50 motines de reos en el país, en 2 años
Ciro Pérez Silva y Roberto Garduño Espinosa /II Las formas de autogobierno en las cárceles, que frecuentemente nacen de la colusión entre autoridades y los ``líderes'' de los presos, convierte el sistema penitenciario en un polvorín. De marzo de 1994 a marzo de 1996 ninguna de las entidades federativas resultó exenta de motines (disturbios en términos jurídicos), al registrarse más de 50, revelan estadísticas de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH).
Tráfico de influencias, comercio de drogas, venta de armas, coerción, violencia, abuso sexual y venta de protección son los ejes del control que los reos ejercen en los centros de reclusión del país. Sólo en el sexenio pasado hubo más de 100 muertes violentas en los nueve presidios del Distrito Federal.
El bajo nivel de instrucción de custodios y celadoras, aunado a las limitaciones del presupuesto que se asigna para la contratación y profesionalización del personal y para el crecimiento de la capacidad instalada, ahondan la desconfianza de la sociedad en las cárceles como lugar y medio de resocialización.
De 1994 a la fecha las riñas colectivas entre internos superaron las 30. Los motivos: deudas, diferencias entre bandas de presidiarios, coerción, mala alimentación, inexistencia de espacios para visita conyugal, maltrato de los custodios, y en el fondo la disputa por el control.
Entre 1990 y 1995 la violencia y la ineficiencia de las autoridades concluyó en la siguiente lista de destituciones y ejecución de acción penal promovidas por la CNDH contra personal del sistema penitenciario: 12 directores de centros de Readaptación Social (Ceresos), dos comandantes de Cereso, 91 custodios y una celadora.
Las limitaciones del sistema penal se reflejan en la creación de las prisiones de alta seguridad en Almoloya, estado de México, y Puente Grande, Jalisco, que para Alejandro Baratta, fundador de la Criminología Crítica y del Derecho Penal Mínimo, significan en la práctica la renuncia explícita a los objetivos de la readaptación.
``Son la reafirmación de la función que la cárcel siempre ha ejercido y continúa ejerciendo: la de depósito de individuos aislados del resto de la sociedad y, por tanto, neutralizados en su potencial peligrosidad.''
Sergio García Ramírez, quien desde tres décadas atrás promovió la ``humanización'' en los centros de reclusión, refiere el crecimiento de la población de internos y el ``esfuerzo'' del gobierno para atender a los 98 mil 373 hombres y mujeres a los que define como incompetentes .
``Para mejorar la atención de estos compatriotas, de estos incompetentes para la vida, el gobierno federal prácticamente ha concluido una red muy importante de 12 reclusorios en los cuales se ha cifrado la esperanza del país por lo que toca a su proceso penitenciario.''
Miguel Sarre, tercer visitador de la CNDH, responde al tema de la ingobernabilidad: ``Nuestros centros, es una verdad sabida, están en manos de los custodios. Lo más que existe es un gobierno policiaco, un gobierno de custodios. Los cuerpos de dirección, los cuerpos técnicos, no tienen injerencia, porque los internos y los custodios se organizan sobre todo en la noche.''
¿Control?
El autogobierno en las prisiones es negado por unos (funcionarios gubernamentales), y aceptado por otros. La aversión de las autoridades penitenciarias hacia el trabajo de la CNDH ha generado una polémica en torno de la realidad de los centros de reclusión en el país.
Contradictorias son las respuestas oficiales. Por una lado se acepta que existe corrupción, asociación presos-custodios y autogobierno. Pero contra esa lógica, oficialmente se sigue negando su existencia.
Responde Raúl Gutiérrez Serrano, director de Reclusorios del Distrito Federal.
--¿Hay corrupción?
--Sí, sí la hay, y la estamos abatiendo. Hay corrupción y extorsión, que es lo más grave, porque es de interno a interno, y hay corrupción del custodio. Faltan recursos para contratar personal técnico, es necesario que ingrese personal capacitado y preparado. Los que trabajan ahora ganan desde 800 a mil 200 pesos al mes. Estoy hablando de psicólogos y pedagogos.
--¿La prisión se convierte en la mejor escuela del delito?
--Primero debe haber una separación, una reclasificación, una reubicación en el interior, para que estén los iguales con los iguales y los desiguales con los desiguales. Sucede que el más fuerte extorsiona al más débil.
--El trato que reciben los internos, ¿es digno?
--Es digno, es muy digno.
--¿Hay capacidad para controlar un posible motín en los Ceresos del Distrito Federal?
--Se está capacitando a los custodios, no como grupo agresor, sino para reprender o en su momento tener la capacidad de sofocar este tipo de problemas.
Luis Rivera Montes de Oca, director de Prevención y Readaptación Social de la Secretaría de Gobernación, también acepta la existencia de casos aislados de autogobierno.
``Existe en algunos estados del país. En Yucatán incluso el director del Cereso de Mérida ingenuamente hasta convocó a elecciones para elegir la mesa directiva de los reclusos. Incluso llamó a la prensa. Los internos eligieron a los custodios, en dónde iban a estar ubicados, seleccionaron internos que trabajarían en la cocina.
''Pero en dos meses hubo cinco motines allí. Esto no puede ser, el Estado no puede claudicar de su responsabilidad primaria de prestar un servicio y deshacerse de la dirección del penal. Cuando claudica o cuando consiente que este servicio quede en manos de los internos se da el autogobierno, con todas las lacras, con todos los vicios que trae.
``Extorsión, corrupción, tráfico de influencias, de droga, de armas. Obviamente se convierte cualquier centro en un polvorín, porque estalla en cualquier momento, y las experiencias han sido verdaderamente trágicas.''
Necesario, cambio estructural en el sistema: CNDH
Para Miguel Sarre, primer defensor de derechos humanos en el país --desde su recordada labor en Aguascalientes en la década de los años setenta--, el manejo de las prisiones no debe convertirse en un patrimonio de las autoridades carcelarias.
``Hay cosas que están evidentemente mal, nosotros hemos expuesto una serie de planteamientos que no tienen acogida. Es inexplicable, y no hay otra explicación más que la corrupción.''
La CNDH propone hacer del sistema penitenciario un ente ``más llano'' en el que el Estado asuma la responsabilidad de custodiar, mantener la seguridad, el orden, brindar oportunidad de trabajo, educación, recreación y darle a los internos la oportunidad de ordenar su vida, sin interferir en sus relaciones personales y familiares.
``Es un proyecto que rescata la gobernabilidad de los centros para tener los hilos, para que se haga lo que la autoridad quiere que se haga. Queremos ayudar a las autoridades a tomar el control de las prisiones, pues es absurdo que quien ha estado recluido por haber violado la ley tenga garantizado un espacio donde él mismo asume el control.''
Una de las soluciones para enderezar el sistema penitenciario que propone Sarre se enfoca a la clasificación de los internos:
``Que no se separen de acuerdo con su personalidad ni análisis clínicos; hay que separarlos de acuerdo con su modo de vida, con su conducta objetiva. Se debe establecer de entrada un grupo que sea el mejor entre los internos de recién ingreso. Que sea un grupo al que se le garantice que no habrá robos ni extorsión.''
En el caso de las revisiones, que éstas sean periódicas, que se publique un manual para realizarlas, que ya no se practiquen los operativos en los que participan cientos de custodios y polícias --muy cercanos a los cateos-- bajo la orden de encontrar enervantes o armas.
``Quiere decir esto que no estabas haciendo bien tu trabajo antes... no hay que practicar lo extraordinario, no agotes los recursos extremos si no has aplicado los ordinarios. No hay que hacer eso si no has hecho una división de áreas en los centros para evitar la comercialización de sustancias o diversos objetos.''
--¿Hay improvisación en el manejo de las prisiones?
--Totalmente, totalmente.
--El índice de motines se ha elevado...
--Ese es el reto, adelantarnos a los hechos; los motines no ocurren, se preparan. Si se permiten es que hay condiciones para ello. Eso explica el fenómeno de la falta de gobierno, la no gobernabilidad.
--¿El diagnóstico de las cárceles en México...?
--El sistema penitenciario necesita un cambio estructural. Está en crisis, está en un momento de abandono, de insatisfacción, de necesidades, de generación de mayores problemas a la comunidad, de vulnerabilidad... por los mecanismos que se han utilizado para mantener el control dentro de las prisiones a través de concesiones y prebendas. Entonces, para un gobierno cada centro representa una situación vulnerable que en cualquier momento puede generar un problema.
--Tal parece que la cárcel es una escuela de mayor delincuencia.
--En las condiciones en que está nuestra prisión, la sociedad puede sentirse más tranquila cuando hay más gente en la cárcel, pero lo que se está haciendo es generar mayor delincuencia. Un dato muy objetivo es que generalmente salen más personas con una adicción que el número de personas que entró con ella.
``Por eso hablar de readaptación resulta ya una gran falsedad. Seamos honestos, realistas y digamos readaptación sí, pero en el sentido de ofrecer oportunidades reales a la persona. Pero no tengamos la pretensión de decir que estamos cambiando a la gente con seguridad y vida digna. Dejémosle eso a otras instancias, la cárcel no resuelve los problemas...''