En su oportunidad, Limón Rojas destacó que, como hace mucho tiempo no ocurría, hoy se levantan voces de todos los sectores y grupos que reconocen la importancia que la educación tiene para adueñarse del futuro, para aprovechar y conducir el cambio, y señaló que ``haremos nuestro mejor esfuerzo para convertir esas voces en responsabilidades que hagan de la educación una tarea de todos''.
Al hablar de la reforma en normales, el funcionario indicó que esta tarea debe realizarse con la participación de la comunidad normalista de todo el país, para que lo que apruebe finalmente la federación sea resultado de una gran consulta, ``en la cual se reconozcan los espacios propios de las particularidades regionales''.
Dijo que, si bien el sistema educativo nacional cuenta ya con una vasta experiencia para saber con qué elementos ha de conformarse un nuevo diseño curricular, es fundamental trabajar primero con los profesores de las escuelas normales e incorporar así su experiencia y conocimiento.
Sin embargo, destacó que es prioritario también apoyar al docente que está en servicio, pues en sus manos está la formación de 22 millones de mexicanos, y detalló entonces las acciones recientes en materia de actualización y superación profesional.
Luego, Limón Rojas se consideró convencido de que la primera obligación de la autoridad es apoyar al maestro que está frente a un grupo, y destacó la intención de disminuir y ordenar racionalmente la carga administrativa ``que pesa sobre los supervisores y directores, a fin de que puedan volver, con mayor tiempo y dedicación, a sus tareas de orientación pedagógica y de organización del trabajo escolar''.
Asimismo, al referirse al reforzamiento de la formación ética que tendrá la enseñanza, dijo que, ante la confusión e incertidumbre que hoy vive el mundo, debe mirarse de nuevo hacia los valores que han hecho posible que la educación sea una fuerza liberadora al servicio del desarrollo humano y de la justicia social.
Sobre los maestros, el titular de la SEP afirmó que ningún estímulo económico sustituye a la autoestima y a la valoración social que resultan del dominio de una profesión que, como la del magisterio, se empeña en desarrollar armónicamente las facultades de la niñez y de la juventud.